Entrevista con el especialista en comunicación Martín
Becerra. "No conozco un antecedente de un mismo grupo que, obligado por
una regulación estatal, conduzca y administre su propia desconcentración",
describió.
Por Enrique de la
Calle
¿Qué valoración hace de la propuesta que hizo el Grupo Clarín?
- Es una propuesta que desborda las exigencias de la ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual. Es una propuesta de reorganización del
Grupo en una red de empresas. Aunque forzado por la ley, no sólo se presenta
para cumplir con la norma sino con la idea de posicionarse frente al escenario
de desarrollo de los medios y de la convergencia entre medios e internet.
Clarín propone dividirse en seis unidades. Si no entendí mal: ¿usted
decía que el grupo está pensando en vender cuatro de esas unidades?
- No. Lo que dice el plan es que el corazón de las
actividades del Grupo están en las dos primeras unidades. En la primera, tiene
la producción de contenidos audiovisuales. En la 2 tiene las redes de
transporte de contenidos, básicamente Cablevisión y Fibertel (aunque hay
licencias de Cablevisión en otras unidades). Mi interpretación es que hoy el
grupo es un conglomerado multimedios que reúne numerosísimas actividades de
producción, transporte de contenidos, en diferentes soportes. Está todo
mezclado en el Grupo. De aprobarse y desarrollarse este plan vamos a una red de
empresas con objetivos y prácticas productivas muy específicas. Clarín se va a
transformar en una red de empresas específicas, no tan conglomerales, y el
corazón de la actividad va a estar en las unidades 1 y 2. De ahí que mi
interpretación es que las otras unidades no tienen tanta importancia en el
diseño de este plan.
En el plan no se dice nada del diario Clarín ni de las actividades de
AGEA. ¿Es así?
- Claro, sobre las actividades gráficas, la participación en
Papel Prensa, la agencia DYN, es decir, todos los medios que no son alcanzados
por la ley de Medios (son muchísimos) quedan afuera de este plan. No dice nada.
Hay dos posibilidades: una es que se asocien a una de las unidades. Otra es que
todos esos medios que quedan afuera de los alcances de la ley se constituyan en
una nueva unidad. Tendría una lógica defensiva. El Grupo Clarín se atajaría
ante leyes futuras, hipotéticas. Pongamos que Clarín ata todas las actividades
a la unidad 1 y dentro de tres años el Congreso dice que un grupo no puede
tener gráfica y canal de televisión. Se deben haber curado de espanto y deben
pensar en esta posibilidad.
¿Hay otros antecedentes a nivel mundial o regional de otro conglomerado
de medios que se reduzca notablemente a partir de una intervención del Estado?
- Hay antecedentes de medios intervenidos por el Estado, de
estatizaciones. De esos, hay muchos ejemplos. Sin emabrgo, no conozco un
antecedente de un mismo grupo que, obligado por una regulación estatal,
conduzca y administre su propia desconcentración. Hay grupos que han vendidos
medios a partir de otras situaciones, por una crisis económica por ejemplo. En
este caso es obligado por una ley anticoncentración. Este tipo de antecedente,
si lo hay, no lo conozco.
¿Y el caso podría servir como un antecedente virtuoso para países como
México o Brasil, donde existen grupos con importantes niveles de concentración?
- Los poderes estatales en Brasil no han dado señales
concretas de querer avanzar en alguna regulación que procure limitar la
concentración altisima que por ejemplo tiene la televisión abierta en el caso
de O Globo. Los méxicanos miran con interés el caso. No, porque la regulación
sea parecida ni su estructura de medios sea la misma. Pero ahora la reforma
constitucional propuesta ahora mismo por Peña Nieto impulsa una
desconcentración en el mercado de televisión. Hay mucha diferencia entre los
casos argentino y mexicano. Pero ahí tenés otro caso interesante. El grupo
Televisa va a tener que ceder cuotas de mercado a una nueva competencia. Eso
ocurre en simultáneo con la desconcentración del mercado de telecomunicaciones
que hoy está en manos de Telmex, situación que en la Argentina no se da. Porque
hablamos de la concentración del mercado audiovisual y no se dice nada de la
concentración en las telecomunicaciones.
El vocero de Clarín dijo que los medios audiovisuales no son rentables.
Que lo son siempre y cuando estén incluidos en otra escala de negocios. ¿Cuál
es su opinión al respecto?
