Hace un día, nos comenta el arquitecto Guillermo Aleu, "tuvimos el gusto de conocer a Lidia Ferré, quien se
acercó al acampe y compartió muchísimos conocimientos sobre el Patrimonio del
parque con nosotros". Reproducimos una foto del parque antes de ser destruido y las consideraciones que hace esta especialista sobre el valor patrimonial.
Por Lidia Ferré
En la foto que tomé del estado antes del vallado se puede
observar el monumento completo, además con su ubicación muy pensada, en eje con
la calle Primera Junta, el ciprés detrás (que se ha "ladeado" del eje
con el tiempo) el mástil y la pérgola con sus santaritas, formando un armónico
conjunto que se percibe desde la peatonal.
En la imagen digital de "cómo quedará" se observa
una técnica de preservación patrimonial inventada por los santafesinos
ilustrados que se implementa con los monumentos y con las casas que se demuelen
para hacer edificios: lo que yo llamo irónicamente"cachismo", o sea
dejan un "cachito" de algo para consolarnos o calmarnos a los
patrimonieros.
Pensar que tuve grandes maestros de escultura, el hermano
del autor del monumento, Wenseslao y a Miroslav Bardonek (y otros de menor
edad) que me enseñaron de qué se trata un monumento. El monumento es el todo,
su basamento, etc. Estoy segura que José Sedlaceck no pensó sólo en la madre y
el niño, no sólo en el relieve -que no aparece en la imagen digital- (¿lo
piensan tirar o qué?) sino en todo el conjunto, el alto pedestal de la escultura
de bulto, la escalinata, el panel de mármol travertino (ya no se consigue el
mismo según tengo entendido por marmolistas amigos) en el que se incluye el
relieve delicadamente curvo. Ahora aparece presentado en un pedestal bajito que
propende a su vandalismo, en el medio de una fuente que colabora en su
deterioro como es sabido (¿Se sabe?). Estos grandes maestros me enseñaron que
un monumento no puede estar a mi altura o más bajo que yo, o ser más pequeño
que yo, por eso es un monumento. Por eso también es una aberración haber sacado
el magnífico busto de San Martín de Bardonek de su pedestal y del rellano de la
escalinata municipal y su coloción al aire libre, bajito, en un lugar anodino
sobre unos tristes "rieles". ¿No hay nadie con formación estética y
con criterio de preservación lógica en la ciudad y en la provincia? Y no es por
nostalgia, es porque ciertas cosas, como dice Gombrich, gran historiador del
arte, "nunca más se podrán ejecutar" por eso hay que conservarlas. No
sigo para no cansar, es mucho lo que se puede decir.
Fotografías que muestran el estado actual del patrimonio