Yulia Leshenko / Periodista
rusa*
Alfred Nobel, legó su fortuna para los premios que llevan su
nombre. Desde que se instauraron los
Premios Nobel, 110 escritores han sido galardonados con el de literatura, aunque
no existe entre ellos un ganador indiscutible. Los demás candidatos han
levantado tantas o más pasiones que los ganadores. El semanario en castellano
"Rusia Hoy" recuerda algunas peripecias de los candidatos de ese país
al premio, recordando que Ivan Bunin fue el
primer escritor ruso que obtuvo el Nobel de Literatura en 1933.
primer escritor ruso que obtuvo el Nobel de Literatura en 1933.
EL NOBEL Y LAS PERIPECIAS DE LOS ESCRITORES RUSOS
Desde principios del
siglo XX hay un debate abierto sobre cuál de los grandes escritores y poetas
del mundo merece realmente el Premio Nobel. Entre otras nominaciones, Alfred
Nobel dedicó un punto aparte de su testamento a la concesión de un premio al
autor que “creara la obra literaria más destacada de tendencia idealista”. Así
fue como empezó todo...
En 1901, el primer Premio Nobel de Literatura fue otorgado
al desconocido poeta lírico francés Sully Prudhomme, lo que despertó la
indignación de los círculos literarios europeos. Los escritores e intelectuales
suecos llegaron a enviar una carta de Lev Tolstói en la que manifestaban su descontento con la
decisión del Comité del Premio Nobel, aunque en 1901 Tolstói ni siquiera se
encontraba entre los 25 nominados.
No obstante, durante los siguientes cuatro años, su
candidatura fue propuesta cada año, pero el Comité del Premio Nobel y el
secretario de la academia sueca, Carl Vincent no estaban por la labor de
dárselo. Lo cierto es que Vincent se oponía radicalmente a Tolstói, pues
afirmaba que “este escritor ha condenado todas las formas de civilización
existentes e insiste en adoptar en su lugar estilos de vida primitivos,
aislados de todos los preceptos de la alta cultura”.
LA IDEOLOGÍA POLÍTICA DE LOS ESCRITORES
A pesar de que a finales del siglo XIX la literatura rusa
era considerada como una de las más destacadas de Europa, hasta el año 1933
—cuando se le concedió a Iván Bunin—
ningún escritor ruso fue galardonado con el premio. Nunca fueron
nominados Antón Chéjov, tan aclamado por toda Rusia y Europa, el escritor y
periodista Vladímir Korolenko, el idealista romántico Alexánder Blok ni el
fundador de la escuela del acmeísmo, Nikolái Gumiliov.
Aunque entre los candidatos sí que apareció en más de una
ocasión el nombre de Dmitri Merezhkovski. Se podría llamar plusmarquista de los
Premios Nobel a este escritor, traductor, historiador y filósofo religioso:
desde 1914, hubo ocho intentos de incluirlo en la lista de nominados, hasta
que, finalmente en 1937, los académicos adoptaron la decisión de no incluirlo
por considerar que “las intrincadas obras del escritor eran meras
especulaciones místico-religiosas”.
Otro de los aspirantes reincidentes fue Maxim Gorki, un
clásico tanto de la literatura rusa como de la soviética. El Comité del Premio
Nobel rechazó su candidatura en 1918 bajo la opinión unánime de sus miembros de
que “las obras anarquistas y, a menudo, bastante crudas de Gorki no encajaban
de ninguna manera en el marco de los Premios Nobel”.
Sin embargo, Maxim Gorki volvió a aparecer en la lista de
nominados en 1923, en 1928 y en 1930, ocasión en la que se le acusó de “servir
al bolchevismo”, a pesar de que, estrictamente hablando, Alfred Nobel no
escribió nada en su testamento sobre la ideología política de los escritores.
En 1923, se unió inesperadamente a la lista de nominados
rusos el poeta simbolista y excepcional traductor de la lírica europea
Konstantín Bálmont, quien también fue desestimado y no volvió a figurar entre
los candidatos.
En 1930, Thomas Mann, sobrecogido por la epopeya El sol de
los muertos, propuso la inclusión de su autor, el escritor y pensador ortodoxo
Iván Shmeliov —que por aquel entonces llevaba mucho tiempo exiliado en París—
entre los candidatos al premio. Pero los expertos del comité escribieron sobre
el autor esta displicente sentencia: “Aunque Shmeliov, verdaderamente, tiene
dotes de gran escritor, no ha llegado a serlo”.
El siguiente premio se le otorgó en 1958 a Borís Pasternak
por su novela Doctor Zhivago —publicada en el extranjero sin su consentimiento—
pero el acoso al que fue sometido en la URSS obligó al escritor a renunciar al
premio. Y en 1965 fue Mijaíl Shólojov, un escritor profundamente soviético,
quien obtuvo el galardón (el único otorgado con el consentimiento de los
dirigentes de la URSS).
De ahí en adelante, no se puede saber con exactitud qué
otras nominaciones hubo, ya que toda la información relacionada con el trabajo
del Comité del Premio Nobel se clasifica durante 50 años. Muchos otros novelistas
y poetas fueron merecedores, si no de ganarlo, al menos de convertirse en
aspirantes al Premio Nobel de Literatura: Bulgákov, Platónov, Leónov o
Tvardovski primero y, más adelante, Belov, Rasputin, Shalámov, Iskander,
Aksánov, Arábov y Petrúshevskaya.
En los años 60 se rumoreó que Anna Ajmátova había sido
designada ganadora del premio. Más adelante, en 1972, el escritor y disidente
—previamente galardonado con el premio— Alexánder Solzhenitsin escribió al
Comité del Premio Nobel para proponer a Vladímir Nabókov como ganador.
Se cree que Andréi Voznesenski —el cual gozaba de gran
popularidad en la Unión Soviética y era capaz de llenar enormes salas de
lectura de apasionados oyentes— tuvo la oportunidad a finales de los 70, pero
en 1978 se le concedió el Premio Estatal de la URSS y el Comité del Premio
Nobel se olvidó rápidamente de él.
LA REGENERACIÓN DE LA QUÍMICA RUSA
Desde la entrega del Premio Nobel de literatura a Joseph
Brodsky en 1987 (ese mismo año se decía que entre los posibles candidatos se
encontraba también el distinguido autor clásico soviético Chingiz Aitmátov)
apenas se ha hecho mención de los novelistas y poetas contemporáneos rusos.
En 2010 apareció una lista extraoficial de aspirantes en la
que afloraron repentinamente los nombres de las poetas Bela Ajmadúlina y
Yevgenia Yevtushenko, cuya fama llegó más bien en el periodo de estancamiento;
y en 2011 volvió a sonar el nombre de Yevtushenko y el del intelectual ruso
número uno, Víctor Pelevin. Nada más se sabe desde entonces.
¿Cómo se concede el Premio Nobel de Literatura, bajo qué
criterios? Muchos creen que hace tiempo que la decisión del Comité del Premio
Nobel no está exenta de motivos políticos. Se desconoce si esto es cierto, pero
una cosa está clara: sin misterio no existiría ni la literatura ni los premios
literarios.