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Grecia: un giro político hacia la izquierda |
En Grecia se produjo un cambio histórico. La coalición de
izquierda Syriza, liderada por Alexis Tsipras, ganó ayer las elecciones
generales con el 36,4 por ciento de los votos, cifra que roza la mayoría
absoluta (149 bancas), que le permitirá gobernar solo y poner fin al ajuste
impulsado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Con un 96
por ciento de votos escrutados, Nueva Democracia, la fuerza conservadora del
primer ministro saliente, Antonis Samaras, quedó segunda, con un apoyo de un
27,8 por ciento (76 asientos), según datos oficiales. En tercer lugar, en
tanto, quedaron los neonazis de Amanecer Dorado, con un 6,3 por ciento de los votos
(17 bancas), seguido de cerca por los centristas de To Potami (El Río), con un
6,2 por ciento (17 electos). Estos últimos se mostraron dispuestos en la
campaña a formar alianza con Syriza. A continuación les siguieron los
comunistas del KKE, con un apoyo del 5,4 por ciento (15 escaños), y el hasta
ahora aliado del gobierno conservador, el Pasok socialdemócrata del viceprimer
ministro Evángelos Venizelos, con un caudal electoral del 4,71 por ciento (13),
idéntico porcentaje que el de los Griegos Independientes, referentes de la
derecha nacionalista.
Tras demorar su discurso triunfal a la espera de la
confirmación definitiva del número de bancas de que dispondría Syriza (149, a
sólo dos de la mayoría absoluta), Tsipras habló ante una impaciente multitud de
estudiantes y militantes de izquierda que colmaba la plaza de la estación de
subte Panepistimio, frente a la Biblioteca Nacional y la Universidad de Atenas.
El líder de la formación ganadora dijo ser consciente de que la victoria no le
da un cheque en blanco, “sino un mandato para reorganizar el país”, y anunció
su intención de negociar con los acreedores. “El nuevo gobierno estará
dispuesto a colaborar y a negociar por primera vez con nuestros socios una
solución justa, viable, duradera, que beneficie a todos”, declaró Tsipras ante
sus seguidores.
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Las elecciones en Grecia trazan un camino nuevo |
“No hay ni vencedores ni vencidos. Nuestra prioridad es
hacer frente a las heridas de la crisis, hacer justicia, romper con las
oligarquías, el ‘establishment’ y la corrupción”, afirmó. Tsipras declaró que
Atenas deja la austeridad tras cinco años de humillación porque el pueblo le ha
dado un mandato claro de relegar al pasado a la troika. El país heleno espera
el desbloqueo del último tramo de los préstamos acordados antes de fines de
febrero, a condición de que se respeten los compromisos adquiridos con los
acreedores respecto de la aplicación de las reformas. Desde 2010, los
acreedores han acordado unos 240.000 millones de euros en préstamos al país.
El presidente del Banco Central alemán (Bundesbank), Jens
Weidmann, dijo ayer que la economía griega sigue necesitando apoyo externo y
recordó al futuro gobierno de Atenas que ese respaldo sólo tiene cabida si se
respetan los acuerdos adoptados. “Está claro que Grecia no puede todavía
prescindir del apoyo de un programa de ayuda. Y, naturalmente, un programa de
ese tipo sólo puede darse cuando se cumplen los acuerdos”, afirmó Weidmann en
una entrevista con la primera cadena de la televisión pública alemana ARD, tras
conocerse que los sondeos daban la victoria a Syriza.
El presidente del banco central alemán confió en que el
nuevo gobierno griego no haga promesas ilusorias que el país no se puede
permitir y que continúe con las reformas estructurales que se necesitan sin
poner en cuestión lo conseguido hasta el momento. A su juicio, el objetivo es
que las finanzas griegas sean sostenibles a largo plazo y mientras ése no sea
el caso, una quita de la deuda sólo dará un breve respiro, estimó. Lograr ese
objetivo, recalcó, exige reformas tanto en las finanzas públicas griegas como
en la economía del país.
Tsipras pareció responderle al funcionario alemán. “Antes de
todo, el pueblo debe recobrar su dignidad, el optimismo, la sonrisa, ése es el
mensaje primordial”, señaló. Y reiteró así sus declaraciones al momento de
emitir su voto: “Es un día para la vuelta de la esperanza, el fin del miedo, la
vuelta de la democracia y la dignidad en nuestro país”. Pese a afirmar que en
la elección no hubo vencedores ni vencidos, señaló que la Grecia del trabajo,
del conocimiento y de la cultura que lucha y tiene esperanza había superado a
la de los oligarcas y de los corruptos.
Y afirmó que su victoria es también la de todos los pueblos
de Europa que “luchan contra la austeridad que destroza nuestro futuro común”.
El nuevo gobierno, aclaró, desmentirá a todos los que ven destrucción. “No
habrá desastre ni sumisión. Nuestro objetivo desde el primer día es
restablecernos de las consecuencias de la crisis”, dijo. Para ello, adelantó,
se “negociará con nuestros socios europeos” un plan de reformas “sin nuevos
déficit pero sin un superávit irrealizable”.
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Alexis, el líder de Syriza |
(Página 12)