Siempre se debatió sobre la influencia de las drogas con la creatividad artística. Hoy los caminos entrelazados del arte y el mundo
de las drogas son objeto de una peculiar exhibición en la Maison Rouge de
París, que reúne más de 250 obras de 90 autores internacionales, como Damien
Hisrt, Jean-Michel Basquiat o Yayoi Kusuma.
"La creatividad
no aumenta demasiado con el consumo de drogas. Permanece en el marco normal del
artista y en el marco socio-histórico y estético de su época", explica
Antoine Perpère, curador de la muestra "Sous Influénces" (Bajo
influencias), que puede visitarse hasta el próximo 19 de mayo en la capital
francesa, según informó EFE.
Se trata de la primera vez que una institución cultural
vincula los estupefacientes y la creación artística de una manera tan ambiciosa,
con la única intención de mostrar "la relación entre las artes plásticas y
los psicotrópicos", añade Perpère, que desde hace 35 años trabaja en París
en un servicio médico de ayuda a los adictos.
La exposición, que alberga un centro privado y no pretende
formular "ningún juicio moral o socio-jurídico", se desarrolla a
través de tres ejes.
Para acceder al primer segmento es necesario atravesar la
instalación "Swinging Corridor", un túnel blanco concebido por el
alemán Carsten Höller que juega con el efecto de paredes que oscilan
hipnóticamente a medida que el visitante se adentra por el pasaje, mientras
distingue un olor dulce de incienso incandescente.
El primer bloque está dedicado al trabajo de creadores que
experimentaban con estupefacientes, como atestigua un dibujo ejecutado en 1853
bajo la influencia del hachís por Jean-Martin Charcot, catedrático francés de
neurología y profesor de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis.
Otro ejemplo de esa experimentación es el trabajo del polaco
Stanislaw Ignacy Witkiewicz, quien por 1939 ofrecía a sus clientes retratos del
tipo A, que intentaban ser fieles a la realidad; del tipo B, donde el pintor,
filósofo y escritor daba rienda suelta a su creatividad; y del tipo C, en los
que consumía alcohol, cocaína o hachís para representar a su modelo.
"Quería mostrar que hay muchos artistas que estaban en
contacto con las sustancias psicotrópicas, como todos los seres humanos, desde
hace milenios", señala el curador, junto a unos zuecos pirograbados por
Basquiat, genio plástico asiduo a los opiáceos al que mató un cóctel de drogas
a los 28 años.
El periplo diseñado por "Sous Influénces" avanza
entonces hacia el testimonio de artistas que se han interesado por los
psicotrópicos y los estupefacientes como tema para sus obras, con fotografías
del español Alberto García Alix, una serie de irónicas jeringuillas de su
compatriota Esther Ferrer o instantáneas del cineasta estadounidense Larry
Clark, autor de "Kids" o "Ken Park".
"Desde el inicio de la humanidad, nuestros semejantes
se han cruzado en su camino con sustancias psicoactivas, plantas, setas y
diversas maceraciones y esos encuentros han entrañado estupefacción,
intoxicación, dependencia, acceso místico, alivio, muerte o iluminación",
resume el curador.