Este último 23 de julio se cumplió un nuevo aniversario del
nacimiento de Héctor German Oesterheld. Él
fue quien creyó que era posible una historieta que no sea un simple objeto de
divertimento o evasión desechable e, incluso, fue capaz de revolucionarlo.
Armado únicamente de oficio y conocimiento, fue creador de memorables
aventuras; la más hermosa de ellas, El Eternauta. Obra de culto, de la mejor
ciencia ficción e ilustrada por Francisco Solano López, es una imprescindible
obra conjunta, pero ni la primera ni la única.
Por Boris Katunaric
HORA CERO
Después de su paso por editorial Abril, donde publicó sus
primeros cuentos y luego las maravillosas historietas Bull Rockett y Sargento
Kirk, Oesterheld apuesta a la creación de una editorial propia, Frontera que
comprendía dos publicaciones: Hora Cero y Frontera, ambas a nivel mensual.
Luego se sumaron las Hora Cero semana, Frontera extra y Hora Cero extra,
revistas plenas de la mejor historieta donde la idea radical consistía en dar
mayor libertad a los dibujantes y pagarles más y mejor, al nivel de Europa,
diría Oesterheld después, un emprendimiento maravilloso. El dato curioso, si
pensamos en Oesterheld, es el monopolio de los guiones, prácticamente todos
eran suyos, salvo algunos realizados por su hermano que firmaba con el
seudónimo Jorge Mora. En una larga entrevista realizada por Carlos Trillo y
Guillermo Saccomanno, el viejo nos dice acerca de esto: “nunca me conmoví con
nada de lo que me trajeron. Porque a mí, lo que siempre me importó fue
encontrar una buena historia, pero este término “buena historia”, es tan
vasto…”; lo que implicaba esto era el
desarrollo de entre treinta y cuarenta guiones mensuales. ¿Cómo se logra? A
pleno oficio, pura muñeca, archivo inspirador y desarrollo de argumentos
potentes, con el agregado que implica el humanismo característico del viejo.
Las historias idealistas que proponen un pie de igualdad a buenos y malos, los
relativiza y los héroes no son Súper sino héroes a secas; personas comunes preocupadas
por sus semejantes, dotadas de valores humanos, dudas, conflictos, errores. La
experiencia fue extraordinaria en un principio pero, debido a malos manejos
administrativos de parte de los imprenteros que vendían un remanente en negro,
es decir por fuera de las ventas oficiales de la editorial, además del crédito
que dio la misma imprenta que endeudaba más y más a la editorial, hizo que en
1961 esta tuviera que ser vendida a la editorial Ramírez, la misma que editaba
Vea y Lea; Oesterheld termina siendo
empleado de su propia empresa. Esta época fecunda, la época dorada de la
historieta, dio nacimiento a grandes personajes: Rolo, el marciano adoptivo,
Ernie Pike, Randall, El Eternauta…
EL ETERNAUTA
Cuatro tipos jugando al truco, lo que se llama en guión
“equilibrio inicial”, donde se da un pantallazo a la cotidianeidad de los
personajes. La nevada mortal, los cascarudos, los manos, los gurbos, todos
estos personajes controlados por los Ellos, seres indefinidos que tercerizan el
mal, que esclavizan seres para que hagan el trabajo sucio, el control sobre el
control, el supra poder invisible.Con esto, Oesterheld revoluciona la
historieta mundial proponiendo una acción en el Buenos Aires de todos los días,
ya no hace falta irse a Nueva York o Londres o Tahití, no hace falta mandar a
Pike al Japón para hacer una historia increíble, se puede dar una gran batalla
en la cancha de River.
TIPOS DE CAMISETA
Can su lucidez hosca y maravillosa, Alberto Breccia articula
una frase histórica: “Sucede que las cosas se mistifican y después se descubre
que detrás del mito hay una vulgaridad, un tipo en camiseta”, hablaba de sí
mismo pero también puede hablar de toda la generación de dibujantes de Hora
cero. La primera imagen de José Muñoz de su maestro Solano López es la de un
tipo de visera y musculosa con las patas metidas en un balde de agua para
aliviar el calor. Hugo Pratt, el tano, era más un von vivant y un atorrante,
estos tres dibujantes fueron quizá los de la producción más maravillosa de la
época de editorial Frontera, los que marcaron época.
EDICIONES
Esta nota nos obliga a pensar en el material de Oesterherld
¿Cuánto hay publicado? ¿Cuánto pertenece al desinterés de los editores, al momentáneo
olvido? ¿Cuánto se perdió de su obra personal, sus guiones originales? ¿Cuánto
en manos de celosos privados? ¿Qué hay de su trabajo en Chile, en editorial
Columba? ¿Sería una obra titánica un
repaso completo de su obra? ¿Tendría realmente algún sentido hacerla o serviría
solo para el regocijo de coleccionistas? No tenemos ninguna respuesta pero
podemos ver lo que hay editado.
