No sólo es noticia que la presidenta Cristina Fernández sea
la madrina de Umma, hija de un matrimonio de mujeres, también lo es que la iglesia
Católica permita la ceremonia, ya que en algunos casos se resistía hacerlo incluso ante personas heterosexuales por no estar casadas.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aceptó el
pedido de la ex policía Carina Villarroel y su esposa Soledad Ortiz para ser la
madrina de su beba Umma, quien fue bautizada este sábado en la Catedral de
Córdoba por el párroco Carlos Varas.
La mujer, que fue cesanteada de la policía el pasado 25 de
marzo tras negársele una licencia por maternidad, explicó: "Para nosotras
es algo muy importante el bautismo y si bien mi esposa y yo no somos católicas
practicantes, consideramos que nuestra hija merece ser bautizada".
En este sentido, reivindicó el hecho de que "la Iglesia
haya aceptado bautizar" a su hija porque "significa que hay un cambio
social a partir de la sanción de la ley del matrimonio igualitario".
El bautismo de Umma es el primer caso de madrinazgo
presidencial por fuera del decreto del séptimo hijo y en la ceremonia, que se
concretará en la Catedral cordobesa a las 10.30, Cristina estará representada
por la edecán naval Claudia Fenocchio.
"Este bautismo es el único caso por fuera del decreto
de madrinazgo presidencial que autoriza la figura para todos los séptimos hijos
varones y mujeres", informó a la prensa Nancy Esteche, directora del área
de Madrinazgo presidencial.
César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual
Argentina (CHA" destacó "esta decisión de la Presidenta de la Nación,
de ser la madrina de Umma, porque estos actos son los que nos ayudan en nuestra
lucha para enfrentar la discriminación por orientación sexual, expresión e
identidad de género".
Desde que asumió como presidenta, Cristina Fernández de
Kirchner se convirtió en madrina de 400 niños y niñas
""Es también un nuevo motivo para recordar el
premio dado el año pasado a Cristina Fernández de Kirchner por la International
Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association (ILGA) por los logros y
el trabajo en pos de los derechos y la igualdad de las personas Lesbianas,
Gays, Bisexuales, Trans e Intersex".
En tanto, el vicario de la Pastoral Villera de Buenos Aires,
Gustavo Carrara, destacó que "el Papa Francisco expresó hace unos días que
la Iglesia no puede ser una aduana de la fe; esa es el espíritu evangélico: el
de una iglesia cuya misión es recibir a todos con misericordia y bondad".
"Jesús invita a entrar al camino de la fe a todos y
sobre todos a los niños", explicó el sacerdote y dijo "no poder
asegurar cuántos de estos niños fueron
bautizados" pero sugirió no tomarlo como una novedad.
Carrara recordó que "el bautismo no compromete sólo a
los padres y padrinos a cuidar la fe de ese niño sino que es toda la comunidad
cristiana la que se ofrece a cuidarlo a través de la educación, la escuela, el
deporte, y todo lo que pueda ayudar a ese niño a crecer en la fe".
Para Nicolás Alessio, quien fue apartado de su función
sacerdotal en 2013 por sus declaraciones en favor del matrimonio igualitario en
Córdoba, "el bautismo es un sacramento que no se le niega a nadie, por eso
no se trató de una actitud benevolente del arzobispo Carlos Ñañez".
Alessio, que sigue llevando adelante casamientos y
bautismos, aclaró que éste "no es el primer caso" ya que él realizó
"dos bautismos de niños de matrimonios del mismo sexo, sólo que no
tuvieron tanta repercusión pública".