El Satélite Arsat-1 que despegará hoy, es el primer satélite geoestacionario construido en América Latina orbitará a 36 mil
kilómetros de altura. Brindará servicios de telefonía e Internet.
Informe Javier Borelli
– Tiempo Argentino
Siete años de trabajo tomó la construcción del satélite
Arsat-1, 34 días duraron las pruebas en el Centro de Ensayos en Alta Tecnología
(Ceatsa) de Bariloche, algo más de un mes duraron los controles técnicos en la
estación espacial de Guayana Francesa. Ahora, apenas faltan unas horas para que
Argentina ponga en órbita el primer satélite geoestacionario íntegramente
construido en el país, un hito inédito en América Latina y que ubica al país
dentro del exclusivo grupo de naciones soberanas en materia satelital. El
Arsat-1 brindará servicios de televisión, acceso a Internet y servicio de datos
y de telefonía sobre IP en todo el territorio nacional. El histórico despegue
podrá seguirse en vivo por la Televisión Pública desde las 17:30.
El Arsat-1 está listo para despegar. El buche que lo
contiene ya fue ensamblado al cohete francés Ariane 5 que descansa en la
plataforma a la espera de la orden de lanzamiento. Cuando eso ocurra, en algún
momento de hoy entre las 18 y las 18:51, el primer satélite geoestacionario
comenzará su largo recorrido hasta una de los dos posiciones orbitales
reservadas al país por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
El impulso galo le servirá para recorrer los primeros 250
kilómetros. Luego, el lanzador soltará al satélite argentino, que deberá
remontar hasta los 36 mil kilómetros por sus propios medios, pero con la guía
de la sala de Operaciones Satelitales de la estación terrena ubicada en la localidad bonaerense de
Benavidez. Desde allí podrán hacer los ajustes pertinentes para que el satélite
se ubique a 71°8 de longitud Oeste y orbitando sobre el plano ecuatorial. Esto
quiere decir que el satélite se moverá sincronizadamente con la tierra ocupando
un punto fijo en el cielo.
Su posición le permitirá iluminar no solo el territorio
nacional, sino también Chile, Uruguay y Paraguay durante al menos 15 años, que
es el plazo de vida útil del equipo. En esa área el satélite podrá transmitir
señales de video, brindar servicios de TDH (Televisión Directa al Hogar), y dar
acceso a Internet, a servicios de datos y a telefonía sobre IP.
El imponente Arsat-1 mide 3,9 metros de alto y 16,4 de largo
(con los paneles solares extendidos). Tiene una profundidad de cinco metros y
pesa tres toneladas. Su construcción demandó una inversión de U$S 270 millones
provenientes del erario nacional, pero sus beneficios son incalculables.
UTILIDAD

Los tres satélites que forman parte del Plan Satelital
diseñado por el Estado en 2006 fueron hechos específicamente para Argentina e
incorporan, de esta forma, zonas que los operadores privados consideran
económicamente poco atractivas y que en el pasado no recibían cobertura. De eso
se trata, especialmente, la importancia de la soberanía satelital a la que
accede hoy la Argentina.
Una vez que el Arsat-2, actualmente en fase de pruebas en el Ceatsa, sea lanzado al espacio en 2016,
el alcance de la huella satelital argentina se extenderá a todo el continente
americano. Así las empresas nacionales podrán exportar servicios de datos,
establecer enlaces punto a punto y dar acceso a Internet, además de posibilitar
el transporte de video a toda la región.
Precisamente la cobertura satelital que garantizan las dos
posiciones orbitales reservadas para la Argentina (desde Estados Unidos hasta
las Malvinas), es lo que revalorizó la decisión del Estado Nacional de
desarrollar satélites propios. De lo contrario, era muy posible que la UIT
readjudicará el espacio a otros países interesados, entre los que se encontraba
el Reino Unido.
Los directivos de Arsat también destacan otro beneficio
económico para los argentinos. La nueva cobertura satelital puede traer
aparejada una ventaja económica para los usuarios de televisión por cable,
Internet y telefonía celular, ya que promoverá una mayor competencia en el
mercado y permitirá que la Televisión Digital Abierta pueda llegar a todo el
país.
