En octubre, por primera vez los ciudadanos en Argentina
votarán diputados al Parlasur. Ante la pobreza informativa que hay sobre el
tema, Federico Vázquez escribe un artículo que nos invita a conocer qué es este
foro regional.
El Parlasur funciona desde el
2007, tiene sede en Montevideo y lo componen los países miembros del Mercosur
(Brasil, Argentina, Venezuela, Paraguay y Uruguay).
Durante estos ocho años, el
Parlasur fue poco más que un órgano consultivo y simbólico. La razón principal
es que sus diputados son elegidos por los parlamentos de cada uno de los países
y no por los ciudadanos. En un principio cada país tenía la misma cantidad de
miembros (18), algo que no preocupaba a nadie, en tanto el órgano no poseía un
peso político relevante.
Con el tiempo, después de muchas
negociaciones, se llegó a un acuerdo en el Mercosur para lograr una
“representación atenuada” entre todos sus socios. Esto significa que cada país
tendrá un peso vinculado a su volumen electoral, pero sin que ninguno pueda
alcanzar una mayoría absoluta por sí sólo. De esa combinación salió entonces
que Brasil tenga 75 diputados, la Argentina 43, Venezuela 33 y Paraguay y
Uruguay 18 cada uno.
LA ELECCIÓN DE LA GENTE
Ese acuerdo permitió iniciar el
camino para el segundo y decisivo paso: que los propios ciudadanos del Mercosur
voten a sus representantes al Parlasur.
En el 2013 Paraguay, que volvía a
los foros regionales después del quiebre democrático que expulsó a Lugo del
gobierno, picó en punta y eligió a sus 18 miembros en elección directa.
Argentina será el segundo país, cuando en octubre elija a sus 43 diputados.
Esta dinámica sin duda acelerará
el proceso, imponiendo al resto de los países una agenda electoral menos
flexible. Brasil anunció que hará lo propio en las próximas elecciones
generales de 2018 y Uruguay en el 2019. La fecha en Venezuela es una incógnita,
pero una vez que Argentina y Brasil tenga su representación directa,
seguramente buscará ajustarse a la norma general.
UN ESPACIO CIUDADANO
Lo más interesante y menos
comentado del futuro Parlasur es que, por primera vez, la integración regional
va a dejar de ser un asunto exclusivo de las cancillerías y los Presidentes, y
tendrá un espacio político conformado por la voluntad de los ciudadanos.
Ese cambio, cambia todo. Porque,
entre otras cosas, va a permitir que por primera vez se dejen de ver los
asuntos de la integración desde las perspectivas nacionales (Lo que quiere
“Brasil”, lo que quiere “Argentina”, lo que quiere “Uruguay” y así) para pasar
a un debate donde afloren los acuerdos y diferencias ideológicas. Por ejemplo,
en el futuro Parlasur, sería muy lógico que las bancas del Frente para la
Victoria voten en sintonía con las del PT de Brasil o el Frente Amplio
Uruguayo. Y, al mismo tiempo, las del PRO hagan lo mismo con el Partido Blanco
o Colorado de Uruguay o el PSDB brasileño.
Es decir, va a existir un órgano
político regional donde el debate se parezca mucho más al debate político que
existe en cada uno de los países y no a negociaciones vaporosas y tecnicismos
totalmente ajenos para los ciudadanos de a pie.
FUEROS QUE SE FUERON
El Parlasur no puede funcionar
como un mágico paraíso de fueros: sus diputados tienen los mismos beneficios y
obligaciones que ya existen en cada uno de sus países. Y en el caso de la
Argentina, la ley 25.320 (sancionada por el gobierno de la Alianza en el año
2000, después del escándalo de los sobornos en el Senado) deja en claro que la
inmunidad parlamentaria se limita a preservar de la detención física, pero no
del curso de la imputación ni, desde ya, de la condena.
(Fuente: Federico
Vázquez – Sección Internacionales – Télam)