Con el título Parque Alberdi y Plaza San Martín, en el periódico El Observador Provincial editado por El Litoral, se publicó una nota de opinión firmada por el historiador Alejandro Damianovich en la que se refiere al valor patrimonial de estos dos predios. Reproducimos la nota completa.
"La ciudad de Santa Fe se ha visto movilizada en estos días
por la polémica desatada ante el inicio de las obras destinadas a la construcción
de cocheras soterradas en el tradicional Parque Alberdi, medida que ya estaba
dispuesta y publicada desde diciembre de 2012, pero que conmovió a diversos
sectores de vecinos cuando se pudo observar el accionar de las primeras maquinarias
que hicieron desaparecer las antiguas pérgolas, quebraron columnas de alambrado
y desgajaron diversas especies arbóreas, con la intención de trasladar a algunas
y tronchar otras. Fue precisamente el temor a un impacto ambiental negativo la primera
motivación que derivó en un acampe en el lugar y en diversas concentraciones de
protesta.
Si bien el proyecto contó oportunamente con el respaldo del
Concejo Deliberante, hay que decir que en ningún momento fue consultada al
respecto la Comisión Municipal de Defensa del Patrimonio Cultural, en la que,
entre otras entidades académicas y profesionales, está
representada nuestra Junta Provincial de Estudios Históricos.
Se ignoró con ello lo dispuesto en el Art. 4° de la Ordenanza 10115, especialmente
considerando que el parque Alberdi figura en los textos especializados que se
toman como referencia para declarar de interés municipal a aquellos bienes profesionales
relevantes, cuando no es suficiente la mera antigüedad.
El 30 de junio la Comisión se hizo eco del reclamo de los sectores
críticos y produjo un documento en el que fundamenta el valor patrimonial del parque
en su conjunto a la vez que desaprueba la construcción de cocheras en el lugar,
aún cuando esta obra estaría integrada a una "Nueva Plaza Alberdi" parcialmente
sobreelevada y de características totalmente innovadoras que romperían el actual
diálogo entre el Parque y la Plaza Colón, ambos concebidos durante la gestión modernizante
de la intendencia de Francisco Bobbio de fines de los años treinta, y dejarían
interrumpida la proyección visual, especialmente desde la posición de quienes transiten
en automóviles.
La idea de construir cocheras en espacios públicos del centro
de la ciudad se extiende también a la Plaza San Martín, segunda en importancia histórica
en la capital de la provincia, después de la Plaza 25 de Mayo, cuestión que dio
lugar a un dictamen negativo de la Comisión antes mencionada y que ha despertado
la misma oposición en diversos sectores, a los que me sumo modestamente con
este artículo sin dejar de destacar ciertas obras municipales ponderables como
las referidas al Parque Garay, al de la Constitución (cuya Comisión integro), a
la Estación Belgrano o los mercados Norte y Progreso.
Pero, aclarado esto, es precioso convenir que las plazas
tradicionales del centro de Santa Fe, que por su valor patrimonial, no parecen
recibir desde hace tiempo la atención y el cuidado que el Municipio dedica a
otros asuntos. Penoso sería comprobar que hay más proyectos de cocheras soterradas.
UN BRAZO DE RÍO
CONVERTIDO EN PARQUE
Como consecuencia de la construcción del puerto de Santa Fe
se ganaron al río los terrenos que conforman hoy en el Parque Alberdi y la Plaza
Colón. Desde el principio, allá por 1991, se fue diseñando en el lugar un espacio
verde que se denominó Parque Escolar y que estaba espacialmente destinado a las
actividades físicas y competencias deportivas de los alumnos de
las escuelas de la zona. En la "Guía del Turista"
en 1929, se publica una fotografía del predio que por entonces se denominaba "Gimnasio
Escolar Leandro Alem".
En 1940 el parque ya presentaba muchas de sus formas actuales,
pero más potenciadas: la traza interna, su importante mástil, las columnas de alumbrado
(iguales a la Plaza Colón) sus pérgolas semicirculares y una crecida fronda.
Fue el momento en que el intendente Francisco Bobbio jerarquizó el área y dio
continuidad formal al Parque y a la Plaza Colón, mientras en otra zonas de la
ciudad se construía el "Parque del Sur" y se renovaba el "Parque
Garay". Por entonces se lo
denominaba "Parque Infantil Alberdi" y se destacaban
los juegos para niños. El espacio original incluía, hasta mediados de la década
del 50, la manzana que hoy ocupa el edificio del Correo Central y la actual
Plazoleta Blandengues.
El 30 de septiembre de 1958 se introdujo en el parque un elemento
que sería fundamental: el monumento "Homenaje a la Madre", obra del
destacado escultor José Seldacek que se compone, no solamente de la bella
escultura alusiva, sino también del relieve que le da fondo, el pedestal y la
base escalonada de mármol. En el acto inaugural, la presidenta del Concejo Deliberante,
Sra. Elba Freyre de Matella, señaló que el gobierno comunal sería celoso custodio
del nuevo símbolo de "pureza" que inmediatamente se convirtió en un
referente urbano por excelencia entre los
santafesinos.
La ubicación del monumento dentro del parque es inmejorable.
