domingo, 8 de marzo de 2015

ENTREVISTA A JOAN MANUEL SERRAT

Joan Manuel Serrat, de regreso en Argentina
"Siempre es bueno decir lo que pensamos", dice el cantautor español quien celebra sus 50 años de trayectoria con una imperdible Antología desordenada que lo trajo nuevamente al país para actuar en diversos escenarios.

Gustavo Cirelli y Fernando Capotondo

Joan Manuel Serrat, 71 años, hijo de Ángeles y de Josep, de profesión cantautor, natural de Barcelona, dice que perdió la cuenta sobre la cantidad de veces que cruzó el Atlántico para visitar la Argentina. “Por suerte”, agrega el Nano, algo cansando, pero atento y cordial, en una habitación del quinto piso de un hotel céntrico que será su base de operaciones durante la estadía porteña, donde colmará una decena de Gran Rex, y tocará por el interior del país, para celebrar 50 años con la música. Otra gira de Serrat. Una más. Ahora, con la excusa de presentar Antología desordenada.

¿No está cansado de tantas giras, recitales, entrevistas?

–La verdad, hoy un poco (se ríe). Hablando en serio, si sintiera la pereza mental de una gira, directamente no me metería en esto. Hace falta tener ilusión para emprender cualquier cosa, pero en el caso de una gira de este tipo tienes que tener mucha ilusión, gustarte lo que haces y disponer de un público que te responda. Y, lo que es fundamental, disponer de una salud que te acompañe.

¿Y ese es el motor, lo que lo motiva a salir de gira?

–La verdad es que no lo sé. No tengo ni idea. Quizás sea que no he encontrado otra cosa que me divierta más que inventarme un espectáculo, aunque la verdad no inventas nada porque estás siempre dándole vueltas al mismo concepto. Pero juntar las canciones, escogerlas, manejarte con ellas… si no me divirtiera con esto sería pesado estar dos horas arriba de un escenario. Esto es muy curioso, yo tengo una familia estupenda, una mujer que adoro, hijos que funcionan cada uno por su cuenta, y un perro al que echo mucho de menos. Y a pesar de tener todo esto, estoy aquí en Buenos Aires encantado de la vida.

Un artista con su trayectoria y tantos años de coherencia, ¿siente que cada vez que abre la boca se espera una declaración trascendente?

–Yo siempre advierto que simplemente contesto las preguntas que me hacen, con la sencillez de la información que pueda tener. No trato de colaborar a esta historia, pero creo que siempre es bueno decir lo que pensamos. Es bueno para uno mismo y puede servir para que te conozcan mejor los otros.

¿Cree hubo un redescubrimiento de su nombre en Argentina en los últimos años?

–Me ocurre todo el tiempo. Es imposible tener 71 años, llevar 50 de actividad y no contar con una renovación de público. Es necesario. De otra manera no se puede seguir y te conviertes en un artista anecdótico.

Antología desordenada, una compilación de su autoría
Cuando eligió el repertorio para la gira, ¿seleccionó algunos temas para contar algo en particular?

–Es curioso porque algunas de las canciones que lo conforman no están en la Antología. Yo escogí 50 canciones para hacer una antología hace menos de un año y ahora ya estoy recuperando algunas que no están incluidas en aquella selección. Nadie se quejó, todavía. Seguramente, algún seguidor de estos imperturbables escuchará mis recitales, los comparará con la antología y dirá "coño, pero esta canción no estaba". Porque hay gente que ya conoce de memoria las canciones que están en el disco.

En determinados momentos de su carrera, eligió la palabra de poetas como Machado, Hernández, Benedetti, para contar algo que quería decir. Se puede pensar en la actualidad que tiene el verso de Machado que describe: “entre una España que muere y otra que bosteza”, ¿qué poeta lo representaría hoy?

–He puesto música a algunos poetas porque he encontrado en ellos lo que quería decir, no a la inversa. Es decir, nunca tuve algo que decir y fui a buscar a un poeta que lo contara bonito. Creo profundamente en la poesía. Es heroica. El que escribe poesía es un tipo con una necesidad de expresarse poéticamente tan fuerte, por las razones que sean, que es capaz de dedicar su tiempo a una forma de comunicación que ya no vende. No se vende y no se puede comunicar, porque en la radio no hay cosa más añeja que un rapsoda y los periódicos dejaron hace tiempo de publicar poemas. ¡Ni los calendarios los incluyen! Está claro que escribir poesía requiere de una gran vocación y posiblemente hoy la encontramos en la prosa. Constantemente voy escarbando en poetas porque me gusta mucho esta forma concreta de emoción concentrada en una línea. Aunque debo decir que no escribe poesía la gente que uno quisiera que escribiera. Además, lamentablemente, muchos se autopublican, lo que es un criterio que no da una línea de credibilidad.

A lo que se sumó, hace años, el fenómeno de Internet, donde cada cual se convierte en su propio editor y publica lo que se le antoja.

–Hablamos mucho de Internet como forma de comunicación, de difusión, pero hace falta tener un gran conocimiento en el manejo de Internet para llegar a escoger. Más allá de Wikipedia, a la gente empieza a costarle usar Internet, con el debido respeto. Y a veces en el barullo, en la confusión, también se pierde mucho. Yo creo mucho en el diálogo y en que la confrontación de ideas es fundamental en una sociedad para que esta viva y no se empobrezca. Pero a veces uno no encuentra confrontación de ideas, sino un manojo de sandeces y de escupitajos. Y esto es lo más alejado de lo que puede ser una manifestación cultural.

