El psicoanalista francés Eric Laurent, dijo que en gran
parte del mundo contemporáneo se vive una fascinación por la violencia contra
uno mismo y contra los otros. Su último libro, es La batalla del autismo. De la
clínica a la política, que editó la casa Grama. Laurent es uno de los
fundadores de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Publicó más de
veinte libros.
Agitación de lo real es un título inquietante. ¿Cómo entenderlo
respecto a la cuestión del cuerpo?
- Bueno, espero que sea un título unheimlich (inquietante).
Se trata de despertar la atención sobre un punto que Lacan hizo para esclarecer
ciertas aporías en Freud. En Freud, la zona de contacto entre la ciencia y el
psicoanálisis era el funcionamento de la economía libidinal. Después de
1920, la economía del deseo tenía como
horizonte a la pulsión de muerte y un nivel cero de energía -esto es, el
principio del Nirvana, como decía Sabina Spielrein. Esta perspectiva permitía
sostener la hipótesis de la vigencia de la segunda ley de la termodinámica, que
introduce la inercia entrópica como horizonte energético final. Así, esa
hipótesis definía algo como un real en el psicoanálisis. Lacan, a su vez,
intentó definir la pulsión de muerte a partir de lo que tiene lugar en la
experiencia analítica, sin introducir hipótesis suplementarias. Primero mostró
que se podían ignorar aspectos vitales pensados como imaginarios, de la pura
repetición significante. En la enseñanza de Lacan (tal como dice Jacques-Alain
Miller) aquel fue uno de los paradigmas del goce.
Y siguió: trató (y consiguió) aislar un modo de repetición
que no fuera la repetición significante. Definió al Uno del goce que se repite
en el horizonte de la experiencia analítica pero que no obedece a las leyes de
la repetición significante, y tampoco a la lógica del fantasma. Ese horizonte
aparece en los análisis de larga duración. Y esa repetición diagrama un
universo sin ley, sin necesidad, que Lacan pensó como encuentro con la
contigencia. De esto trata la agitación de lo real. No del imaginario del
movimiento browniano que obedece a las leyes de la mecánica estadística sino
del encuentro de los cuerpos con la contingencia del goce que introduce la
consideración del sinhtome.
La dietética, la pedagogía, el biopoder, la genética, etcétera. ¿De qué
manera esas prácticas, esos saberes, tocan al cuerpo del sujeto del discurso de
la ciencia?
- En el Seminario XIX, Lacan hace observaciones muy
llamativas sobre esto. Por ejemplo, constata que el conocimiento del cuerpo es
obtenido primero por la sabiduría de quienes querían aliviarse de la presión
del deseo. Son las prácticas que se centraron en la hygiene como principio
fundamental del conocimiento de sí. El souci de soi, como decía (Michel)
Foucault, permitió la elaboración de un saber sobre el goce a través del
control del cuerpo. Y que no tuvo lugar sólo en la filosofía griega, que en la
variedad de sus escuelas, siempre tuvo una dimensión de técnica del cuerpo ;
también en la religión judaica, en la cual el Qohelet es un libro de sabiduría.
Atenas y Jerusalén se encuentran en la perspectiva del saber higiénico.
La otra vía de conocimiento del cuerpo, que no se controla
con la hygiene, es la enfermedad. Capturado por la enfermedad, el cuerpo revela
posibilidades de sufrimiento y de salvacion impensables. Pero la alianza entre
la medicina y la ciencia ha inventado una nueva experiencia de la enfermedad,
que pone al cuerpo en un aparataje inédito, con técnicas cada vez más
sofisticadas. El verdadero cuerpo biónico no es tanto el cuerpo sano que sueña
extender el poder de sus órganos: es el cuerpo enfermo que se transforma en
objeto de experimentación, de nuevas
generaciones del mismo medicamento, o/y de máquinas de control y suplencia que
componen nuevos organismos. Claro que esto diseña experiencias inéditas de goce
corporal de las cuales existen cada vez más testimonios, en los análisis, en
los relatos literarios del atravesamiento de una enfermedad potencialmente
letal. Las reacciones del cuerpo, su resiliencia tanto como su abandono, tienen
un efecto sorpresa que inclina a la medicina contemporánea a salir de la simple
consideración sobre los grandes números, la Evidence Based Medicine, para
atender una perspectiva de la singularidad. Esta perspectiva moviliza a la
genética y a los saberes sobre el cuerpo en un horizonte que trata de encarnar,
de hacer presente lo más rápido posible la empresa eponímica de digitalización
del mundo que es Google. Sus últimas jornadas de estudio tenían como título
Hacer retroceder la muerte.
El psicoanálisis nombra otro saber sobre el goce: de la
repetición del síntoma y del fantasma hacia la contingencia del síntoma.
