La nueva versión pretende acabar con la discriminación de
las mujeres, los judíos y otros grupos sociales. Sus editores propusieron que
su Biblia sea "políticamente correcta". Muchos se preguntan si el
libro, cuya primera tirada de 20.000 ejemplares se agotó en dos semanas, es más
una nueva interpretación de la Biblia que una nueva traducción, como la definen
sus editores.
Como en hebreo la palabra Dios es neutral, en esta versión
regresa aquel nombre, Adonai, sin género, para emplear un lenguaje
políticamente correcto. Alterna esta denominación, además, con "el
Eterno" y "la Eterna", "Él" y "Ella",
"el Santo" o "la Santa", "el Viviente" o "la
Viviente" o, simplemente, "Tú". Los fariseos aparecen
acompañados de fariseas y los apóstoles, de apostolinas. Se elimina el papel
secundario de las mujeres, su discriminación sexual, manifestada en expresiones
como "hija de" o "madre de".
Mientras en la anterior versión de los Evangelios, Jesús
predica que no se debe matar y luego dice: "Pero yo os digo...", en
la nueva versión de los teólogos (¡y teólogas!) alemanes se cambia por:
"Yo hoy os lo comento/ interpreto así" (Ich lege euch das heute so
aus), cómo si Jesús hubiera querido decir simplemente: 'También se puede ver
así". La búsqueda de la igualdad revisa incluso la cita del apóstol Juan:
"En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la
palabra era Dios". En la nueva versión se transforma en estos términos:
"En el principio existía la sabiduría y la sabiduría estaba con Dios, y la
sabiduría era Dios".