jueves, 16 de octubre de 2014

HISTÓRICO PASO HACIA LA SOBERANÍA SATELITAL

El Satélite Arsat-1 que despegará hoy, es el primer satélite geoestacionario construido en América Latina orbitará a 36 mil kilómetros de altura. Brindará servicios de telefonía e Internet.


Informe Javier Borelli – Tiempo Argentino

Siete años de trabajo tomó la construcción del satélite Arsat-1, 34 días duraron las pruebas en el Centro de Ensayos en Alta Tecnología (Ceatsa) de Bariloche, algo más de un mes duraron los controles técnicos en la estación espacial de Guayana Francesa. Ahora, apenas faltan unas horas para que Argentina ponga en órbita el primer satélite geoestacionario íntegramente construido en el país, un hito inédito en América Latina y que ubica al país dentro del exclusivo grupo de naciones soberanas en materia satelital. El Arsat-1 brindará servicios de televisión, acceso a Internet y servicio de datos y de telefonía sobre IP en todo el territorio nacional. El histórico despegue podrá seguirse en vivo por la Televisión Pública desde las 17:30.

El Arsat-1 está listo para despegar. El buche que lo contiene ya fue ensamblado al cohete francés Ariane 5 que descansa en la plataforma a la espera de la orden de lanzamiento. Cuando eso ocurra, en algún momento de hoy entre las 18 y las 18:51, el primer satélite geoestacionario comenzará su largo recorrido hasta una de los dos posiciones orbitales reservadas al país por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

El impulso galo le servirá para recorrer los primeros 250 kilómetros. Luego, el lanzador soltará al satélite argentino, que deberá remontar hasta los 36 mil kilómetros por sus propios medios, pero con la guía de la sala de Operaciones Satelitales de la estación terrena  ubicada en la localidad bonaerense de Benavidez. Desde allí podrán hacer los ajustes pertinentes para que el satélite se ubique a 71°8 de longitud Oeste y orbitando sobre el plano ecuatorial. Esto quiere decir que el satélite se moverá sincronizadamente con la tierra ocupando un punto fijo en el cielo.

Su posición le permitirá iluminar no solo el territorio nacional, sino también Chile, Uruguay y Paraguay durante al menos 15 años, que es el plazo de vida útil del equipo. En esa área el satélite podrá transmitir señales de video, brindar servicios de TDH (Televisión Directa al Hogar), y dar acceso a Internet, a servicios de datos y a telefonía sobre IP.

El imponente Arsat-1 mide 3,9 metros de alto y 16,4 de largo (con los paneles solares extendidos). Tiene una profundidad de cinco metros y pesa tres toneladas. Su construcción demandó una inversión de U$S 270 millones provenientes del erario nacional, pero sus beneficios son incalculables.

UTILIDAD

 Los servicios que permitirá brindar el Arsat-1, hasta el momento, eran provistos mediante el alquiler
de satélites extranjeros, lo que implicaba gastos de alrededor de U$S 25 millones anuales. Pero al margen de los costos, eso implicaba adecuar las necesidades del país a un equipo que fue producido con otros fines.

Los tres satélites que forman parte del Plan Satelital diseñado por el Estado en 2006 fueron hechos específicamente para Argentina e incorporan, de esta forma, zonas que los operadores privados consideran económicamente poco atractivas y que en el pasado no recibían cobertura. De eso se trata, especialmente, la importancia de la soberanía satelital a la que accede hoy la Argentina.

Una vez que el Arsat-2, actualmente en fase de pruebas  en el Ceatsa, sea lanzado al espacio en 2016, el alcance de la huella satelital argentina se extenderá a todo el continente americano. Así las empresas nacionales podrán exportar servicios de datos, establecer enlaces punto a punto y dar acceso a Internet, además de posibilitar el transporte de video a toda la región.

Precisamente la cobertura satelital que garantizan las dos posiciones orbitales reservadas para la Argentina (desde Estados Unidos hasta las Malvinas), es lo que revalorizó la decisión del Estado Nacional de desarrollar satélites propios. De lo contrario, era muy posible que la UIT readjudicará el espacio a otros países interesados, entre los que se encontraba el Reino Unido.

Los directivos de Arsat también destacan otro beneficio económico para los argentinos. La nueva cobertura satelital puede traer aparejada una ventaja económica para los usuarios de televisión por cable, Internet y telefonía celular, ya que promoverá una mayor competencia en el mercado y permitirá que la Televisión Digital Abierta pueda llegar a todo el país.

