Son ofertas gastronómicas,
estéticas y culturales que buscan satisfacer la demanda de quienes se sienten
identificados con músicos, artistas o movimientos políticos. El último en abrir
fue el Café Cortázar, que resalta la porteñidad del escritor. En Viva Perón lo
definen como un restaurante político. Y otros reviven la mística de los Rolling
o los Beatles.
Aquel que terminó de leer una
novela que lo envolvió durante algún tiempo y no haya soñado con encerrarse por
unos minutos en el café al que concurría su protagonista o en un espacio donde
sólo habitaran las frases y las historias a las que le dio vida su autor, que
tire la primera piedra. Esa sensación de identificarnos desde el tacto, la
visión o el gusto -que también se apodera de nosotros cuando escuchamos a
nuestra banda favorita o leemos sobre un tiempo histórico que nos fascina- es
la que, de algún modo, vienen a satisfacer los cafés, bares o restaurantes
temáticos que, más allá de la moda, rinden un tributo y nos dejan ser parte de
él.
La Ciudad de Buenos Aires, en ese
sentido, ofrece una diversidad de espacios que, de la mano de la gastronomía y
la estética, proponen distintas identidades para reflejarse. Y así como algunos
han ido desapareciendo de la geografía porteña, otros renuevan su público y,
cada tanto, aparece uno nuevo en alguna esquina.
Es el caso del Café Cortázar, que
abrió sus puertas a fines del año pasado y reafirmó el debate a favor de
quienes apuestan por este tipo de rincones. “Siempre sentimos mucha empatía con
Cortázar por esas historias que, aun escritas en París o pensadas desde lugares
imaginados, de algún modo siempre hablan de Buenos Aires. Esa porteñidad
innegable (el café, el tango, el boxeo) acerca mucho”, le cuenta a Tiempo Laura
Carro, una de las dueñas del café ubicado en Cabrera 3797.
También se refirió a la necesidad
de que el maravilloso escritor nacido en Bruselas quedara inmortalizado en un
espacio activo de nuestra Ciudad: “Lo sentíamos como una deuda pendiente en
Buenos Aires. Cortázar es un escritor que construye universos para todos los
lectores, jóvenes y adultos: más allá de su obra literaria, hay un culto en torno
a su vida personal, sus viajes, su compromiso político, sus pasiones.
Buscábamos recrear esos espacios en la forma de un café porteño que dialogara
estéticamente con París.”
VIVA PERÓN

“La propuesta artística que
ofrecemos es amplia, para que cada uno viva su relación con los Beatles como
quiera y pueda. Además, si hay algo difícil de uniformar es la estética beatle,
que se reinventó continuamente desde aquellos chicos de cuero en Hamburgo hasta
los Beatles psicodélicos”, reflexiona Hernán De Lorenzi, director artístico del
rincón más beatle de la Ciudad (en Av. Corrientes 1660, dentro del Paseo La
Plaza), fundado en 1998 por el coleccionista privado Rodolfo Vázquez.
“Buenos Aires es increíble y, sin
dudas, una ciudad única. La peculiaridad que la hace comparable a otras
metrópolis, como Londres o Barcelona, es que aquí es posible encontrar
absolutamente cualquier cosa”, agrega De Lorenzi, en una definición que también
explica la existencia y el auge de los diversos bares, cafés y restós temáticos
que conviven en las calles porteñas. Y volviendo al Café Cortázar, en este
círculo de identidades desperdigadas por nuestros barrios, vale la reflexión de
Laura Carro sobre estos mágicos espacios, que “trazan un recorrido, proponen
una lectura de la Ciudad a través de sus historias y personajes y nos devuelven
identidad y cultura en forma de café, un lugar en el que pasa de todo y, por
ese motivo, también pasa la vida misma”.
PARA LOS POETAS DE SAN TELMO
Uno de los lugares más antiguos
que hay en la Ciudad, dentro de esta lista de espacios que refuerzan
identidades desde sus sabores y paredes, es el hermoso Café La Poesía, que
embellece una de las esquinas de San Telmo. La historia de este rincón porteño “comienza
en la esquina de Chile y Bolívar un soleado 12 de abril de 1982, cuando el gran
poeta Rubén Derlis inaugura una etapa insoslayable en la historia del café
porteño y del culto por la literatura. Derlis perteneció a la Generación del
’60, un grupo de intelectuales embanderados con la lucha que acompañara a la
Revolución Cubana, al Mayo Francés y, más cerca de nosotros, al Cordobazo”,
relata la web del lugar (http://www.cafelapoesia.com.ar).
“La idea fundamental fue
desplegar lo temático: prácticamente no había cafés de ese tipo en Buenos Aires
–le contó a Tiempo su fundador, Derlis-. La Poesía nace como un lugar bien
sesentista, bien de nuestra generación, en el que se reunía medio mundo durante
los primeros esbozos de la democracia. En medio de esos encuentros nacieron
Grupo de los Siete y se gestó Poesía 83, un movimiento nacional que fue una
expresión democrática de poetas”.
La historia de este espacio
declarado Café Notable por el Ministerio de Cultura de la Ciudad fue recopilada
por Derlis en un libro, “Café La Poesía. Esquina de Encuentro”, que repasa los
primeros seis años de vida de este lugar y la vuelta en 2008 luego de las dos
décadas que estuvo cerrado.
Su nombre, como relata su
fundador, refleja la historia que la literatura tuvo con Buenos Aires: “Todos
los grupos literarios tenía su café. Sobre Corrientes, desde Callao a Cerrito,
se reunieron la Generación de Boedo, la de Martín Fierro y nosotros, los del
’60… En todos los cafés del Centro nacían propuestas culturales y por eso, para
mí, era importante que el que fundamos nosotros se llamara La Poesía”.
Fuente: Tiempo
Argentino.