La jueza dijo que “a Nisman lo mataron” y que fue un
“magnicidio”. Afirmó que hubo “agonía” y que el cuerpo fue movido. Ratificó que
el disparo salió del arma de Lagomarsino y que fue a menos de un centímetro.
“Nisman no sufrió un accidente,
Nisman no se suicidó. A Nisman lo mataron y su muerte es un magnicidio de
proporciones desconocidas que merece respuestas de parte de las instituciones
de la República.” La jueza Sandra Arroyo Salgado presentó así, como una “verdad
confirmada científicamente”, la conclusión a la que llegaron los peritos
contratados por la querella que ella, en nombre de sus dos hijas y su ex
suegra, Sara Garfunkel, integran en la investigación judicial sobre la muerte
del fiscal Alberto Nisman. La jueza apuntó que el informe de los profesionales
–dos médicos forenses y un criminalista, del que ayer solo se difundieron los
resultados– difiere del que realizaron los peritos del Cuerpo Médico Forense,
que depende de la Corte Suprema. La fiscal Viviana Fein, a cargo de ese
expediente, aclaró que ella no descarta “ninguna hipótesis”, que es “normal que
los peritos de parte cuestionen los exámenes que hay en las causas” y que
evaluará si es necesario convocar a una junta médica. “Se dice que quieren
sacarme la causa y pasarla al fuero federal pero hasta ahora nadie presentó
nada”, afirmó, al hacerse eco de lo que parece ser un secreto a voces en
tribunales.
“La investigación de la causa no
ha podido comprobar la única hipótesis sobre la base de la que vino encarando
todo su trabajo en exclusiva la fiscal. El suicidio que se pretende comprobar
no podrá ser acreditado porque a Alberto Nisman lo mataron”, insistió ayer
Arroyo Salgado sin presentar dudas, pero tampoco fundamentar las pruebas del
peritaje de parte que ayer se sumó al expediente.
La jueza, que integra el fuero
federal de San Isidro, hizo estas afirmaciones durante una conferencia de
prensa. Arroyo Salgado ingresó minutos antes de las 14.30 de ayer al escenario
del auditorio del ex Concejo Deliberante de esa localidad y ocupó el centro de
la mesa de exposición. La acompañaron el defensor público que la representa
como querellante, Germán Carlevaro, los médicos forenses Osvaldo Raffo y Julio
Ravioli y el criminalista Daniel Salcedo, quienes trajeados y nerviosos
aguardaron la llegada de la jueza durante más de media hora tras bambalinas.
“No estamos atrás de ningún
resultado, lo único que buscamos es la verdad objetiva y científicamente
comprobable a partir de la evidencia física”, introdujo Arroyo Salgado antes de
enumerar algunos puntos del informe pericial. Durante su exposición difundió
las conclusiones, pero no explicó qué evidencias habrían convencido a los
peritos de descartar las hipótesis de suicidio y la del accidente.
“No soslayo que la muerte
violenta de Alberto Nisman en el contexto político y judicial en el que tuvo
lugar ha impactado de lleno en la institucionalidad de la República. Además de
poner en tela de juicio el rol del Estado nacional frente a la comunidad
internacional en materia de terrorismo”, soltó, sin dejar de lado la
“consternación” y “honda preocupación e incredulidad en las instituciones de la
República” que, opinó, generó el caso en la sociedad. De hecho, Arroyo Salgado
calificó la muerte del fiscal que estaba al frente de la investigación del
atentado a la AMIA no solo como homicidio, sino que lo catalogó, elevando la
tensión, de “magnicidio”. Para que el caso pase al fuero federal es necesario
demostrar que hay una conexión entre la muerte y el trabajo que hacía Nisman en
la causa AMIA.
Afuera, algunos pocos vecinos la
esperaron con carteles y vivas a “Nisman héroe”.
EL INFORME Y SUS AUTORES
Los responsables del informe
fueron los médicos legistas Osvaldo Raffo y Julio Ravioli y el criminalista
Daniel Salcedo. El documento tiene 100 páginas y un mes de análisis técnico y
científico de la documentación presente en el expediente y aportada por al
instrucción que dirige Fein
Básicamente, los peritos
trabajaron con fotos y video de la autopsia y con los estudios complementarios
realizados al cuerpo de Nisman en la morgue, con imágenes obtenidas de la casa
del fiscal, del baño en donde fue encontrado muerto, obtenidas por la Prefectura
y la Policía Federal; y con las actuaciones de las dos inspecciones oculares
del lugar del hecho que se llevaron a cabo el 20 de enero de 2015 y el 13 de
febrero, la última pedida por la querella.
La querella desistió de realizar
una nueva autopsia. Arroyo Salgado explicó al respecto que las consultas que
realizó a “profesionales” la convencieron de esa decisión. Pero criticó a la
Fiscalía por no haber permitido la participación de la parte en el
procedimiento que se llevó a cabo la mañana siguiente al hallazgo del cuerpo en
el baño del departamento de la Torre Le Parc. Este punto abona la teoría de que
la intención de Arroyo Salgado es llevar la investigación al fuero federal.
Desde su entorno, de momento, descartaron este punto. Por ahora, pedirán en que
los encargados del informe presentado ayer sean llamados a prestar testimonio.
“No se hizo saber a los
familiares que tenían el derecho a participar de la autopsia con la
intervención de peritos de parte, lo cual hubiera contribuido a enriquecer el
proceso pericial en miras a la búsqueda de la verdad”, afirmó Arroyo Salgado.