"Hay una transformación que se está dando a una velocidad muy rápida entre el sueño y la realidad", resumió Matías Bianchi, el presidente de Arsat desde Guayana Francesa. Ese sueño "se fue trabajando; avanzaba un poco más o un poco menos, como cuando uno está en un río ancho y el agua no se mueve, pero cuando llega a la zona de rápidos el bote va cada vez más rápido: esa era la sensación", agregó emocionado el joven ingeniero industrial egresado de la Universidad de Buenos Aires que está al frente de la compañía creada en 2006 por ley del Congreso Nacional.

Hasta el día de hoy, los satélites argentinos habían llegado a una distancia máxima de la tierra de 700 kilómetros. El Arsat-1 se ubicará 50 veces más lejos. Hoy puede ser un gran día para la ciencia y la tecnología nacional, el día que Argentina escriba una nueva página en la historia. «

LA INGENIERA PAMPEANA QUE DARÁ LA ORDEN

La ingeniera en sistemas del Invap, Ana Caumo, será la encargada argentina de dar la orden de lanzamiento del Arsat-1 en la base Kourou, de Guayana Francesa. En algún momento entre las 18 y las 18:51, cuando la estación meteorológica confirme que las condiciones climáticas son aptas, ella deberá decir si las computadoras del satélite están listas para el despegue, y el fruto de un millón de horas de trabajo de más de 600 argentinos empezará su camino al cielo. A las 8 de la mañana, se encenderá el Arsat-1 por última vez en la tierra y se lo configurará para recibir la orden de partida. "Le diremos vos sos el Arsat-1, el lanzamiento va a ser a tal hora", explicó Caumo, de 42 años.

El Arsat-1 compartirá el viaje al espacio con un segundo satélite de origen estadounidense, propiedad de DirecTV y media hora después de volar, el satélite argentino quedará por sus propios medios en una órbita provisoria a 250 kilómetros de la tierra. Desde ahí ascenderá hasta los 36 mil kilómetros.

Los anteriores satélites argentinos orbitan a no más de 600 kilómetros. "Por eso los requerimientos para las unidades electrónicas que están en el satélite son distintas. Este es el gran salto que tuvimos que dar en INVAP", precisó Caumo. La ingeniera pampeana agregó que la diferencia entre los satélites científicos y los de comunicación "no sólo es el combustible (que necesitan para ascender), sino también el diseño y los componentes electrónicos que tienen que durar hasta 15 años".

CENTRO DE OPERACIONES

La Argentina no sólo construyó el primer satélite geoestacionario latinoamericano, sino que  en el proceso también desarrolló dos estructuras complementarias e igualmente importantes para su funcionamiento: el Centro de Ensayos en Alta Tecnología (único en la región con capacidad para hacer ensayos medioambientales) y la base terrena Benavídez (desde donde se controlará la puesta en órbita del satélite). 

El primero tuvo un rol fundamental antes de enviar el satélite a Guayana. El segundo comenzará su etapa más importante en los próximos diez días. Desde allí se podrá cambiar la dirección del satélite para que llegue a la órbita adecuada, una de las operaciones más críticas de la misión.
 Según informó Arsat, la estación terrena cuenta con toda la infraestructura necesaria para actuar como "centro de operaciones para todas las acciones vinculadas al envío y recepción de señales, y control de satélites. Además, desempeñará un papel clave en la implementación de los servicios de televisión directa al hogar y TV digital terrestre".

EL SATÉLITE, EN DATOS

Construcción: Demandó siete años y precisó una inversión de 270 millones de dólares.
Medidas: El satélite mide 3,9 metros de alto y 16,4 de largo (con los paneles solares extendidos). Tiene una profundidad de cinco metros. Peso. El 9 de octubre fue cargado con combustible, lo que le dio un peso total de 2973 kilogramos.

Combustible: El 80% del combustible lo gastará en el viaje hasta  la posición orbital de 71°8 de longitud Oeste sobre la línea ecuatorial. Su vida útil es de 15 años.

Servicios: Durante ese lapso será capaz de transportar señales de video, brindar servicios de TDH (Televisión Directa al Hogar), y dar acceso a Internet para su recepción en antenas VSAT.

Lanzamiento: Lo hace Arianespace, integrada por el Centro Nacional de Estudios Espacial francés y todas las empresas espaciales europeas.

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