En su forma moderna nació en Inglaterra pero, como lo
confirma el Mundial que se está jugando actualmente en Brasil, esa nación fue
perdiendo poco a poco primero la exclusividad y luego la supremacía. Reproducimos un artículo publicado en la revista francesa Herodote.
UN ORIGEN OSCURO
Muchas naciones reivindican la invención el fútbol: los
italianos, y más en especial los florentinos, con el calcio, juego tadicional
muy violento; los franceses, con la soule (posible antecesor del fútbol y del
rugby) que se jugaba también con brutalidad. Pero es indudablemente Inglaterra
la que vio nacer el juego, al menos bajo su forma moderna.
El nombre aparece a fines de la Edad Media y se lo encuentra
bajo la pluma de Shakespeare (en el Rey Lear, I, 4, el conde de Kent insulta al
odioso intentendente, tratándolo de “vil jugador de football”, antes de hacerle
una zancadilla).
Pero es en las escuelas públicas prósperas y en las
universidades donde se desarrolla, en el siglo XIX, el fútbol que conocemos. Los
deportes son en ese entonces el pasatiempo favorito de la aristocracia, pero el
futbol, entonces llamado football-associaton, se le escapará muy pronto a esa
elite social, al revés que su variante, el rugby –originalmente llamado
football-rugby- que seguirá siendo por mucho tiempo una actividad de la alta
sociedad.
EL AVANCE BRITÁNICO
En 1857 es creado el primer club, el Sheffield Football
Club. Le sigue, en 1863, la federación inglesa, bajo el nombre de Football
Association. Está encargada de unificar el reglamento y organiza a partir de
1871 su Copa: luego, en 1888-1889, el primer campeonato.
Entre tanto, el profesionalismo fue adoptado, desde 1885, no
sin suscitar fuertes resistencias: los clubes del norte y de las regiones
mineras, en manos de industriales, son partidarios convencidos, mientras que
los del sur, frecuentados por la elite más tradicional, se niegan durante
varios decenios a que se sea retribuido por lo que consideran es una diversión.
Sin embargo, el auge del fútbol será exponencial.
En 1901, la final de la Copa, que se desarrolla en el centro
deportivo de Crystal Palace, ¡recibe unos 110.000 espectadores! A la de 1923,
en ocasión de la inauguración en el Empire Stadium de Wembley, se apretujan
200.000 personas.
Por varios decenios Inglaterra tiene un solo rival: Escocia,
contra la cual disputa el 20 de noviembre de 1872, el primer partido
internacional oficial de la historia (0-0). Mientras que los ingleses
privilegiaban el driblear, heredado del duelo caballeresco, los escoceses
practican el juego de pases que resulta mucho más eficaz y se difunde
progresivamente.
FÚTBOL Y REVOLUCIÓN
INDUSTRIAL
La difusión del fútbol sigue a los ingenieros y hombres de
negocios británicos empleados en los astilleros y puertos europeos, y luego en
los sudamericanos. También pasa a Suiza, país donde están implantadas numerosas
escuelas inglesas.
Los clubes fundados por los británicos expatriados se abren
progresivamente a los extranjeros, como Nápoles o Génova, en Italia, o Le Havre,
primer club francés (1872). Sus colores “cielo y marino” son el fruto de un
delicado compromiso entre ex estudiantes de Oxford, que llevan todavía hoy las
camisetas azul oscuro (dark blue), y los de Cambridge, adeptos al celeste
(light blue).
Progresivamente, esos clubes se abren a los “locales”,
mientras que muchos aristócratas e industriales anglófilos crean los suyos
propios. Su estructuración sin embargo es más tardía, y en Francia Jules Rimet
jugará en ello un rol de motorizador.
El primer partido internacional del equipo de Francia se
disputa en Bruselas, el 1º de mayo de 1904, contra Bélgica, y termina en
empate, 3 a 3. La primera victoria francesa tiene lugar algunos meses más
tarde, contra Suiza, el 12 de febrero de 1905.
Los jugadores no gozaban entonces de las consideraciones de
sus sucesores en la actualidad: durante otro partido contra Bélgica, el
arquero, Crozier, llamado bajo bandera, ¡debe dejar el terreno de juego antes
de que termine el partido para regresar a tiempo a su regimiento! Si Francia
puede resistir a ciertos equipos continentales, no sucede lo mismo ante
Inglaterra que en 1906 la bombardea 15 a 0, ¡y reincide en 1908 (12 a 0)!
Convencidos de su superioridad, los británicos se mantienen
a distancia de las organizaciones internacionales que se van creando, y
boicotean la FIFA en 1920 para protestar contra la reincorporación de Alemania
y de Austria, luego contra el falso amateurismo practicado en las Olimpíadas,
de las que los jugadores profesionales no podían participar.
La gran época británica se termina a los ojos del mundo en
1950, cuando Inglaterra es vencida en la Copa del Mundo por Estados Unidos. Por
entonces hace ya tiempo que el fútbol no es más un asunto de gentlemen de
Oxford o Cambridge…
FÚTBOL Y POLÍTICA
El fútbol, convertido en algunos decenios en el deporte más
popular del planeta, fue muy pronto una apuesta nacional, política e
ideológica.
Después de que la FIFA admitiera entre sus miembros a
Austria, Hungría y Bohemia, ésta última fue excluida por presión de Viena. Es
que en esa época, austríacos y húngaros codirigían Austria-Hungría a expensas
de los eslavos y en particular de los checos de Bohemia. En cambio, los
integrantes del Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda) habían
obtenido sin dificultad su afiliación a la FIFA desde 1910, prueba de una mayor
apertura de Londres a la diversidad política.
Por sugerencia de Jules Rimet, la primera Copa del Mundo fue
organizada en 1930 en Uruguay, lo que gustó a los sudamericanos. Uruguay se
honró al no reservar el juego sólo a los blancos (una de las estrellas de su
equipo, José Leandro Andrade, era negro).
En los países totalitarios, el fútbol fue rápidamente
recuperado por los dirigentes. Empezó con Mussolini, que obtuvo con fórceps la
organización de la 2ª Copa del Mundo en Roma en 1934. El equipo italiano no
pudo menos que ganar la Copa. En Francia, bajo la Ocupación alemana, el deporte
en general, y el fútbol en particular, se volvieron apuestas ideológicas
mayúsculas…
En 1954, los alemanes vieron en la victoria milagrosa de
Alemania el regreso de su país a la normalidad. Mucho más tarde, en 1986, los
argentinos gozaron con Maradona de una revancha simbólica contra Inglaterra que
los había humillado en la guerra de Malvinas.
La victoria de Francia en 1998, con un equipo multicolor
“black-blanc-beur” (negro, blanco, árabe), dio testimonio de la apertura del
pueblo francés… sin por ello solucionar las dificultades de integración de las
minorías surgidas de la inmigración africana. Y en 2010 la organización del
Mundial de Fútbol por primera vez en África, en la Nación arcoíris de Nelson
Mandela, puso de relieve las promesas del continente negro.
Fuente: Yves Chenal,
Infobae. (1) Artículo de la revista francesa Herodote