Por Andrés Valenzuela
Juan y Eduardo se conocen desde hace una punta de años. Quizá ni quieren sacar la cuenta de cuántos, pero se les nota la confianza en el trato, en las chicanas cariñosas, en el entenderse. Y lo mejor del caso es que se les nota tanto en la mesa de la cocina de Eduardo, como en las cámaras de televisión a las que Juan está mucho más acostumbrado que su amigote. Porque Juan y Eduardo son Sasturain y Maicas, que hoy a las 21.30 (repite viernes 12.30, sábados 13.30, domingos 17.30 y lunes 7.30) estrenan ciclo en el Canal Encuentro: ¡Plop! Caete de risa. Si en las muchas temporadas conduciendo Continuará... Sasturain hablaba de historieta, aquí con su amigo charlan de humor gráfico argentino junto a colegas, especialistas, dibujantes y compinches. Página/12 los encuentra en la cocina de Maicas con la productora Daniela Blanco, para charlar del nuevo programa. De paso, cuentan, hoy mismo a las 19 darán una charla en la Alianza Francesa (Av. Córdoba 946).
Juan y Eduardo se conocen desde hace una punta de años. Quizá ni quieren sacar la cuenta de cuántos, pero se les nota la confianza en el trato, en las chicanas cariñosas, en el entenderse. Y lo mejor del caso es que se les nota tanto en la mesa de la cocina de Eduardo, como en las cámaras de televisión a las que Juan está mucho más acostumbrado que su amigote. Porque Juan y Eduardo son Sasturain y Maicas, que hoy a las 21.30 (repite viernes 12.30, sábados 13.30, domingos 17.30 y lunes 7.30) estrenan ciclo en el Canal Encuentro: ¡Plop! Caete de risa. Si en las muchas temporadas conduciendo Continuará... Sasturain hablaba de historieta, aquí con su amigo charlan de humor gráfico argentino junto a colegas, especialistas, dibujantes y compinches. Página/12 los encuentra en la cocina de Maicas con la productora Daniela Blanco, para charlar del nuevo programa. De paso, cuentan, hoy mismo a las 19 darán una charla en la Alianza Francesa (Av. Córdoba 946).
“Con la productora siempre nos
reservamos la carta de hacer un programa diferente para que quedara claro que
la historieta y el humor gráfico se pisan en algunas partes, pero que son zonas
completamente distintas”, explica Sasturain. Por eso mismo, agrega, dejaron
afuera la caricatura, que sólo aparece en los dibujos que el también humorista
gráfico Diego Parés hizo para la animación de apertura del ciclo.
J. S.: –El desafío fue encontrar
un formato bien distinto.
E. M.: –¿Buscamos un formato o un
deformato, che?
Mientras Sasturain se ríe, la
productora explica: “Así como con Continuará buscamos un formato que contenga
el contenido, intentamos lo mismo en ¡Plop!, por eso armamos un programa más
fragmentado, porque es como funcionan los chistes, que tienen una sola viñeta”.
Mientras Blanco habla, Juan y Eduardo siguen haciendo chistes. Y así será buena
parte de la entrevista. Les sale. Y se ponen serios un rato, pero un rato nada
más, hasta el siguiente chiste. “No se podía hablar de humor gráfico en
términos académicos –propone Sasturain–, lo mejor era compartirlo y que fuera
una charla entre amigos en la que el humor fuera el tema.” Para Maicas, ése fue
“el entre”. El ya había pasado por la televisión, pero sólo como guionista.
Ahora compara su primera ocasión ante las cámaras con Mia Farrow en La rosa
púrpura del Cairo y le da pie a su amigo para la broma.
E. M.: –¡Pero se tuvieron que
quedar conmigo! Fue un honor, pero tenía dudas.
J. S.: –¿Qué dudas tenías?
E. M.: –Y... tenía... ¿cómo, no
decimos la verdad, entonces? Bueno, cuando me lo propusieron enseguida pensé
que era un proyecto para mí... Hablando en serio: laburar con todo el equipo
estuvo buenísimo, fue un honor. Se creó un espacio que ayuda a distenderse y
terminó siendo un rincón de amigos hablando de un tema muy profundo.
