Como periodista del diario Página/12, Susana Vallejos siguió los
pasos de Susana Trimarco, desde los tramos finales del juicio que absolvió a
los trece acusados del secuestro y desaparición de su hija hasta su incesante
trabajo en la Fundación María de los Ángeles.
"Me obsesionaba una cosa -dice sobre la génesis del
libro-: por qué su figura generaba tanta polémica en Tucumán, mientras que en
Buenos Aires no pasaba lo mismo".
Pero sobre todo, advierte, "el hecho de que todavía
pareciera que esté en discusión la existencia de redes de trata". Y es ahí
donde Trimarco es todo un símbolo de lucha, porque a la par que busca a su hija
pone al descubierto este delito que conlleva la explotación sexual, el
secuestro, la compra y venta de mujeres y niñas, en un entramado de complicidades
interregionales.
Las páginas de este libro, tan imponentes como dolorosas y
conmovedoras, revelan a una mujer fuerte, que acusa, teje con insistencia
alianzas y hace escuchar su voz. "Ella quiere vencer la injusticia",
asegura Vallejos sobre la pelea de esta mamá que "en su soledad hizo algo
con proyección social".
Por eso, "ver lo que hay adentro de la foto" es la
propuesta de este libro que va tras los pasos de Trimarco: la Marilín - como la
bautizó su abuela-, la Susana ama de casa, que le gustaba pasear, tejer y
coser; la madre que se puso al frente de la investigación del caso de su hija,
tanto que incluso se hizo pasar por proxeneta para encontrarla; la que siguió
cada pista y la que transformó su lucha en la de muchas otras.
"Trimarco es una persona común y corriente en
circunstancias extraordinarias. Una situación recontra inesperada la lleva a
descubrir a su alrededor un universo atroz y cotidiano, y convierte su dolor en
acción y se endurece, aprende cosas", resume Vallejos sobre esta mujer,
que se transformó en una líder social, con mira internacional.
Y como tal la sociedad le exige, le pide, le cuestiona.
"Se pierde de vista que no deja de ser la madre de una víctima y a su vez,
también, una víctima". ¿Es consciente del lugar que ocupa hoy? "Si y
no - supone Vallejos-. Sabe que tiene peso público, aprendió las reglas del
ejercicio político y reclama al Estado porque se siente legitimada para
hacerlo".
"Ella tiene una intuición política muy fuerte -valora-.
Gran parte del ejercicio que hace como líder social es ver cómo navega en esas
aguas; no puede rehuir por completo al escenario político, porque para luchar
contra la trata se necesita de aliados de todos los terrenos y en distintas
zonas del país".
Para la periodista, Trimarco abrió los ojos a gran parte de
la sociedad porque "visibilizó redes, mafias y puso el tema en una agenda
pública, social y política,. Logró que la gente creyera que lo que contaba era
real y además mostró que es un problema que sucede en toda Argentina y en
relación con otros países".
"Nunca se quedó en la queja, fundó la Fundación María
de los Ángeles que brinda asistencia integral a las víctimas de trata; dio a
conocer esta problemática aquí y en el mundo, y se involucró en el diseño de la
ley de trata, promulgada en 2012 pero todavía sin reglamentar, sólo para
nombrar alguna de las acciones llevadas adelante desde el secuestro de su hija
en San Miguel de Tucumán.
Como ella, su nieta, Micaela, la hija de Marita, acompaña a
su abuela y lucha, aún con sus 14 años, en contra de la explotación de mujeres
y niñas.
También lo hizo Daniel Verón, el padre, antes de morir,
"ayudó con la investigación y a rescatar chicas pero cuando vio que todo
eso era muy real se derrumbó. Lo ganó la tristeza. Mientras que a Trimarco ver
ese mundo la fortaleció".
El trabajo que realiza desde la Fundación junto a un grupo
de profesionales además de ayudar a erradicar la trata de personas en el país,
"le cambia la vida a personas reales de carne y hueso. Son mujeres que
fueron encerradas, engañadas, vendidas, secuestradas y que tienen que volver a
reinsertarse. Para ello la Fundación les da muchas herramientas", explica
la periodista.
Sin embargo, hay que insistir sobre el tema, mantenerlo
vivo. Y eso es lo que hace todos los días Trimarco ("no para nunca",
cuenta) y es también el aporte de este libro. "¿Qué pasa con María Cash,
con Fernanda Aguirre, con Sofía Herrera? Son casos urgentes pero sin una figura
que lo comunique. Sin premeditarlo Trimarco lo es y su insistencia hace la
diferencia", considera.
"Ella no va a parar de buscar a Marita, todo este
camino lo hace pensando en su hija y aunque no sabe cómo llegar, sí cuál es el
lugar al que ir", concluye Vallejos, sobre esta mujer que hoy, en el Día
Internacional contra la explotación sexual y la trata, se hace escuchar tan
fuerte como ese 3 de abril de 2002.
(ANT)