¿Existe una diferencia entre el sujeto, capturado por el discurso de la
ciencia, y lo real que agita a ese sujeto, ese real que se presenta como
inasimilable, irrepresentable, imposible de mensurar?
- Esa diferencia fue definida por Lacan como una respuesta.
Propuso un sujeto respuesta a lo real. Decirlo así implica separarse de las
concepciones previas del sujeto. Por ejemplo, el sujeto supuesto por el
existencialismo consideraba la reciprocidad imaginaria del Tú y el Yo como una
dimensión fundamental : el sujeto era una respuesta al otro fundamental, una
suerte de hermano inteligible desde el principio ético de no hacer al otro lo
que no quieres que te hagan. Lacan cambia esa perspectiva fundando el sujeto en
relación a lo que usted bien define como inasimilable, irrepresentable,
imposible de mensurar. Se trata de un sujeto más vinculado a su angustia que a
su prójimo. A condición de considerar que la angustia no es angustia de la
muerte sino angustia frente al goce articulado de lo vivo, angustia frente al
deseo del Otro.
Cuando se dice todos solos, todos autistas, todos adictos, ¿qué se
quiere decir estrictamente, si se piensan esos sintagmas desde el
psicoanálisis?
- Si se piensan esos sintagmas desde el psicoanálisis,
aparecen como aporías. En un primer nivel, se puede decir que trazan un
horizonte común, esto es, cómo se vive la pulsión en la época del discurso de
la civilización. En la época del individualismo de masa, existe un registro de
soledad para todos que la puede explorar incluso la sociología. La sociología
describe a un sujeto encerrado en modos de vivir múltiples pero solitarios, con
lazos líquidos hacia el otro (Zygmunt Bauman), relaciones vacías, efímeras al
otro de la hipermodernidad (Gilles Lipovetsky) o al refugio de la performance
adictiva hasta el cansancio de sí mismo (Alain Ehrenberg) que pueden llevar a
la melancolía, al delirio báquico o al terrorismo. Este horizonte común está
subvertido por Lacan cuando enuncia : Todo el mundo es loco, es decir, delira,
porque reenvía a la manera singular con la cual cada uno delira en este común.
En este sentido, el sujeto del delirio singular es una respuesta a lo real que
testimonia de otra experiencia que la que describen los sociómanos de Philippe
Sollers.
¿Es posible que el sujeto del común (del que habla Toni Negri), bajo
estas condiciones, sea capaz de pensar una política emancipatoria, teniendo en
cuenta los reparos que Lacan tenía al respecto?
-Definir al sujeto a partir de lo común es partir de una
noción del todo que la experiencia analítica no anula pero pone en cuestión. En
ese sujeto del común hay algo demasiado vinculado al (sujeto) husserliano de la
fenomenología. Así, se piensa la experiencia del mundo posible a partir de una
presencia de evidencias mudas, compartidas como axiomas silenciosos de la
experiencia y de la continuidad de la existencia. Es lo que el psiquiatra
alemán Wolfgang Blankenburg postuló como
las evidencias que definen el sentido común.
Su obra describe lo que sucede clínica y fenomenológicamente
cuando se pierde la evidencia natural. En su segunda tópica, Freud también
englobó al Yo en función de un Todo transmitido -subraya Lacan- por el
sociólogo Gustave Le Bon y su teoría de las masas. Las hipótesis de Massenpsychologie und IchAnalyse (Psicología
de las masas y análisis del yo) son criticadas por Lacan desde sus principios.
Es conveniente partir de la experiencia del no-todo, el aparato de goce de uno,
su síntoma, su fantasma, el delirio singular. Es desde ese punto que se puede
considerar un uso no masificante de las identificaciones. Esta dimensión de la
cosa se hace evidente cuando se revisa la experiencia del sujeto femenino.
Algunas feministas hablan de sororidad como los hombres de fraternidad. Otras
subrayan que la originalidad de la posición femenina es la preocupación por el
otro, el care, palabra inglesa difícil de traducir en todas sus acepciones.
Pero Lacan encontró otra manera de presentar la originalidad de la relación
femenina con la identificación. Dijo que las mujeres no tienen la misma
tendencia a la identificación narcisista que los hombres porque pueden ser el
síntoma de otro cuerpo. Esa alteridad es abierta por el desplazamiento del
objeto, punto crucial de lo que Freud aisló como una de las particularidades
del Edipo femenino. Entonces, las mujeres no tienen la misma relación que los
hombres con la experiencia de la identificación y del Todo. Cuando
(Jacques-Alain) Miller habla de la feminización del mundo, esa dimensión
aparece cada vez más como un componente de las políticas del todo, sea en la
multiplicidad de los modos de vivir la pulsión, o en el pasaje de los derechos
humanos a los derechos uno por uno, que implica una desacralización de lo
universal.