Se quejó de que ni los llamados telefónicos a funcionarios del poder Ejecutivo,
ni los pedidos que por escrito hizo tanto en el juzgado como en la fiscalía,
hayan sido atendidos. Fein contestó a este punto: “La doctora Arroyo Salgado
hizo una presentación formal en el marco de mi causa a las 10.15 de la mañana
el día 19 de enero, cuando la autopsia había finalizado a las 10.00 de la
mañana de ese día”, apuntó. Para Arroyo Salgado, “la falta de participación de
peritos de parte en la autopsia derivó en que conclusiones parciales,
precipitadas y equívocas hayan sido funcionales a la intención del o de los
homicidas, contribuyendo a su impunidad o retardándola en el mejor de los casos”.
LOS INDICIOS
Entre los ítems que leyó la
jueza, tres sobresalen del resto:
- Que el cuerpo de Nisman fue
movido adentro del baño, es decir que la posición en la que fue encontrado no fue
la de su muerte.
- Que en su mano no hay indicios
de espasmo cadavérico, un signo de suicidio
- Que murió a la noche del sábado
18, varias horas antes de que fuera encontrado sin vida.
No obstante, no hubo
explicaciones pormenorizadas de los puntos que hacen llegar a la conclusión del
homicidio como una explicación indiscutible. Esas inferencias estarían en las
casi 100 páginas que integran el informe de los profesionales que desarrollaron
la pericia de parte, pero no fueron difundidas.
El peritaje de la querella
coincidió con el oficial en el arma utilizada, en el barrido electrónico de la
mano de Nisman y en las sustancias que había en su cuerpo al momento de morir.
Nisman falleció de una
“dilaceración y hemorragia” que le produjo el impacto de una bala en su cráneo
y su cerebro, dice el informe.
- La pistola Versa, modelo 62,
calibre 22 “fue el arma usada en el hecho”; el barrido electrónico en busca de
pólvora dio negativo y las sustancias en su cuerpo no llaman la atención.
Densoduazepina y cafeína en cantidades “no determinables” y alcohol en
contenido gástrico “compatible con una mínima ingesta de bebida alcohólica o
con la fermentación natural de alimentos ingeridos”, mencionan los peritos de
parte.
La coincidencia con el perito
oficial: el fiscal estaba plenamente consciente al momento de morir.
Coincidieron también en la
cuestión balística. ¿Por dónde entró la bala? A unos tres centímetros por
encima del oído derecho, desde una distancia de no más de un centímetro, de
abajo hacia arriba y de atrás hacia adelante “tal y como lo demuestran las
pericias complementarias realizadas por la morgue”. La bala, por la energía
cinética liberada, fracturó múltiplemente el cráneo.
- Las diferencias con el análisis
de la instrucción son tres: el espasmo cadavérico, la hora de la muerte y la
posición del cuerpo. En cuanto al primer punto, los peritos concluyeron que “no
existió” espasmo cadavérico “porque hubo agonía”. En sus palabras, la jueza
apuntó el espasmo es un “signo postmortal de rara frecuencia” y que “la agonía
está demostrada con el importante torrente de hemorragia presente en la escena
en que fue hallado el cuerpo sin vida de Nisman”. En el informe oficial de la
causa, se indica la presencia de ese signo en la mano del fiscal.
“El cuerpo ha sido movido”,
aseguró sin dar más detalles el informe. Los signos sobre los que se habrían
basado los peritos para determinar tal cuestión serían manchas en el baño en
donde fue hallado Nisman sin vida, según trascendió. “La posición en que fue
encontrado el cuerpo no fue la final, es decir, no fue la que tenía al momento
de la muerte”, añadió la jueza.
Dos peritos consultados por
Página/12 señalaron que los datos aportados hasta ahora por el informe de la
querella no son concluyentes. El criminólogo Luis Olavarría explicó que es
cierto que la agonía excluye el espasmo cadavérico, pero ésta no es en sí
evidencia de homicidio, ya que hay muchos suicidios con agonía. El forense Juan
José Fenoglio señaló que es usual que la misma realización del estudio pericial
el cuerpo sea movido y que si estaba trabando la puerta, debe haberse
desplazado para ingresar al baño. Ambos coincidieron en que la trayectoria de
la bala no es concluyente y que lo que se debe analizar es si es “factible”
(ver aparte).
Porque el cuerpo se hallaba
“exangüe (desangrado) y laxo” al momento del inicio de la autopsia y por la
“determinación de potasio en humor vítreo (uno de los líquidos que integran el
ojo humano)”, los peritos de Arroyo Salgado consideraron que Nisman falleció
“36 + cuatro horas contadas a partir del inicio de la operación de la
autopsia”, la que sucedió el lunes 19 de enero pasado, entre las 8 y las 10 de
la mañana. Si bien aún no se conocieron resultados de las pericias telefónicas
a los aparatos con los que Nisman se comunicaba, trascendió que sus últimas
comunicaciones fueron el sábado 17 a la noche, con su hermana y su tía.
Si los investigadores se
inclinaran por la idea del asesinato, deberían sortear también el hecho de que
el disparo se produjo a menos de un centímetro, con una pistola que el fiscal
pidió prestada y que no hay en el baño ni en su cuerpo signos de lucha o
resistencia. Los colaboradores de Arroyo Salgado parecen sugerir que a Nisman
lo habrían llevado amenazado al baño y allí le habrían disparado. Lo que agrega
“terceras personas” en la escena, hasta ahora descartadas en el expediente.
También señalan que el pedido del arma es la versión del empleado de la
fiscalía Diego Lagomarsino. Aunque también uno de sus custodios declaró que le
pidió un revolver para “defenderse”.