Países de todo el mundo saludaron la decisión del gobierno
de Estados Unidos de restablecer relaciones con Cuba y llamaron a completar el
giro histórico con el levantamiento del bloqueo a la isla.
La inesperada decisión de Barack Obama, anunciada ayer en
simultáneo por el mandatario estadounidense y su par cubano, Raúl Castro,
desató celebraciones en Cuba y cayó como una bomba política en Estados Unidos,
donde ya se prefigura como uno de los temas que más agitarán la carrera
presidencial del año 2016.
Hoy, un día después de decir que no descartaba una visita de
Obama a Cuba, la Casa Blanca señaló que un viaje de Castro a Washington también
era posible como parte del acercamiento para poner fin a más de medio siglo de
enemistad y de una política de sanciones que, según afirmó el presidente
estadounidense, fue un "fracaso".
El papa Francisco, en tanto, a quien se atribuyó un rol
clave en el deshielo, celebró hoy la decisión en sus primeras declaraciones
públicas sobre el tema, mientras que el jefe de protocolo del Vaticano señaló
que el pontífice argentino estaba contento por la importancia que Washington y
La Habana dieron a sus gestiones.
Luego de que algunos líderes republicanos prometieran
frustrar el cambio de política hacia Cuba en el Congreso, potencias como China
y Francia llamaron hoy a Washington a levantar el embargo impuesto en 1960 a la
isla comunista, algo que, por ser ley, no puede ser hecho con otro decreto,
como las medidas anunciadas por Obama.
Acumulando presiones sobre los republicanos, la esperanza
demócrata para las elecciones presidenciales de 2016, Hillary Clinton, respaldó
hoy la decisión de Obama y dijo que el objetivo de Estados Unidos debería ser,
de ahora en más, promover reformas para que los cubanos cumplan sus
aspiraciones de libertad.
Al hacer su anuncio, el presidente norteamericano dijo que cinco
décadas de intentos de aislar a Cuba no habían funcionado y que era necesario
un "nuevo enfoque".
La Cancillería China, otro país comunista con el que Estados
Unidos no tuvo relaciones diplomáticas durante décadas, llamó hoy a Washington
a terminar con el embargo "lo antes posible", mientras que el
canciller francés, Laurent Fabius, se mostró confiado en que el próximo paso
sea el fin del bloqueo.
Sin embargo, mientras el mundo se esperanza por el anuncio,
la cruda realidad parece indicar que el embargo, una pieza central de la
política de Estados Unidos hacia Cuba, no será fácil de remover, al menos en el
futuro cercano, con un Congreso que, a partir de enero, estará dominado por los
republicanos.