La Nación informa sobre una reunión secreta del grupo de fiscales que organizó la marcha donde afirmaron que "la lucha
sigue en cada causa" y evaluaron cuanto daño le hicieron a Gils
Carbo.
Por Hernán Cappiello (Diario La Nación)
Por Hernán Cappiello (Diario La Nación)
Casi en secreto, los fiscales
organizadores de la Marcha del Silencio, convocada para homenajear al fiscal
Alberto Nisman, se reunieron ayer al mediodía en Comodoro Py 2002 y llegaron a
una sola conclusión: "Ahora nos tenemos que bajar y la expresión de la
gente la tiene que recoger la política, no nosotros".
Así lo revelaron a LA NACION
asistentes a ese cónclave que tuvo como escenario el despacho del fiscal ante
la Cámara Federal Germán Moldes.
Además del anfitrión,
participaron Raúl Pleé, Guillermo Marijuan, José María Campagnoli y el invitado
especial fue Julio Piumato, el líder del gremio de los judiciales que puso la
logística para la organización de la marcha. Sus hombres armaron los cordones
en la calle, su Bora negro abría el paso y la combi del gremio arengaba con
parlantes. Pero el músculo lo aportaron los camioneros de Hugo Moyano. Sus
robustos afiliados fueron la guardia que hicieron un cordón en torno de los
fiscales para que marcharan sin interferencias. Con modales de señoritas,
guiaban a los empapados jueces de traje gris. Casi sacaron en andas al fiscal
Moldes al llegar a la Plaza de Mayo que se descompuso apretujado por la
multitud y lo subieron al escenario improvisado frente a la fiscalía de Nisman,
sobre un camión aportado por el gremio.
Piumato agradeció con un
comunicado a la gente, y dijo: "Los argentinos reclamamos cambios, nunca
más una muerte política, queremos una convivencia sin violencia y en paz".
Pero los fiscales entendieron que
no se pueden permitir esas expresiones.
Frente a algunos que les
sugirieron repetir esta marcha una vez al mes, insistieron en que no eran ellos
los que debían hacerlo.
Otro punto que evaluaron como
positivo es que, a partir de la masiva concurrencia, "algunos timoratos se
van a animar a más" porque saben que cuentan con respaldo para tomar
decisiones que requieren especial coraje, el que no viene con el decreto de
designación.
Algunos de estos tímidos,
ausentes anteayer en la marcha, se acercaron a los despachos de los
organizadores para felicitar y sumarse.
Uno de los fiscales aseveró:
"La lucha continúa, pero en cada causa". No tuvo eco en otros de sus
colegas que insisten en que los expedientes son otra cosa y que no corresponde
tirotearse entre los sectores en pugna usando carátulas como proyectiles.
Fiscales que convocaron, pero que
ayer estuvieron ausentes en la reunión explicaron que el sentimiento es que
ahora "los políticos son los que deben canalizar lo que se vivió en la
calle".
No obstante, el reclamo de la
gente cuando cantaba: "Justicia, Justicia" fue recibido como una
demanda hacia los organizadores. "No podemos hacernos los tontos con las
causas en trámite", dijeron dos de los fiscales que armaron la
movilización.
También se conversó sobre cómo
quedó la procuradora Alejandra Gils Carbó tras la manifestación. Coincidieron
en que uno de los disparadores para que la marcha tuviera acogida en Tribunales
fue la oposición a que se designaran fiscales subrogantes. Por eso evaluaron
que Gils Carbó es una de las perdedoras tras la manifestación. Y entendieron
que la agrupación que también quedó afectada por la marcha es el colectivo
judicial filokirchnerista Justicia Legítima.
Y analizaron que el contraataque
que esperan ahora será en el ámbito legislativo. Estimaron los fiscales que el
Gobierno buscará poner en marcha lo antes posible el nuevo Código Procesal
Penal con la aprobación de las leyes complementarias que hacen falta, para
poner en funciones a fiscales de su riñón, designados de manera subrogante por
Gils Carbó. Su asunción está paralizada por medidas cautelares, pero no hay
decisión de fondo sobre su legalidad.