Como lo señala Lidia Ferré en líneas que recoge el informe de la Comisión del
Patrimonio, "estaba muy bien pensada, en eje con calle Primera Junta, teniendo
detrás del mástil, la pérgola con sus santa ritas, formando un armónico
conjunto que se percibe desde la peatonal".
PLAZA "SAN
MARTÍN"
La ciudad colonial se desarrolló en torno a la Plaza Mayor,
actual "25 de Mayo", que en la primera mitad del siglo XX incorporó sus compactos laterales
de alta jerarquía institucional, aunque, lamentablemente a costa del viejo
Cabildo donde se dictara la Constitución de la República. Pero por la misma época
se estaba desarrollando un nuevo centro cívico-religioso distante varías cuadras
hacía el norte: la Plaza San Martín, en cuyo entorno pronto surgieron
importantes edificios, como el Consejo de Educación y la Jefatura de Policía
(1929), sumándose al proyecto de la nueva Iglesia Catedral que quedó inconclusa.
La plaza ya existía en tiempos de Pascual Echagüe, cuando fue
delineada hacia 1844. Fue bautizada varias veces hasta lograr su actual denominación
habiéndosela llamado "Plaza de la Libertad" (1853), "Estanislao López"
(1859), "25 de Mayo" (1862) y "9 de Julio" (1865). Parece
que ya en 1871 se le impuso el nombre de "San Martín".
El imponente monumento ecuestre que la ciudad dedicó al Libertador,
fue inaugurado en 1902 con la presencia del presidente Julio A. Roca. La gran estatua
de bronce es obra del escultor José M. García, y su pedestal de rocas cordilleranas
de cuyo frente emerge la imagen de la República, se debe al artista Torcuato
Tasso.
La Guía del Turista de 1929 muestra una hermosa plaza con
bancos y canteros prolijos en la que resaltan el monumento a San Martín con
un austero basamento escalonado y sin la
plataforma actual, recortándose al fondo la silueta de alta arquitectura del
Consejo de Educación (Escuela Sarmiento), con su esbelta torre sobre la esquina
de calle 1° de Mayo.
La importante plaza nueva reflejaba el espíritu modernizador
de la época en que la idea del "progreso" marcaba el paradigma dominante. Santa
Fe crecía a ritmo vertiginoso y un nuevo
centro cívico se desarrollaba. ¿Qué podía poner límites al desarrollo y al
crecimiento? La "Gran Guerra"
estallada en 1914 vino a destruir el optimismo del centenario y dio inicio
a la "era de las catástrofes".
ESPACIOS AGREDIDOS
Tanto el Parque Alberdi como la Plaza San Martín han sufrido
diversas formas de degradación en su propia planta y en su entorno, más allá de
algunas iniciativas felices, como la recuperación del espacio de la "Catedral
Nueva", oculto durante décadas por un vetusto y deteriorado tapial. Tras
la demolición de la antigua escuela Sarmiento el terreno quedó vacío por bastante
tiempo, hasta que se construyó en el lugar un edificio que no parece presentar
las formas arquitectónicas más acordes con el entorno. Algunas residencias de
valor patrimonial fueron parcialmente demolidas para dar lugar a altas torres. El
uso social del Parque Alberdi no siempre fue el apropiado. La pequeña y bella
escultura de Sedlacek "Alma sin hogar", debió ser trasladada a la
cortada Falucho y finalmente depositada en un sitio seguro fuera de los espacios
abiertos para evitar el bandalismo. El monumento de Homenaje fue recubierto con
placas y plaquetas en forma inapropiada. Luego se instalaron puestos de
vendedores ambulantes que convirtieron parte del parque en mercado informal, lo
que fue corregido por el Municipio en 2008, ofreciendo alternativas a los puesteros,
pero sin que se invirtieran fondos importantes en la puesta en valor del espacio
verde que desde entonces no tuvo mantenimiento aún antes de que se decidiera la constitución de las cuestionadas cocheras a fines de
2012.
CONCLUSIÓN
Quienes somos sensibles a la preservación del patrimonio cultural
y ambiental vemos en el Parque Alberdi y en la Plaza San Martín de Santa Fe, dos
muestras relevantes de la historia y de la memoria urbana que no debe ser
objeto de intervenciones de alto impacto paisajístico y funcional que
subordinen su razón de ser a la solución de problemas urbanísticos que pueden
encararse de otra forma.
El área del Parque Alberdi y la Plaza Colón deberían ponerse
en valor guardando su armonía de conjunto con los mismos y ponderables criterios
que se aplicaron en el Parque Juan de Garay desde esta misma administración
municipal, recuperando sus canteros y sus pérgolas sus árboles y sus juegos
para niños, sus columnas de alumbrado de época, el relevante mástil y la alta
escuela escultórica de las obras de Sedlacek expuesta en el "Homenaje a la
Madre" y en el Monumento a Cristóbal Colón, ya que la prudencia no aconseja
por ahora el retorno del pequeño niño que dormía en el parque abrazando su
perro, bellísima figura con la que el gran maestro alimentó nuestra imaginación
y sobre la que creamos los santafesinos aquel mito urbano, tan triste como ficticio del niño muerto de frío junto a su mascota".
Alejandro Damianovich - El Observador Provincial