- Es una discusión que tiene muchas variables para
considerar. No podés cerrar ni con un sí ni con un no. Los medios privados en
la Argentina tienen dificultades para lograr rentabilidad, y de allí la profusa
pauta oficial que hay, no sólo del Gobierno Nacional. Muchos medios privados
comerciales no podrían sobrevivir sin la pauta oficial. Miremos lo que pasa con
los 5 canales de la Ciudad de Buenos Aires. A uno lo banca el Estado, Canal 7.
Otro es del Grupo Clarín, que tiene gran escala. Otro es Telefónica, también
con escala. Otro es de Ángel "el fantasma" González, que tiene un
esquema económico muy curioso donde el Gobierno Nacional pone muchos recursos.
El quinto es del Grupo Vila - Manzano - De Narváez, que es unn grupo económico
muy importante. Qué te quiero decir con esto: los canales de aire de la plaza
más importante, como es la Ciudad de Buenos Aires, pertenecen a grandes grupos.
Eso parece darle la razón al vocero de Clarín cuando dice que se necesita
escala. Pero hay empresas periodísticas como La Nación que tiene un
funcionamiento saludable sin estar asociada a un gran grupo. Concentra su
actividad sobre gráfica y funciona económicamente. Por eso te decía que hay
muchas variables a considerar.
Habló en un momento de la convergencia, pienso en el "triple
play". ¿La regulación argentina está preparada para ese nuevo escenario
tecnológico?
- Es un capítulo pendiente. La ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual no lo resolvió a partir de las negociaciones entre el
Gobierno y algunos sectores opositores.
El primer boceto de la ley, sí contemplaba ese escenario.
- Claro, pero sectores de centroizquierda pidieron dejar
afuera a las telefónicas. Para mi fue un error porque la ley contemplaba la
participación de las telefónicas pero con muchas limitaciones. De cualquier
modo, eso quedó afuera de la ley. Por eso creo que en el futuro no muy lejano
habrá que diseñar una regulación complementaria de la actual que contemple la
convergencia y el triple play, y que le imponga condiciones rigurosas a las
telefónicas. Imagino también que establezca condiciones de neutralidad de la
red para los proveedores de conexiones a internet. Imagino una regulación más
integral. Hoy eso no está contemplado.
Al no estar contemplado: ¿ese escenario favorece a las telefónicas?
- De alguna manera sí. Si vos no regulas a los grandes
actores, se hacen un festín. Porque se mueven en un vacío legal. Ahora, no es
que estemos desactualizados, que tengamos una ley obsoleta como dicen muchos
opinadores. Estuve en países del primer mundo y te aseguro que ellos también
están desconcertados. No es que ellos la tienen clarísimo y nosotros tenemos
una ley del siglo XIX.
Decía que recorrió países del primer mundo. ¿Hay alguno que sí haya
avanzado en este escenario de futura convergencia y que pueda ser tomado como
modelo?
- Sí, hay avances. Están desconcertados pero están avanzando
en la materia. La Comisión Europea viene regulando los servicios audiovisuales
que ellos describen en lineales o no lineales. Lineales son los que tienen
programación, más allá del soporte (puede ser por internet, por cable o aire,
no importa). Son avances que ellos mismos también ven como insuficientes. Lo
que pasa es que la tecnología avanza y los deja en off-side a los legisladores.
Regular la convergencia es un desafío en todo el mundo. En Argentina es un
desafío mayor porque la ley dejó afuera a las telefónicas.
Fuente: APU
NOTA:
Martín
Alfredo Becerra (Santa Fe, 1968) es investigador, profesor universitario y
periodista argentino, doctor en Ciencias de la Información por la Universidad
Autónoma de Barcelona e investigador del CONICET. También obtuvo el título de
Magíster en la Universidad Autónoma de Barcelona y de Licenciado en Ciencias de
la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires.
Es docente
de posgrado en las universidades nacionales de Quilmes, Buenos Aires y La
Plata, y en la Universidad Diego Portales, de Chile e impartió conferencias en
universidades españolas, brasileñas, mexicanas y ecuatorianas. Se desempeñó
como Secretario Académico de la Universidad Nacional de Quilmes, director del
Departamento de Ciencias Sociales y director de la Licenciatura en Comunicación
Social de esa Universidad.