A pocos días de haberse cumplido un nuevo aniversario de su nacimiento, 6 de enero, reeditan "Cuentos de los años felices" de Osvaldo
Soriano. El libro es una reedición de escritos que
conjugan parte de las coordenadas del universo de Osvaldo Soriano: peronismo,
historia del país, la nostalgia de la infancia, los viajes por la Argentina y
la épica futbolera, con relatos personales que iluminan el entramado colectivo.
Este libro, editado por Seix Barral, es parte
de la Biblioteca Soriano, un espacio que el sello le dedica a la totalidad de
la obra de uno de los autores más leídos en el país, y traducido a 18 idiomas.
Publicado originalmente en 1993, "Cuentos de los años
felices" —con la edición a cargo de Juan
Forn y Ángel Berlanga Marín— está dividido en tres partes: "En el nombre
del padre"; "Otra historia" y "Pensar con los pies" y
son textos que aparecieron en el diario Página/12 durante las décadas de 1980 y
1990.
El recurso de la nostalgia —una pieza clave para disfrutar
la ficción de Soriano— aparece reflejado en la figura de su padre, un empleado
público y antiperonista acérrimo, que envuelve gran parte del imaginario de
este libro y a quien el autor de No habrá más penas ni olvidos le dedicó un
apartado.
"Empecé a escribir estos relatos sobre la infancia sin
saber que mi padre iba a convertirse en el protagonista. (...) el primero fue
sobre un viaje a la Patagonia que evoca la guerra de Malvinas. Lo publiqué en
Página/12 y como a mis amigos les gustó y me lo hicieron saber, escribí varios
más en los que indefectiblemente mi padre se impuso con las tristes y
desopilantes experiencias que tuvo a su paso por este mundo".
San Martín, Belgrano y Moreno son otros de los personajes a
los que Soriano aleja del aura Billiken de la enseñanza oficial para
humanizarlos y convertirlos en personas frágiles, endeudadas, terrenales y
vulnerables, tal como indica la segunda parte.
El primer gol y el
primer amor como pasiones inclaudicables así como los relatos "El penal
más largo del mundo", "Orlando el sucio", "El míster
peregrino Fernández", "El hijo de Butch Cassidy" y "Final
con rojos en Ushuaia" integran también esta obra que con una voz íntima y sonriente entrama
felicidad, gloria futbolera, amores del pasado y la política.
Con estilo fluido, conmovedor, directo y eficaz, sin saltear
el humor en la construcción de un mundo de perdedores sentimentales y errantes
que asumen su condición como tales y se burlan de sus desventuras, este gran escritor
nacido un 6 de enero de 1943 y que murió un 29 de enero de 1997 sigue aún con
la vigencia de un clásico contemporáneo de la literatura argentina.
Fanático de San Lorenzo, noctámbulo, amante de los gatos,
acompañado por un cigarrillo y sin estudios secundarios completos, el autor de
Cuarteles de invierno y A sus plantas rendido un león comenzó a trabajar en
periodismo (Primera Plana, Panorama, La Opinión) en la década del 60.
Exiliado en Europa durante la dictadura militar, retornó al
país y acuñó una de las mejores frases sobre esos años oscuros: "Era mejor
estar equivocado contra la dictadura que tener razón obedeciéndola". Por
esa época, fue alma Mater del diario Página/12 en donde escribía la contratapa
que el día de su muerte —tras un cáncer de pulmón— se tituló "Solos".
Nació en Mar del
Plata, pero antes de recalar en Tandil, donde transcurrió gran parte de su
adolescencia, pasó junto a su familia una infancia errante, deambulando por
pueblos de provincia tras los destinos laborales de su padre.
Tal vez el nomadismo de su niñez fue decisivo para esa
suerte de novela de carretera poblada de perdedores extraviados que recreó en
Una sombra ya pronto serás (1992).
Soriano era un escritor al que no le interesaba el mundo de
las letras, "si a mí nunca me interesó la literatura: yo siempre fui
escritor". Será por esa poca convencionalidad que "recién a los 19 o
20 años" se sumergió en ese lenguaje, luego de dejar a un lado su carrera
futbolística, para convertirse en uno de los narradores emblemáticos del país y
un referente ineludible del post-boom latinoamericano.
Fuente: Telam Cultura