¿Alguna vez se sintió agredido en Internet?

–No, no tengo Facebook ni Twitter, con el debido respeto.

¿Sigue la actualidad de la Argentina?

–La sigo con interés, con curiosidad, con preocupación, con escándalo.

Como un argentino más.

–Sí, manifiesto mi preocupación porque pienso que la radicalización del discurso me parece terrible. Los discursos que tienden a descalificar me producen ciertos escalofríos y siempre recaigo en la frase de Benito Juárez, que decía que "el respeto al derecho ajeno es la paz". Creo que el respeto a la opinión ajena es el progreso y el enriquecimiento. Y esto uno sólo lo escucha en la Cámara, en fechas oportunas, pero no existe una praxis en ese sentido.

¿Pero esto lo ve como un fenómeno solamente argentino?

–No, es general. Lamentablemente es algo exportable, global. Pero bueno, creo que lo que deberíamos importar es tolerancia, y desplazar la radicalización. La tolerancia quizá nos pueda llevar a esclarecer las cosas; la radicalización, seguramente, no.

Volviendo a aquellos versos de Machado, ¿cómo analiza la situación en su país?, ¿hay una España que despierta?

–En España tenemos una amalgama de problemas, que se basan en toda la crisis financiera, que ha sido tremenda, donde el ciudadano de a pie ha sido condenado a pagar los dispendios públicos y de los bancos públicos. La crisis tremenda de los partidos con la descomposición de los políticos, con casos de corrupción y pérdida de credibilidad del sistema parlamentario democrático y la aparición de nuevas fuerzas políticas generan una situación muy compleja en España que, incluso, se transmite a una comunidad como Cataluña, que está en un proceso de intento de secesión. Partimos de un país que tenemos más de 5 millones de ciudadanos en paro, donde el empleo es cada vez más barato, más temporal, y por lo tanto la situación es menos sólida. Hay grandes problemas con la financiación en sanidad, con la educación, y aunque el gobierno plantea una cierta mejora en las cifras macroeconómicas, que pueden ser ciertas, yo creo que la macroeconomía no le sirve de nada a la gente común. Lo que le sirve es la economía de lo cotidiano.

El nuevo CD del Nano Serrat presenta una antología
La del almacén.

–Exacto, la economía del almacén, de llevar todos los días a los niños al colegio.

Coincidimos con la importancia de la tolerancia, pero ¿cómo se hace para dialogar con corporaciones, como, por ejemplo, el sistema financiero que usted citaba, que fueron entre otros quienes causaron esta situación de crisis?

–Bueno, quizá sea muy difícil. Pienso que previo a dialogar con los que manejan el sistema financiero, tendríamos que hacerlo entre las víctimas de ese sistema financiero, entre los ciudadanos que defienden los derechos de los ciudadanos. Primero deberían discutir entre ellos, porque sin duda son mayoría. No creo que en ningún país, el 50% de su población sea servidora del Fondo Monetario Internacional.

Un emergente de la crisis española ha sido la aparición de Podemos. ¿Lo sorprendió este fenómeno?

–No me sorprende porque en Italia también surgió un movimiento con Pepe Grillo, que si bien no pretendo compararlos porque cada uno tiene sus personajes y experiencias, demostraron la necesidad que tiene la gente de agruparse alrededor de algo que pueda enfrentar sus déficits cotidianos. Más que el resultado de un éxito ideológico, Podemos responde a un desastre ideológico, de la clase política y de los partidos tradicionales.

Y al hartazgo de la gente.

–Eso fundamentalmente.

EL MITO DE SU PASIÓN POR BOCA

Todos saben que el catalán es fanático de Barcelona pero que, en Argentina, un pedazo de su corazón está rendido a los pies de Boca. Muchos creen ver en esta elección un guiño hacia un equipo de inconfundibles raíces populares, que reivindica la pasión y la garra por sobre todas las gambetas. Pero no es así. La explicación es mucho más lógica y sencilla: "Ocurre – recuerda Serrat– que cuando llegué por primera vez a la Argentina, allá por el año '69, estaba el Boca de don Alfredo Di Stéfano, un gran amigo. Fue por eso que tuve mucha simpatía por el equipo."

Hablando de argentinos, hace años que está disfrutando de Messi.

–Lo que hace en las canchas es irrepetible porque sencillamente ha inventado una forma diferente de jugar al fútbol. He tenido que soportar a mucha gente meterse con él, decirle que es un pecho frío y cosas increíbles. No los puedo entender porque Messi es un jugador que vive el fútbol con un entusiasmo de crío, de potrero.

Como Maradona, otro que tuvo el gusto de ver en el Barcelona.

–Maradona era diferente y jugó en una época en la que el fútbol también era distinto. Recuerdo haberlo visto hacer cosas increíbles, especialmente cuando jugó en Boca.

A beneficio - GARRAHAN

El 6 de abril ofrecerá una gala benéfica en el Café de los Angelitos (Rivadavia 2100),  para recolectar fondos y ayudar a los hospitales Garrahan y Joan De Deu, de Barcelona.

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