Bajo el título Amor, esta semana llegó a las librerías una
antología que reúne pasajes románticos y eróticos extraídos de la obra de la
escritora chilena Isabel Allende, que incluye —además— textos inéditos y una
introducción donde evoca su propio despertar sexual.
Publicado por Plaza & Janés, la idea del libro surgió
por iniciativa de su editor alemán, pero la selección corrió por cuenta de la
propia Allende.
Centrado en las cuestiones del enamoramiento y el deseo, la
obra está dividida en nueve capítulos temáticos que comienzan con párrafos introductorios que anticipan al
lector el contenido de cada apartado.
"Mi vida sexual comenzó temprano, más o menos a los 5
años, en el kindergarten de las monjas ursulinas, en Santiago de Chile".
Con estas palabras, la autora de La casa de los espíritus lanza este compendio
sobre amor y eros compuesto por fragmentos de su producción que esbozan, a
través de sus personajes, la propia trayectoria vital de la escritora.
"El sexo sin conexión emocional, por acrobático que
sea, me aburre." "Aprendí algo que habría de servirme para el resto
de la vida y para la literatura: el sexo sin conexión emocional, por acrobático
que sea, me aburre. Necesito humor, conversación, simpatía", relató
Allende en una nota concedida recientemente al periódico chileno La Segunda.
"Si yo voy a describir una escena erótica, no me
interesa quién le pone qué a quién. Me interesa más lograr que alguien mire por
el resquicio de una puerta e imagine todo lo demás", puntualizó.
Por su parte, su interés es "meterme en la escena y
verla desde todos los aspectos, la sensualidad del olor, la temperatura,
todo", explicó la autora en ese reportaje.
La obra está desdoblada en temáticas como "Primer
amor", "Los celos", "Humor y eros", "La
pasión", "Amores contrariados" o "En la madurez".
En la larga introducción, la autora cuenta su despertar
sexual: primero, entre los viajes a Bolivia y Líbano con su padre, el
diplomático Tomás Allende, donde empezó a leer libros que contenían escenas
fogosas que no entendía del todo.
Luego sitúa al lector en el agitado Santiago de los 60 y su
huída a la colorida Venezuela, tras el Golpe de 1973. Recién allí, cuenta,
descubrió que era una "criatura sensual". Y eso que estaba casada
desde 1962 con Miguel Frías, con quien tuvo dos hijos: Nicolás y Paula.
"No es el caso detenerme en los detalles de esa
liberación porque no hay nada extraordinario que contar —escribe Allende—.
Basta con decir que aprendí algo que habría de servirme para el resto de la
vida y para la literatura: el sexo sin conexión emocional, por acrobático que
sea, me aburre; necesito humor, conversación, simpatía".