Pese al deseo del ministro Alfonso Prat Gay, la tasa de inflación
no cede con una proyección del 3 por ciento en enero.
El ministro había estimado que la
inflación estaba bajando y que los aumentos de estos días eran una “sensación”
del consumidor. Consultoras y organizaciones de consumidores calculan que en la
primera quincena acumula una suba de 1,6 por ciento.
La inflación durante la primera
quincena de enero continuó bastante por encima del promedio del año pasado. La
Asociación de Consumidores Libres, que dirige Héctor Polino, calculó que los
precios de los bienes de la canasta básica aumentaron 1,6 por ciento en lo que
va del mes, mientras que diversas consultoras privadas estiman que la variación
de precios terminará entre el 3 y el 4 por ciento en enero. Ese dato contrasta
con el planteo del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, quien
había dicho que la inflación ya estaba en niveles previos a la aceleración de
precios que comenzó con el anuncio de devaluación por parte suya. Y que los
aumentos eran “una sensación”.
“Hay una enorme dispersión de
precios. De los 38 artículos que relevó Consumidores Libres, 24 subieron de precio,
9 bajaron y 5 se mantuvieron sin variación, pero el promedio para la primera
quincena de enero nos dio un aumento del 1,6 por ciento”, explicó ayer Polino.
La entidad calculó que en diciembre la inflación se ubicó en el 3,6 por ciento
“como consecuencia de actitudes especulativas de las empresas formadoras de
precios, ante anuncios hechos sobre la devaluación del peso en relación al
dólar y de quita de retenciones a los productos agropecuarios”.
Polino registró un aumento del 15
por ciento en la carne en lo que va de enero. Calculó que la carne picada
avanzó 15,5 por ciento, mientras que el aceite lo hizo en un 10,4 y el kilo de
pollo, un 7,64 por ciento. En cambio, bajaron precios estacionales como el
tomate perita (un 17 por ciento), la cebolla (9,0) y la naranja (5,4 por
ciento). La entidad de consumidores (que releva precios hace varios años)
estima que enero cerrará con una inflación de 3,2 en los artículos de la
canasta básica.
Esos datos contrastan con la
descripción que Prat-Gay dio días atrás sobre el proceso inflacionario. “Hubo
un aumento desmedido de algunos precios, pero este es un gobierno que se está
ocupando y está teniendo un resultado visible”, dijo. “Hubo una pequeña joroba
de dos meses por la salida del cepo, que no tuvo ni por asomo el impacto de lo
que decían que iba a tener. En nuestras mediciones, la inflación tuvo un salto
en la segunda quincena de noviembre y primera quincena de diciembre,
aterrizando en la primera quincena de enero para estar en niveles parecidos a
los que había en septiembre y octubre de 2015”, agregó el ministro.
Si bien la situación
inflacionaria es relativamente incierta por el apagón estadístico que lleva a
cabo el Indec bajo la conducción de Jorge Todesca, hay varias fuentes que
muestran que la expresión de Prat-Gay es como mucho una muestra de deseo, pero
que dista de la realidad. El 13 de octubre del año pasado la actual ministra de
Seguridad, Patricia Bullrich, junto al presidente del Banco Central, Federico
Sturzenegger, presentó el dato del IPC-Congreso, de 1,92 por ciento para
septiembre, mientras que para Miguel Bein fue de 1,8 por ciento. Un mes más
tarde, para Bullrich y Sturzenegger la suba de precios en octubre fue de 1,52
por ciento y Bein midió un 1,5 por ciento.
A contramano de Prat-Gay, ningún
economista, cercano o no al gobierno nacional, calcula para enero una inflación
del orden del 1,5-1,9 por ciento, como sucedió en el bimestre
septiembre-octubre. Polino midió 1,6 por ciento sólo en la primera quincena y
estima que el mes cerrará con un 3,2 por ciento. Por su parte, Juan Luis Bour,
de FIEL, calculó una inflación mensual de entre el 3 y el 4 por ciento; Luciano
Cohan, de Elypsis, estimó un 2,5 por ciento para enero. Una suba de ese tipo se
montará sobre el 2,9 por ciento de noviembre y el 3,8 por ciento de diciembre,
según datos de Bein.
En tanto, para febrero se espera
que el Gobierno comience a aplicar una drástica reducción de subsidios del
orden de los 105 mil millones de pesos en todo el año, según fue informado la
semana pasada. Es decir que aumentarán sensiblemente las tarifas de luz y gas
al consumo residencial y para las empresas, otro factor de impulso a la
inflación.