"Hay una transformación que se está dando a una
velocidad muy rápida entre el sueño y la realidad", resumió Matías
Bianchi, el presidente de Arsat desde Guayana Francesa. Ese sueño "se fue
trabajando; avanzaba un poco más o un poco menos, como cuando uno está en un
río ancho y el agua no se mueve, pero cuando llega a la zona de rápidos el bote
va cada vez más rápido: esa era la sensación", agregó emocionado el joven
ingeniero industrial egresado de la Universidad de Buenos Aires que está al
frente de la compañía creada en 2006 por ley del Congreso Nacional.
Hasta el día de hoy, los satélites argentinos habían llegado
a una distancia máxima de la tierra de 700 kilómetros. El Arsat-1 se ubicará 50
veces más lejos. Hoy puede ser un gran día para la ciencia y la tecnología
nacional, el día que Argentina escriba una nueva página en la historia. «
LA INGENIERA PAMPEANA QUE DARÁ LA ORDEN
La ingeniera en
sistemas del Invap, Ana Caumo, será la encargada argentina de dar la orden de
lanzamiento del Arsat-1 en la base Kourou, de Guayana Francesa. En algún
momento entre las 18 y las 18:51, cuando la estación meteorológica confirme que
las condiciones climáticas son aptas, ella deberá decir si las computadoras del
satélite están listas para el despegue, y el fruto de un millón de horas de
trabajo de más de 600 argentinos empezará su camino al cielo. A las 8 de la
mañana, se encenderá el Arsat-1 por última vez en la tierra y se lo configurará
para recibir la orden de partida. "Le diremos vos sos el Arsat-1, el
lanzamiento va a ser a tal hora", explicó Caumo, de 42 años.
El Arsat-1 compartirá
el viaje al espacio con un segundo satélite de origen estadounidense, propiedad
de DirecTV y media hora después de volar, el satélite argentino quedará por sus
propios medios en una órbita provisoria a 250 kilómetros de la tierra. Desde
ahí ascenderá hasta los 36 mil kilómetros.
Los anteriores satélites argentinos orbitan a no más de 600
kilómetros. "Por eso los requerimientos para las unidades electrónicas que
están en el satélite son distintas. Este es el gran salto que tuvimos que dar
en INVAP", precisó Caumo. La ingeniera pampeana agregó que la diferencia
entre los satélites científicos y los de comunicación "no sólo es el
combustible (que necesitan para ascender), sino también el diseño y los
componentes electrónicos que tienen que durar hasta 15 años".
CENTRO DE OPERACIONES
La Argentina no sólo construyó el primer satélite
geoestacionario latinoamericano, sino que
en el proceso también desarrolló dos estructuras complementarias e
igualmente importantes para su funcionamiento: el Centro de Ensayos en Alta
Tecnología (único en la región con capacidad para hacer ensayos
medioambientales) y la base terrena Benavídez (desde donde se controlará la
puesta en órbita del satélite).
El primero tuvo un rol fundamental antes de enviar el
satélite a Guayana. El segundo comenzará su etapa más importante en los
próximos diez días. Desde allí se podrá cambiar la dirección del satélite para
que llegue a la órbita adecuada, una de las operaciones más críticas de la
misión.
Según informó Arsat,
la estación terrena cuenta con toda la infraestructura necesaria para actuar
como "centro de operaciones para todas las acciones vinculadas al envío y
recepción de señales, y control de satélites. Además, desempeñará un papel
clave en la implementación de los servicios de televisión directa al hogar y TV
digital terrestre".
EL SATÉLITE, EN DATOS
Construcción: Demandó siete años y precisó una inversión de
270 millones de dólares.
Medidas: El satélite mide 3,9 metros de alto y 16,4 de largo
(con los paneles solares extendidos). Tiene una profundidad de cinco metros.
Peso. El 9 de octubre fue cargado con combustible, lo que le dio un peso total
de 2973 kilogramos.
Combustible: El 80% del combustible lo gastará en el viaje
hasta la posición orbital de 71°8 de
longitud Oeste sobre la línea ecuatorial. Su vida útil es de 15 años.
Servicios: Durante ese lapso será capaz de transportar
señales de video, brindar servicios de TDH (Televisión Directa al Hogar), y dar
acceso a Internet para su recepción en antenas VSAT.
Lanzamiento: Lo hace Arianespace, integrada por el Centro
Nacional de Estudios Espacial francés y todas las empresas espaciales europeas.
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