
Escribe Felipe Yapur
La pantalla gigante de la Asamblea General de la ONU mostró
cómo votó cada país. Segundos después, sobre un fondo negro y en letras
amarillas se despejó cualquier duda. La propuesta que presentó la Argentina,
canalizada a través del G77 + China, que prevé el establecimiento de un marco
jurídico multilateral para los procesos de reestructuración de la deuda
soberana se impuso por la nada despreciable cifra de 124 votos a favor, 11 en
contra y 41 abstenciones.
Entre octubre y hasta noviembre se tiene que preparar la
agenda de trabajo que también debe aprobar la Asamblea General. A partir del
próximo enero comenzará la ronda de negociaciones para acordar el texto del
marco legal que se busca aprobar. Timerman reconoció que esas reuniones deben
realizarse con todos los países, sobre todo con los que votaron en contra.
LA SESIÓN
El desarrollo de la sesión fue tranquilo pero no exento de
tensiones entre las bancas. El presidente de la asamblea, John Ashe (Antigua y
Barbuda) abrió el debate y le dio la palabra al boliviano Sacha Llorenti,
presidente del G77 + China. El embajador fue tajante al sostener que "es
prioridad crear un marco jurídico, con miras a aumentar la eficiencia, la
estabilidad y previsibilidad del sistema financiero internacional, y el logro
de un crecimiento equitativo e inclusivo". Luego pidieron la palabra la
representante de Islandia y el de Rusia.
La primera reconoció la necesidad de
evitar que las reestructuraciones de deuda sean obstaculizadas pero adelantó su
abstención por considerar que era mejor llegar a un acuerdo a través del
consenso. Rusia, por el contrario, consideró como oportuna y necesaria la
propuesta del G77. Luego Ashe llamó a votar.
Allí no finalizó la sesión, el presidente de la asamblea
anunció que se podían anotar para justificar el voto. El primero en hacerlo fue
Estados Unidos a través de Samantha Powers. La representante justificó su voto
negativo criticando el procedimiento por el cual se llegó a esta votación.
Japón, que también votó en contra, fue el primero en
advertir que este tipo de temas deben ser tratados en el FMI o en el Club de
París porque "tienen los técnicos y el conocimiento profundo de la
problemática de la deuda". Claro, lo que no dijo Japón u olvidó
convenientemente, es que en esos organismos internacionales hace más de diez
años que el tema no avanza más allá de una que otra declaración.
Si para la Argentina esto fue una victoria con la que prueba
una vez más que no está aislada del mundo, como contrapartida resultó también una
dura derrota para los que votaron en contra. EE UU y Japón, que sólo fueron
acompañados por Alemania, Inglaterra, Canadá, Israel, Australia, Finlandia,
Hungría, Irlanda y República Checa, terminaron quedando aislados de lo que
exige o desea buena parte del planeta. Un dato anecdótico, la representación
inglesa no habló.
LA VOZ DE ARGENTINA
Cuando le llegó el turno a la Argentina, tomó el micrófono
el canciller, quien recordó que se estaban cumpliendo 50 años del discurso del
entonces canciller José María Ruda, quien "realizó un histórico alegato en
el que expuso la posición de la Argentina contra todas las formas de
colonialismo", y que posibilitó la primera resolución de Naciones Unidas
por el tema Malvinas.
"Los pueblos del mundo hemos hablado y decidimos que es
hora de comenzar a trazar conjuntamente un camino ético, político y jurídico
capaz de ponerle freno a la especulación desenfrenada, eligiendo el camino del
derecho justo que es el que se construye a través de un debate plural y
democrático, como este, en donde todos, exactamente todos, tenemos voz y
voto", expresó Timerman. No olvidó dar cuenta de cómo la deuda y la
ausencia de una regulación de las reestructuraciones terminan siendo las
proveedoras de maldiciones sociales como la pobreza, las enfermedades, el
analfabetismo y la inseguridad.
El canciller consideró, ante un recinto colmado por los
representantes de los países que integran la ONU, que los impulsores de la
iniciativa decidieron "cambiar el futuro, y prevenir que más pueblos sigan
pagando eternamente con hambre y miseria, los desorbitantes privilegios de los
dueños de los fondos buitre, esos siniestros
señores de la opulencia."
EL APOYO DE CHINA Y CUBA
China no dejó pasar la oportunidad y también habló. Liu
Jieyi dijo que su país "respalda y comparte las preocupaciones expresadas
por la Argentina y considera que el sistema financiero necesita una reforma
ulterior". China fue un actor más que importante en las conversaciones con
aquellos países que estaban en duda. Y es que su peso económico también puede
servir para las causas justas.
El discurso del representante de Cuba, Rodolfo Reyes
Rodríguez, tuvo la particularidad de comparar la lucha de la Argentina por
conseguir este marco regulatorio con la continua y permanente lucha de las
Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. "Ellas enfrentaron el silencio sobre la
desaparición de sus familiares, aun cuando convencidas de que no volverían,
dijeron que nunca más volvería a ocurrir. Ahora decimos acá que nunca más
vuelva a producirse este ataque contra la Argentina o cualquier otro pueblo de este
planeta." La frase provocó el único aplauso cerrado y emotivo de la
sesión.
Fuente: Tiempo Argentino