El presidente José Mujica advirtió que no aceptó la
exigencia estadounidense de que permanecieran dos años en territorio uruguayo.
“El primer día que se quieran ir se podrán ir.” Y definió la prisión de Guantánamo como “un
nido de secuestro”.
Seis ex detenidos de la base norteamericana de Guantánamo en
Cuba –cuatro sirios, un palestino y un tunecino– llegaron en la madrugada de
ayer a Uruguay, que los recibió como refugiados. El presidente José Mujica
advirtió a la televisión pública uruguaya que no aceptó la exigencia
estadounidense de que permanecieran dos años en territorio uruguayo. “El primer
día que se quieran ir se podrán ir.” Los seis estuvieron sin condena ni juicio
en una cárcel que Barack Obama promete cerrar antes de 2017, cuando termina su
segundo mandato.
Se trata del primer traslado desde Guantánamo a un país
sudamericano y el segundo a Latinoamérica, después de que El Salvador acogiera
en 2012 como refugiados a dos presos uigures, que luego abandonaron el país.
“Uruguay recibe a seis personas que se encontraban privadas
de libertad en la cárcel de la Base Naval de Bahía de Guantánamo” y “mantendrá
respecto de ellos el más estricto apego a las normas de protección
internacional humanitaria, de acuerdo con su solicitud de refugio”, señaló ayer
la cancillería uruguaya en un comunicado.
Esto significa que va a “salvaguardar el derecho a la
privacidad” de los refugiados, dijo una alta fuente del gobierno, que declinó
dar más detalles sobre el operativo de llegada. Los ahora expresos son el
tunecino Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy, el palestino Mohammed Tahanmatan y los
sirios Ahmed Adnan Ahjam, Ali Hussain Shaabaan, Omar Mahmoud Faraj y Jihad
Diyab, quien se había declarado en huelga de hambre y acudió a la Justicia
estadounidense para hacer valer su derecho a no ser alimentado a la fuerza. Tienen
entre 30 y 40 años y formaban parte del primer grupo de detenidos que llegaron
a Guantánamo en 2002, cuando Estados Unidos abrió la prisión, en el marco de su
“guerra contra el terrorismo”, tras los atentados del 11 de setiembre de 2001.
Sus liberaciones estaban pendientes desde 2009, cuando fueron declarados
excarcelables por Estados Unidos debido a su baja peligrosidad.
Los seis hombres, que habían recibido su “aprobación para
traslado” por parte de las autoridades norteamericanas, partieron desde la base
de Guantánamo a bordo de un avión de la fuerza aérea de Estados Unidos el
sábado a las 11 hora local, según el portavoz del Pentágono, Myles Caggins. El
arribo a suelo uruguayo se realizó durante la madrugada y en medio de un
estricto operativo de seguridad que incluyó una veintena de vehículos, según
imágenes difundidas por la web del informativo Subrayado. Según el medio, que
citó fuentes, “a primera vista (los refugiados) no mostraron señales de
desnutrición y se los vio sonrientes al bajar del avión en la Base Aérea”. Los
ahora expresos fueron trasladados al Hospital Militar de Montevideo para ser
sometidos a chequeos médicos, agregó. Diyab, cuyo estado de salud es delicado,
fue trasladado al Hospital Maciel.
Según anunció el propio Mujica, en Uruguay serán
completamente libres, ya que Uruguay se negó a exigir que los ex reclusos se
comprometieran a permanecer en el país por dos años, como se había informado
inicialmente. “No es una cárcel, es un nido de secuestro”, así definió a
Guantánamo Mujica, un ex guerrillero que llegó al poder en 2010 y cuyo mandato
termina el 1 de marzo del año próximo. En septiembre, el semanario Búsqueda
informó que dos de los liberados ya tienen trabajo asegurado: uno en la
construcción y otro en tareas rurales. El Programa de Naciones Unidas para
Refugiados (Acnur) se encargaron de conseguirles vivienda y sus familias podrán
ir a Uruguay.
En un carta abierta dirigida al pueblo uruguayo y al
presidente Barack Obama, Mujica explicó su decisión como un gesto humanitario.
“Recogiendo de nuestro mejor pasado la vocación de dar asilo, hemos ofrecido
nuestra hospitalidad para seres humanos que sufrían un atroz secuestro en
Guantánamo. La razón ineludible es humanitaria.” Desde que anunció su decisión
en marzo, el presidente la defendió a capa y espada, pese a tener a más de la
mitad de la opinión pública en su contra y ser duramente cuestionado por los
partidos de la oposición. Un 58 por ciento de los uruguayos se mostró contrario
a la llegada de los reclusos y apenas un 24 por ciento mostró su apoyó la
decisión de Mujica, según una encuesta difundida en octubre por la consultora
Cifra.
Al mismo tiempo, el mandatario uruguayo reclamó a Washington
que liberara a tres cubanos –Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo
Hernández, presos desde hace 16 años por espionaje– y al independentista
puertorriqueño Oscar López Rivera, preso en Estados Unidos desde hace más de 30
años. Además, le recordó a Obama la necesidad de levantar el embargo
establecido desde los años sesenta sobre Cuba.
(Artículo completo en Página 12)