Con paso lento -bastón, pelo y barba blanquísima bajo la
boina negra, sandalias caribeñas- el poeta de la Teología de la Liberación, de
88 años y enemigo de la pompa vaticana, ministro del revolucionario gobierno
sandinista, motor de la experiencia marxista en Solentimane, habla de Francisco
como el "papa revolucionario".
"De ninguna manera esperábamos un papa de nuestro
continente ni un papa revolucionario en este momento, porque es el elegido de
los cardenales, que fueron elegidos por los últimos dos papas (Juan Pablo II y
Benedicto XVI), conservadores y reaccionarios. Entonces ¿De dónde iba a salir
un revolucionario? Y ha salido", reflexiona en el hotel porteño adonde se
aloja por estos días.
Francisco "realmente está cambiando el rumbo, está
haciendo cosas que habría que haber hecho hace mucho tiempo y nadie hacía, como
no querer usar el papamóvil y pedir que lo llevaran en un carro más pequeño del
Vaticano", repasa Cardenal asimilando cada palabra, dándoles tiempo para
que se hagan escuchar.
"Lo cual es algo muy lógico que hiciera, si es un
discípulo de Cristo que dice que los últimos serían los primeros, las cosas
serían al revés de lo que son y eso está haciendo él, un papa imprevisible,
como actúan los santos", sostiene este poeta capaz de conciliar ciencia,
fe, revolución y marxismo con poesía, escultura y pintura entre otras tantas de
sus vocaciones.
"¿Qué es Dios? Pues es amor mutuo y compartido que
encarna en nosotros. ¿Si el cristianismo es amor? Sí claro, no es otra cosa más
que eso puesto en práctica como debe ser, aunque naturalmente que muchas veces
se realiza como egoísmo, odio o violencia. ¿Y el marxismo? No es lo mismo, pero
son muy compatibles. Perfectamente se puede ser cristiano y marxista (como yo)
o científico", resume.
El creador de poemas como "Oración por Marilyn
Monroe", "Homenaje a los indios americanos" y "Oráculo
sobre Managua" insiste: la poesía ha ayudado mucho a la ciencia y la
religión y en ese marco asume que "conoceremos el universo en su plena
realidad después de la muerte, no podemos conocerlo de esa manera mientras
vivimos en nuestro cuerpo mortal".
"Hay colores que no vemos y los insectos ven, el
ultravioleta -grafica-, si viéramos los colores que no vemos y que están en el
espectro sería una cosa muy diferente, veríamos como Dios lo ve y, como dice
San Pablo, lo veríamos cara a cara".
"La filosofía cristiana, por sí sola, -continúa-
debería poder ordenar una sociedad, la prédica de Jesús fue nada más que eso,
la del establecimiento de una comunidad que él llamó el Reino de Dios, aunque
debiera haberse llamado más bien el Reinado de Dios en la Tierra, no como
territorio sino como acción".
"Fue algo subversivo, naturalmente, y por lo tanto fue
también algo que lo llevó a la muerte, algunos teólogos modernos dicen que la
expresión Reinado de Dios significaba algo similar a lo que ahora significa
entre nosotros la palabra revolución -hace una pausa y rememora:- Yo tengo un
verso que dice `comunismo o Reino de Dios en la tierra es lo mismo`".
"Principalmente mi poesía trata de estos temas en este
mismo lenguaje, la inspiración en el poema principalmente ha sido esta, soy
poeta inspirado en la Teología de la Liberación. ¿Qué es la realidad? No hago
definiciones -se evade-, es muy difícil definir algo... qué es la realidad,
hasta el sueño es también la realidad, no nos metamos en eso", pide y se
despide.
Este viajero incansable -es la segunda vez que visita
Argentina este año- fue homenajeado ayer a en el Palacio Sarmiento durante un
acto encabezado por el ministro de Educación, Alberto Sileoni, junto al poeta
Jorge Boccanera y el periodista Reynaldo Sietecase.
El homenaje forma parte de una iniciativa de la cartera
educativa que ya lleva editado el tercer tomo de la poesía completa de Cardenal
bajo el título de "Canto Cósmico", distribuido por el sello Patria
Grande en escuelas de todo el país.
De hecho, el viernes estará al frente del primer Festival de
Poesía Internacional que se realiza en la localidad mendocina de Guaymallén, en
el marco de la feria librera más convocante del interior del país.
Aunque su nombre sobrevoló con insistencia el Nobel
literario en 2005, fue tardíamente reconocido en ámbitos canónicos, recién a
los 84 años recibió en Chile el Premio Pablo Neruda de Poesía, para repetir la
experiencia tres años más tarde en España, al recibir el Reina Sofía de Poesía
2012.