Partiendo del universo dibujado,
es inevitable comparar ¡Plop! con su antecedente más inmediato. Pero el nuevo
ciclo tiene un espíritu diferente. Por ejemplo, en ningún momento ni
presentadores ni invitados hablan a cámara para dar información dura. Siempre
hay un relato “sobrevolado”, con cámaras (dirigidas por Gustavo Tarrío) que
exploran la escena. Apenas en una de las nuevas secciones, en la que algún
convidado cuenta su chiste favorito del homenajeado de turno, se mira a la
cámara. Además de esa sección, hay una en la que alguien analiza parte del
humor de la figura protagonista y otra en la que un joven humorista reversiona
algún viejo chiste. El guión de Diego Rosemberg agrega una pizquita de ficción
y la unidad estética la termina de aportar Parés, responsable de toda la
gráfica del programa. “Diego sabe y sabe mucho, tiene una cultura gráfica
amplia y desprejuiciada”, elogia el propio Sasturain.
“El cover surgió por la necesidad
de mostrar el dibujo –señala Blanco–, en Continuará las viñetas aparecían en
los cromas y en los separadores, pero acá nos preguntábamos cómo mostrar los
chistes, porque en un separador se te van enseguida, así que encontramos este
guiño para todos los fanáticos a los que les encanta ver al dibujante
trabajar.” Otras partes del programa, como “Mi vida es un chiste”, se anclan en
la vida cotidiana.
E. M.: –Lo que yo quería agregar
del cover es que es muy lindo descubrir cómo ven los dibujantes las cosas que
uno leía. Por ejemplo, María Alcobre veía a Calé de un modo muy distinto a cómo
lo miraba yo.
J. S.: –¡Y qué lindo lo que hizo!
Más teniendo un universo de pensamiento gráfico, de concepción, tan distinto.
Fue increíble.
¿Alguna heredad estilística que
quedaba oculta?
J. S.: –Hay una cuestión de
gustos también, que no siempre va con la capacidad personal. Esto nos pasa en
literatura y en cine también. Hay cosas que te gustan mucho pero no tienen nada
que ver con vos, sea porque no podés o porque lo que te sale para expresarte es
otra cosa. Pero las disfrutás tremendamente y decís “¡Qué hijo de puta! ¡Qué
maravilla!”, algo que no tiene que ver con la aptitud.
E. M.: –La única cagada de todo
esto es que lo veo y me dan ganas de quemar la mesa de dibujo, ¡qué bien que
dibujan los demás, che!
D. B.: –¿Ves? Si no estuvieras en
el programa te hubiéramos llamado a hacer un cover.
J. S.: –Para esto sirve Maicas.
E. M.: –¡Para decir boludeces!
J. S.: –Boludeces, se pega,
miente...
E. M.: –No, no miento mucho.
¡Digo la verdad y eso causa gracia! Bueno, lo del libreto fue un tema también.
En una charla te salen cosas, porque uno es uno. Pero cuando tenés que seguir
una letra no es fácil, eh? En una tuvimos que grabar como cinco veces, ahí
valorás a actores pésimos de la televisión. Guión hice pero no laburé. Y en
radio no mostrás la trucha, es otra cosa.
El ciclo tiene cantidad de
invitados y hay que atajarlos, antes de que Juan y Eduardo se dispersen en
anécdotas. Al final, rescatan las locaciones, pensadas para cada capítulo,
desde la recorrida por Casa Rosada junto a Carlos Nine hasta el encuentro con Sendra
en el zoológico para hablar del humor de Landrú, o del bar compartido con el
Negro Dolina para hablar de otro Negro: Caloi. “Yo con Oche (Califa) jamás
había hablado de dibujantes”, revela Maicas y se le nota que disfrutó muchísimo
la excusa para hacerlo. “Es que hay que ver cómo están insertos los invitados
en cada programa”, apunta Sasturain, “Miguelito Rep está en el de Oski (que hoy
abre el ciclo) por admiración y porque él tomó la iniciativa de llevarlo al
Museo Nacional de Bellas Artes, con Oche hablamos de Calé y Medrano, con Tomás
(Sanz) hablamos de humor censurado, por su trabajo en Humor, y otros, los
menos, fueron por sí mismos, como Quino o Mordillo. Es que además de los
clásicos, como Oski, Quintero, Divito, la revista El mosquito, el programa
aborda algunas figuras que aún hoy son pivotales para el género, como Quino,
Caloi o Mordillo, o temas como el humor erótico, para el cual el programa contó
con Maitena. “Hay una cosita que todavía no dijimos, que si bien Juan contaba
que no citamos la caricatura, sí vino Sábat, pero no a hablar de caricatura,
sino de humor”, cuenta Maicas, “por eso decimos que fue una charla, con todo lo
que sabe Juan y las boludeces que puedo decir yo”. Y claro, con esas palabras,
sigue otra andanada de bromas de su amigo, mientras Daniela mira y sonríe.
Hasta el próximo programa, y hasta el próximo chiste.
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Maicas y sasturain, junto a la productora Daniela Blanco |