Lo que se puede encontrar es escaso, pero es el mejor
Oesterheld. Por empezar El Eternauta y El Eternauta II (dibujadas por Solano
López) están editadas y se consiguen en todas las librerías y muchos quioscos
de diarios. También Latino América y el imperialismo, 450 años de guerra (con
dibujos de Leopoldo Durañona perteneciente originalmente a El Descamisado y
publicado entre 1973 y 1974) editado por Doeyo y Viniegra editores. Por la
misma editorial, tenemos El Che (junto a un prematuro Enrique Breccia que hace
historia y Alberto Breccia que acompaña a su hijo). Las colección de Colihue
comprende varias de las mejores historietas de Oesterheld: Mort Cinder,
Sherlock Time (con dibujos de Breccia), El Eternauta (también dibujada por
Breccia, una problemática remake para la derechista revista Gente), La guerra
de los Antartes (publicado originalmente en el órgano de prensa de montoneros
Noticias con dibujos de Gustavo Trigo) y, además, las novelitas.
LAS NOVELITAS
Una de las preguntas sin respuesta debido a su desaparición
en 1977 es qué hubiera podido hacer sin los apuros económicos ni la cantidad de
trabajo que demandaba hacer tantos guiones en tan poco tiempo, qué gran novela
hubiera escrito el viejo a pesar de su rechazo, argumentando que él llegaba a
más gente que Borges. Bueno, algo de eso hay y se
consigue aun: si bien son de
1995, aún se encuentran en librerías seis tomos de lo que son las adaptaciones
noveladas de algunas de las historietas de Oesterheld. Sargento Kirk, Bull
Rockett, Ernie Pike, una versión inconclusa de El Eternauta que, además, contiene
cuentos de ciencia ficción de la época. Originalmente, estas adaptaciones
noveladas de las historietas pertenecen a los primeros momentos de la editorial
Frontera, incluso antes de la existencia de Hora Cero. Entre marzo de 1956 y
hasta 1957, se publicaron muchos títulos de estos personajes. Esta colección de
Colihue en libros chiquitos de entre 180 y 250 páginas no comprende todas la
producción de adaptaciones noveladas que realizó Oesterheld, pero sí nos da un
paneo del mejor estilo narrativo de aventuras; siguiendo los procedimientos
clásicos del guión oesterheldiano, nunca pierde la tensión, jamás se pierde la
constante, esa sensación de no querer parar la lectura hasta terminar, siempre
reconociendo la personalidad de los personajes. Eso es obra de una mano una
prodigiosa a la que se le fue negado su tiempo en el mundo y nos queda este
atisbo de lo que pudo haber sido, sin dudas de lo mejor.
EL AMAPOLA
En enero de 2014, se editó por primera vez de manera
completa la serie Amapola Negra en la colección “Continuará…” que realizó la
revista Fierro. Su primer número se editó en la mítica Hora Cero en julio de
1958 hasta septiembre de 1959, teniendo una aparición especial en Hora Cero
Extra Nro 11 en julio de ese mismo año. Cuenta la historia de un avión B-17,
”una fortaleza volante, igual a tantas de las que las fábricas de los Estados
Unidos producen a centenares mes a mes” como reza la primer plancha de texto
poniéndonos en clima de guerra. Esta historieta bélica bien puede asemejarse a
todas las de la segunda guerra mundial, jóvenes soldados cumpliendo con su
deber, descargando bombas en las áreas enemigas y precipitándose en batallas
veloces y tensas, pero aquí aparece el sello distintivo de todas las historias
del guionista: el único enemigo es la guerra misma. Los personajes se definen
por sus valores humanos, sus dudas, pierden batallas, se frustran sus
objetivos, caen en emboscadas y pierden a sus compañeros, todo por la “carga de
muerte destinada a seres como nosotros”, reflexiona Hugh Probst, el copiloto
del Amapola, el más existencialista de los personajes. Entonces, es una
historieta crítica de sí misma. Así explica Héctor como se deben utilizar algunos
recursos: “hay que hacerlo de modo que nunca se pierda el valor de la aventura.
Sexo, violencia y política son elementos que si se ponen como simples ganchos y
desgajados de todo contexto terminan por conspirar en contra de las
características de la historieta", le responde a Sinay durante los
setenta.
MILITANCIA
Oesterheld fue un militante. Un militante de base, su campo
de acción: la prensa y las villas. Junto a sus hijas desarrolló actividades en
los barrios más humildes de la zona norte del conurbano, en La Sauce y la Cava
principalmente; dentro de ese esquema, como mencionamos antes, aportó material
para los órganos de prensa de montoneros, Noticias, El Descamisado y Evita
Montonera, a la par que trabajaba en editoriales opuestas a su militancia peronista,
como editorial Columba que dedicaba un camión de historietas al ejército
argentino y publicaba todo lo contrario de lo que se habló en esta nota en
materia de historietas. Entre estos dos mundos andaba Oesterheld, fue el tiempo
del segundo Eternauta, con un Juan Salvo más comprometido políticamente,
incluso, con más dudas sobre las ideas. Esta segunda parte, el guionista
Germán, quien es el receptor del relato en la primera versión, pasa a la
acción, es tambien parte de la aventura de Salvo. Es también el mismo Héctor,
el de lo real, el que dictando por teléfono sus guiones a Gustavo Trigo se
sumerge en la clandestinidad absoluta, con la muerte en los talones, con la
inminente desaparición de sus hijas, separado de Elsa Sanchez de Oesterheld, su
mujer, hoy un pedazo de la historia familiar más trágica de la Argentina.
LAS CHICAS

El secuestro Héctor Germán Oesterheld aparentemente fue en
la Plata, entre el 21 y el l 27 de abril de 1977. Estuvo detenido en Campo de
Mayo, también en El Vesubio, y en la subcomisaria de Villa insuperable,
conocida como Sheraton.