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El líder de Podemos, Pablo Iglesias |
¿Gobernarán juntos por primera vez en la historia de España
el derechista Partido Popular (PP), heredero último del franquismo, y el
socialdemócrata Partido Socialista Obrero Español (PSOE)?
Hay elecciones municipales y regionales en mayo y
legislativas a fin de año.
¿Qué es lo que ha cambiado en el último año para que los dos
partidos hegemónicos en la vida española desde que se recuperara la democracia,
hace cuatro décadas, se planteen un cambio tan radical? La aparición de
Podemos.
La joven organización nació hace sólo un año como revulsivo
ante la corrupción y la pésima y clasista gestión de la crisis por parte de los
partidos tradicionales, y ya se ha convertido en la opción uno para los
electores en la mayoría de las encuestas, y la opción dos en las restantes.
La irrupción de este partido que no quiere ser encasillado
simplistamente como de izquierda o de derecha, pero cuyos dirigentes y cuadros
provienen o del entorno de Izquierda Unida (tercera fuerza política) o de
Izquierda Anticapitalista (ahora llamada Anticapitalistas, sin representación
parlamentaria, pero con gran peso en los movimientos sociales), ha provocado un
resquebrajamiento del modelo bipartidista imperante desde hace cuarenta años.
Inicialmente fue sólo el PP el que atacó frontalmente al
nuevo partido, acusándolo de “pro etarra”, “populista” y de haber sido varios
de sus dirigentes asesores políticos de los gobiernos de Venezuela, Ecuador o
Bolivia. Pero el PSOE se sumó a los ataques al confirmarse que en las
elecciones europeas de mayo pasado Podemos le había arrebatado muchísimos
votos. Y la tendencia se agudiza cada vez más, a medida de que siguen saliendo
diariamente nuevos escándalos de corrupción en municipalidades y gobiernos
regionales controlados por el PSOE.
A pesar de que el PP sigue batiendo todos los récords en
casos de corrupción, tanto por su gravedad como por su masividad, con decenas y
decenas de parlamentarios y altos cargos imputados, el PSOE acumula ya
numerosos casos, los principales, centrados en la Junta de Andalucía, gobierno
regional controlado por los socialistas.

Sánchez dedica ya prácticamente el mismo esfuerzo en
criticar a Podemos que el que destina a criticar al gobierno de Mariano Rajoy.
El PSOE reivindica ser “la única izquierda seria” del país;
tacha de “populista” y “demagógico” a Podemos, por decir supuestamente a la
gente “lo que ésta quiere escuchar”, con propuestas “utópicas”, “imposibles de
aplicar”.
¿Y cuáles son esas medidas “utópicas”?: proponer auditoría,
reestructuración y renegociación de la deuda; establecer un salario mínimo
digno; recuperar lo público; frenar las privatizaciones y los recortes a la
educación, a la sanidad, a la ayuda a los discapacitados; o promover una
profunda reforma fiscal que haga pagar más a los más ricos que a los
trabajadores.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha hecho
un acuerdo con Hervé Falciani, el ex experto del poderoso banco HSBC que filtró
al mundo entero miles de fichas de evasores fiscales, para que sugiera a ese
partido un sólido plan para combatir el fraude fiscal en España, que alcanza
miles de millones de euros.
El de Podemos es en definitiva un programa muy similar a
aquel con el cual Syriza acaba de ganar las elecciones en Grecia y con el que
batalla frente a la troika (el FMI, el Banco Central Europeo y la Unión
Europea) para poderlo sacar adelante.
Precisamente es Mariano Rajoy, junto a sus homólogos de
Portugal e Irlanda, quien está apoyando activamente la línea dura de Angela
Merkel frente a los planteamientos del nuevo gobierno griego.
Esos tres gobiernos, que en su momento aceptaron condiciones draconianas de la troika para ser “rescatados”, intentan impedir que Syriza se salga con la suya y muestre que otra vía es posible. De lo contrario, quedarían en evidencia ante sus propios pueblos de que les hicieron pagar durísimo un rescate que fue hecho fundamentalmente para salvar de la bancarrota a los bancos y no para salvar a sus ciudadanos.
Esos tres gobiernos, que en su momento aceptaron condiciones draconianas de la troika para ser “rescatados”, intentan impedir que Syriza se salga con la suya y muestre que otra vía es posible. De lo contrario, quedarían en evidencia ante sus propios pueblos de que les hicieron pagar durísimo un rescate que fue hecho fundamentalmente para salvar de la bancarrota a los bancos y no para salvar a sus ciudadanos.
El gran temor que tiene tanto el gobierno de Rajoy como los
dirigentes del PSOE a que se confirmen los pronósticos y que Podemos alcance el
poder, o que al menos quede como principal partido de la oposición, está
haciendo acercar posiciones entre los dos partidos.
Días atrás PP y PSOE sellaban un acuerdo antiterrorista, muy
centrado en la lucha contra el jihadismo, que ha provocado ampollas en las
filas socialistas.
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El avance del colectivo Podemos en España |
Para muchos, este pacto supone ir sentando las bases para
una posible alianza de gobierno en noviembre próximo en el caso de que Podemos
triunfe en las elecciones generales, pero no obtenga la mayoría absoluta, como
ha sucedido con Syriza en Grecia.
Tanto Rajoy como Sánchez tendrían que hacer un gran trabajo
interno en sus respectivos partidos para convencer a los suyos de que las cosas
han cambiado, que ya el adversario a abatir no es el otro, sino que ha
aparecido un enemigo más importante, un partido “antisistema” contra el que se
justifica una alianza contranatura como esa.