Finalmente, en la película Das experiment, de Oliver Hirschbiegel,
¿existiría alguna clave para entender por qué el psicoanálisis de orientación
lacaniana está condenado a sobrevivir en este mundo que decidió sepultar la
relación del sujeto con su finitud, y se entregó a la acción-reacción del
cognitivismo social?
-Sin dudas. Hirschbiegel tiene una sensibilidad especial
para explorar la emancipación de las formas del Todo. Ultimamente se interesó por la princesa Diana
Spencer como objeto de experimentación social, el uso que ella hizo de su
posición de excepción en relación con un todo, la figura de Princess of the
People, como la llamó el responsable de las comunicaciones del ex premier Tony
Blair. Hirschbiegel inició su carrera concentrándose en la novela de Mario
Giordano , Black Box, inspirada en el experimento de psicología social de
Philip Zimbardo en la Universidad de Stanford, California, en agosto de 1971.
Wikipedia presenta así la cuestión: El experimento de la cárcel de Stanford es
un conocido estudio psicológico acerca de la influencia de un ambiente extremo,
la vida en prisión, en las conductas desarrolladas por el hombre, dependiente
de los roles sociales que desarrollaban (cautivo, guardia). Fue llevado a cabo
en 1971 por un equipo de investigadores liderado por Philip Zimbardo de la
Universidad Stanford. Se reclutaron voluntarios que desempeñarían los roles de
guardias y prisioneros en una prisión ficticia. Sin embargo, el experimento se
les fue pronto de las manos y se canceló en la primera semana. Las
preocupaciones éticas que envuelven a los experimentos famosos a menudo
establecen comparaciones con el experimento de Milgram, que fue llevado a cabo
en 1963 en la Universidad de Yale por Stanley Milgram, un antiguo amigo de
Zimbardo. El estudio fue subvencionado por la Armada de los Estados Unidos, que
buscaba una explicación a los conflictos en su sistema de prisiones y en el del
Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Zimbardo y su equipo intentaron probar
la hipótesis de que los guardias de prisiones y los convictos se
autoseleccionaban, a partir de una cierta disposición que explicaría los abusos
cometidos frecuentemente en las cárceles. Los participantes fueron reclutados
por medio de anuncios en los diarios y la oferta de una paga de 15 dólares
diarios por participar en la simulación de una prisión. De los 70 que
respondieron al anuncio, Zimbardo y su equipo seleccionaron a los 24 que
estimaron más saludables y estables psicológicamente. Los participantes eran
predominantemente blancos, jóvenes y de clase media. Todos eran estudiantes
universitarios. El grupo de 24 jóvenes fue dividido aleatoriamente en dos
mitades: los prisioneros y los guardias. Más tarde los prisioneros dirían que
los guardias habían sido elegidos por tener la complexión física más robusta,
aunque en realidad se les asignó el papel mediante el lanzamiento de una moneda
y no había diferencias objetivas de estatura o complexión entre los dos grupos.
La prisión fue instalada en el sótano del departamento de psicología de
Stanford, que había sido acondicionado como cárcel ficticia.
Acá tenemos una experiencia fuerte de relación entre
identificación y goce, o un goce de la identificación que conduce a los sujeto hombres a no a ser síntomas de
otro cuerpo sino el estrago de esos cuerpos. En La batalla del autismo recuerdo
la experiencia, en la década anterior, de Stanley Milgram, en Yale : se trataba
de evaluar el grado de obediencia de un individuo a una autoridad que considera
legítima y analizar los procesos de sumisión a la autoridad, en especial cuando
ésta induce a acciones que plantean problemas de conciencia al sujeto. Esta
experiencia estaba destinada a saber hasta qué intensidad de electroshocks
estaban dispuestos a llegar unos adultos para castigar a otros cuando
prescribía el castigo en cuestión (y cuyos efectos eran simulados por actores
sin que los participantes lo supieran). De quienes se prestaron, muy pocos se
resistieron a intensificar el daño. Francia no es el único país donde se ha
reflexionado sobre las consecuencias de efectivizar órdenes absurdas de una
autoridad convertida en superyoica, obscena y feroz.
Ahora bien, la repetición del resultado de estas experiencias
operan como el revés hard de los desplazamientos de la sensibilidad actual.
Películas como Zero dark thirty hacen participar sin distancia de sesiones de
tortura por el bien común. Y como éxito de librería está Cincuenta sombras de
Grey, que da una idea del interés de la época en una supuesta verdad, superior
al dolor, como experiencia de goce en el cuerpo. Roman Polanski también captó
esto con su Venus à la fourrure. La entrega a la acción-reacción del
cognitivismo social, como usted dice, no testimonia un rechazo del sujeto sino
una manera contemporánea de vivir la pulsión, en sintonía con la fascinación
epocal de la violencia contra uno mismo y contra los otros.
(FUENTE: ANT)