Comunicadores de la Argentina (COMUNA) considera que la
libertad de expresión, garantizada hoy en nuestro país, tanto por la Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual cuanto por la propia Constitución
Nacional, otorga a todos los ciudadanos el derecho a creer, pensar y opinar
libremente, pero también obliga a repudiar cualquier tipo de acto de
segregación, incluyendo la apología de criminales que enlutan la historia de la
humanidad.
Argentina ha logrado volver a sentirse orgullosa de su
diversidad cultural y, tal cual establece el INADI, no existe ninguna excusa o
“error” que justifique ofender o discriminar, directa o tácitamente a persona
alguna por su origen, nacionalidad, etnia, sexo, religión, opinión política o
gremial, ni hay margen para ningún acto cuyo resultado menoscabe el
reconocimiento o el ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos
humanos.
Advertimos que el ocultamiento o la información tergiversada
o insuficiente que algunos medios difundieron sobre estos hechos, convirtiendo a
sus lectores, televidentes y oyentes en esclavos comunicacionales, privados de
sus derechos, es un acto de discriminación que, como comunicadores, nos reclama
y renueva nuestro compromiso para que nunca más prosperen en nuestro país la
violencia, la censura o la intolerancia.
En ese sentido, expresamos nuestra solidaridad con las
víctimas y nuestro más categórico repudio por:
1) Los atentados sufridos por la Iglesia Evangélica
Metodista Argentina, entidad de reconocida trayectoria en la defensa de los DDHH,
2) El ataque perpetrado en la Catedral por fanáticos que
interrumpieron la ceremonia ecuménica en conmemoración de la “Noche de los
cristales rotos”;
3) Las manifestaciones filonazis del asesor del Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires, Jaime Durán Barba, a la revista Perfil, y a su
permanencia en el cargo.