Afirman que el monocultivo, la
deforestación y la plantación de pinos en el norte son algunos de los factores.
En el marco de las inundaciones que castigan a gran parte del
territorio del país y en particular a Santa Fe, el Centro de Protección a la
Naturaleza dio a conocer su mirada sobre las consecuencias que acarrea la
intervención del hombre en los procesos naturales. Consideran que el modelo
productivo actual no es “amigable” con el medio ambiente. Afirman que las inundaciones
están marcadas por un modelo productivo basado en el monocultivo de la soja, el
avance de la frontera agrícola; la forestación de pinos en la provincia de
Misiones y las urbanizaciones sobre humedales son algunos los factores que
alteran la evolución natural.
El
presidente del Cepronat, Carlos Manessi, hizo referencia a la crecida de los
río que mantiene alerta a la región. “Inundaciones hubo siempre. Con mayor o
menor caudal de agua, siempre existió la creciente y la bajante de los ríos.
Eso es natural que suceda”, consideró. Su análisis no se detiene y relaciona
las consecuencias actuales con la intervención de las personas en la
naturaleza.
“Las complicaciones aparecen
cuando el hombre comienza a meter mano en la naturaleza”, afirmó Manessi.
Enfático en sus declaraciones, manifiesta que “las inundaciones están marcadas
por el modelo productivo basado en el monocultivo de la soja y la forestación
de pinos en la provincia de Misiones. De eso no tenemos la mínima duda”.
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Deforestación, avance sobre la frontera agrícola. |
Manessi hizo referencia a la
creciente vertiginosa del río Paraná en pocos días. “Antes, existían las
barreras naturales que hacían que el río transite más lentamente. Estoy
hablando de la selva paranaense, del bosque atlántico y de la selva misionera”,
consideró y sostuvo que esos espacios “se ven disminuidos por el avance de la
frontera agropecuaria para la siembra de soja y la forestación de pinos en
Misiones”. En este contexto, el referente del Cepronat entiende que al no
existir esas barreras naturales “el río no encuentra ningún tipo de freno y
provoca los problemas actuales”. Ademas, planteó que “el suelo no absorbe como
debería, esa agua escurre hacia las cuencas inferiores y es el estado del suelo
el que determina que se agraven o no las inundaciones”.
El fundamento que encuentra
Manessi es que están siendo destruidos los espacios que funcionan como
“retenes” del agua. “Por la vegetación, por la cantidad de plantas y de
árboles, la selva y los bosques provocan que el agua se estacione, funcionan
como un pulmón”, explicó.
Con respecto al monocultivo, el
referente advirtió sobre las consecuencias de la soja. “El monocultivo de soja
y sus agroquímicos producen una impermeabilización del suelo. De esa forma, el
agua no penetra, no absorbe y simplemente corre”. En este aspecto, recordó
también los efectos de los canales clandestinos. “Muchos productores se
preocupan simplemente por retirar el agua de sus campos. Esa agua genera
dificultades y por supuesto que son ajenas”, dijo.
En ese escenario los aspectos
económicos y políticos juegan su partido. “Ante los intereses económicos, la
política debe actuar. Nuestros dirigentes deben tomar conciencia”, sentencio
Manessi y señaló: “Alguien le tiene que poner un número a los efectos de las
actividades productivas. Porque muchas de ellas son rentables, pero las
consecuencias generan gastos, costos y daños colaterales”.
Sobre el fenómeno del “cambio
climático”, consideró que el hombre es el responsable. “El cambio climático se
acrecienta por la deforestación, el monocultivo de soja, de pinos y la
construcción de represas”, sostuvo. Por último, reconoce que el problema es
complejo: “Tenemos que pensar en cuáles son los pasos que vamos a tomar porque
los problemas son muchísimos y no sabemos cómo solucionarlos”.
“El modelo productivo actual no
es sustentable en el tiempo y lo está demostrando la naturaleza. No es amigable
con el medio ambiente, al contrario”, finalizó Carlos Manessi.