Frente al mundo financiero, Prat-Gay y Sturzenegger
realizaron una exposición sobre los planes económicos que pretende hacer el
gobierno.
El programa económico encara un
recorte “agresivo” del gasto público y la toma de financiamiento en los
mercados internacionales. “Vamos a dejar de hacer atrocidades”, dijo el
ministro en referencia a la política económica del kirchnerismo.
El equipo económico del Gobierno
fue a Davos para reafirmar ante empresarios y organismos de crédito que el
programa de Mauricio Macri es el ajuste fiscal con endeudamiento. El ministro
de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, que mañana tendrá dos exposiciones en
distintos paneles del foro, reiteró que se avanza en un plan agresivo para
recortar gastos del sector público, con la meta capital de “ordenar la
distorsión heredada del kirchnerismo”. Las declaraciones del funcionario
aparecieron en Bloomberg, un medio estratégico para difundir entre hombres de
las finanzas globales que en la Argentina se llevan adelante políticas
amigables con el mercado. El titular del Banco Central, Federico Sturzenegger,
se ocupó de dejar en claro que, además del ajuste fiscal, la intención del
Gobierno es volver al sendero del endeudamiento. Afirmó que se trabaja para
tentar a bancos internacionales para que vuelvan a darle crédito al país, una
práctica aceitada en el festival de la deuda armado en los 90, el cual terminó
en un proceso de default con fuertes tensiones sociales.
“Argentina está en condiciones de
volver al crecimiento este año, al tiempo que reduce el déficit fiscal”,
aseguró Prat-Gay. El funcionario calculó que en el segundo semestre de 2016 la
economía podría crecer al 3 por ciento, que junto a la expansión del 0,5 por
ciento estimada para la primera parte, daría una suba del PBI del 1 para el
acumulado de los doce meses. ¿Por qué se espera semejante expansión cuando la
estrategia es reducir la intervención pública (recortar los gastos estatales),
mientras que la crisis del mundo frena los despachos de productos argentinos, y
el consumo interno se ve afectado por la caída de la capacidad de compra de
salarios y jubilaciones? La respuesta de Prat-Gay es la confianza. “Sabemos que
al mundo y a la región no le esta yendo bien. Pero la Argentina se destacará no
porque vayamos a hacer grandes cosas, sino porque vamos a dejar de hacer
atrocidades. Con esto sólo se va a desatar un potencial significativo para la
economía argentina”, dijo. El argumento de la confianza, por el momento, no ha
dado frutos. Por caso, el Gobierno lanzó ayer una licitación para colocar nueva
deuda a través del Bonar 2020 y la respuesta del mercado fue dejar desierta la
colocación, es decir, no ingresó ni un solo dólar a partir de este bono, cuando
la apuesta del equipo económico era recibir una cifra de hasta 5000 millones.
Prat-Gay resaltó que el
crecimiento económico no será el único dato positivo. Lo más relevante, según
el ministro, es que se avanzará en un programa consistente de recorte del gasto
público. “El objetivo es reducir del 7 al 4,8 por ciento el déficit fiscal en
términos del PBI entre 2015 y 2016. Es una política fiscal muy agresiva
considerando el legado que recibimos y las medidas que ya anunciamos
(devolución de las retenciones para el complejo agropecuario y de ganancias
para sectores de elevados ingresos, lo cual reduce ingresos del Estado y
aumenta el desequilibrio de las cuentas públicas entre recursos recaudados y
gastos)”, afirmó. Aclaró que la propuesta del equipo económico es realizar la
reducción del gasto público de tal manera de no poner en riesgo la
gobernabilidad. La tarea, que implica no provocar fuertes tensiones sociales,
será difícil si se tiene en cuenta que la gran parte de las erogaciones
estatales se componen por remuneraciones, jubilaciones y programas sociales.
El endeudamiento es otro de los
elementos del programa ortodoxo de Mauricio Macri que el equipo económico se
encargó de promocionar en Davos. Sturzenegger, que tiene a su cargo el Banco
Central, fue la voz autorizada para afirmar que el Gobierno avanza en la
negociación de un préstamo por varios miles de millones de dólares con bancos
de inversión internacional. “En las oficinas de Buenos Aires se está trabajando
para dar curso al repo con los bancos extranjeros”, precisó. Es probable que el
anuncio se haga hoy, con el objetivo de ingresar deuda por entre 4 y 6 mil
millones de dólares, lo que subiría las reservas a alrededor de 30 mil
millones. Esta estrategia para tomar nueva deuda externa requirió una
ingeniería financiera previa, en la cual el Central transformó Letras
Intransferibles del Tesoro por títulos que pueden intercambiarse en el mercado
internacional a cambio de dólares frescos.
El foro de Davos resultó la
plataforma perfecta para reiterarle al mundo que el país esta predispuesto y,
sobre todo ansioso, por reconstruir lazos fraternales con acreedores externos,
un elemento que caracterizó a la política económica de la convertibilidad. La
carta de presentación ante los inversores extranjeros no fue otra que la
empleada en los 90: la promesa de ajuste fiscal a cambio de endeudamiento. Está
por verse si el mundo, con desplomes diarios de las principales plazas
bursátiles, derrumbe del precio de las materias primas, aumento de la tasa de
interés en Estados Unidos e incremento de la incertidumbre por la
desaceleración de China también está tan ansioso por reanudar el ciclo de
endeudamiento de la economía local.
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