![]() |
El periodista Damián Pachter |
Damián Pachter era periodista del Buenos Aires Herald Punto
Com desde hace alrededor de un año. El mismo periodista que hace siete días
multiplicó por miles sus seguidores en Twitter al difundir la primera
información sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman, este fin de semana
abandonó abruptamente Argentina y ayer apareció en Israel, en medio de
asombrosas acusaciones. Dijo que su vida corría peligro. Lo repitió en
entrevistas a dos amigos, de Infobae y de Clarín, cuyos medios montaron toda
una operación en clave de “miedo”, riesgo de vida, “exilio” y escándalo.
Pachter habló de espías de lentes oscuros. Y habló de un mensaje difundido por
la agencia Télam en su nombre, mensaje que la agencia de noticias oficial
desmintió. Ayer, publicó una extensa y llamativa crónica en el
diario israelí Haaretz, sobre “las más locas 48 horas de mi vida”. La
redacción del Buenos Aires Herald que se enteró por otros diarios del supuesto
riesgo que corría el periodista, observa su caso con sorpresa. En diálogo con
Página/12, fuentes de esa redacción aseguraron que el joven nunca habló de las
supuestas amenazas y que simplemente dejó de ir a trabajar aduciendo problemas
de salud.
Ayer, el nombre y la foto de Pachter aparecieron en una
doble página del diario Clarín en clave de catástrofe. Dos notas contaban que
dejaba el país supuestamente con miedo: “Elegí el exilio por miedo a ser
asesinado”, dijo, sin explicitar ni denunciar ninguna amenaza concreta. “Me voy
porque mi vida corre riesgo, acá no puedo estar más.” O: “No puedo volver al
menos hasta el final del Gobierno. Con los tweets les cagué la operación”. Sus
dichos parecían aludir al mensaje que escribió en Twitter el domingo 18, el
primero que daba a conocer un “incidente” en el departamento de Nisman. El
mensaje quedó registrado a las 23.35, cuando en el lugar ya estaban la madre
del fiscal, la policía y los médicos, entre otros.
![]() |
La extraña denuncia del periodista que viajó a Israel |
El relato en clave de martirio volvió a aparecer ayer en
inglés, en una nota que publicó en Haaretz, en Israel. “Aquí están –dice el
titulo de su nota– las más locas 48 horas de mi vida.” “El viernes estaba
trabajando en la redacción de Buenos Aires Herald cuando un colega de la BBC me
dijo que mirara un cable de la agencia estatal de noticias sobre la muerte de
Nisman”, comienza Pachter. Según sus jefes y compañeros, ese viernes no fue a
trabajar.
Sigue luego refiriéndose al cable que Télam desmintió haber
publicado: “La agencia citó un supuesto tuit mío que nunca escribí”. Allí
Pachter supuso que había un mensaje cifrado. El amigo –cuenta él– le dijo:
“Salí ahora y andá a Retiro. Tenés que salir de la ciudad”. “Tuve suerte porque
cuando llegué, un colectivo se iba en dos minutos. A dónde iba el colectivo,
nunca revelaré tampoco”, escribe. “Después de varias horas en la ruta, llegué a
la estación de colectivos, donde estuve un par de horas. Eso se convirtió en un
gran error: creo que ahí fue donde alguien comenzó a observarme. Yo no me di
cuenta en ese momento.”
Después relata que fue hasta una estación de servicio porque
no quería estar quieto en un lugar. “Llego en 20 minutos”, le avisó su amigo.
“Estuve sentado dos horas más o menos, cuando una persona muy extraña entró.
Tenía jeans, una campera de jean y anteojos Ray-Ban. Me percaté de su presencia
enseguida. Estaba sentado a dos mesas de distancia de la mía”, detalla. “De
repente sentí un dedo en mi cuello y salté como nunca lo hice en toda mi vida”,
escribe. Era su amigo.
–Te están siguiendo, no te diste cuenta de que tenés un
espía de Inteligencia sentado atrás –le dijo su amigo, según cuenta Pachter.
-¿El de jeans y Ray-Ban?
–Sí.
-¿Qué quiere?
–Quedate quieto y mirá mi cámara –le dijo su amigo y sacó
una foto del agente, que se fue minutos después.
En su columna de Haaretz, concluye Pachter: “Tuve que
considerar qué era lo mejor para hacer, porque cuando un agente de Inteligencia
te sigue en Argentina nunca es una buena noticia. No quería tomar un café
conmigo, eso seguro”.
![]() |
El periodista que promocionó su partida del país |
-¿Les habló de las amenazas?
–No las transmitió en la redacción, ni a sus jefes, ni a sus
compañeros de la puntocom o de la edición impresa, en ningún momento. Pregunté
a todos los editores y redactores que vi en estos dos días y todos se enteraron
por Infobae, y más tarde por Haaretz y Clarín. Es un periodista joven que se
vio obviamente tensionado por el tenor de la primicia que tuiteó, pero no
estábamos al tanto de lo que luego contó.
-¿Cuándo fue la última vez que lo vio?