Una fundación argentina aprovecha el día de San Valentín para derribar los mitos del "amor
romántico" y apostar por noviazgos sin violencia.
La Fundación para Estudio e
Investigación de la Mujer (Feim) ha decidido aprovechar el "día de los
enamorados" para esta campaña basada en la difusión de postales que
alertan contra la violencia de género en bares y restaurantes de algunos de los
barrios más populares de Baires.
"Nos parece que los chicos
comprenden y perciben poco el tema de la violencia en las parejas. Creen que es
de las personas grandes, pero es un tema muy sensible", explicó la titular
de la fundación, Mabel Bianco. "Pensamos que el 14 de febrero es una buena
oportunidad para decir: festejemos pero veamos qué hacer para un noviazgo
cuidado".

Para Bianco, este riesgo es mayor
en las mujeres y se acompaña de problemas de baja autoestima y dependencia
hacia la otra persona. Por ese motivo, el material que reparte hoy la Fundación
hace hincapié en que la idealización del amor lleva a una concesión -tanto de
las mujeres como de los varones- en la que se comparte todo o se quiere saber
todo sobre la pareja.
Así surgen preguntas como
"con quién estas" o "dónde estás" que llevan después a
situaciones de encierro o sentimientos de soledad "en los que, cuando se
dan cuenta, los jóvenes han perdido la autonomía", afirmó Bianco.
"Ellas no tienen percepción
de esto y los chicos, a veces, tampoco. Por eso trabajamos en este esquema,
para que ambos lo sepan", agregó. La campaña pretende alertar también
contra los mitos que abanderan el "darlo todo" por un supuesto amor
"verdadero" y justifican los celos como "muestra de amor".
Para Bianco, los estereotipos del "amor romántico" se fomentan desde
la educación que reciben los jóvenes en el entorno familiar y en las
influencias externas, como los tradicionales cuentos de hadas. "Con este
tema de princesas y príncipes se vuelve a la idealización.
El mito de la media naranja es
una creencia basada en que existe una “pareja ideal” para cada un@ que está
predestinada de algún modo ...para toda la vida y sin elección posible. Esto
puede llevar a una tolerancia excesiva y a permitir y justificar cualquier
conducta de la otra persona, porque “es la pareja que me tocó”. Además,
fortalece la idea de que estamos incomplet@s hasta que no encontramos un gran
amor. Es cierto que nuestra pareja nos puede complementar, pero cada un@ de
nosotr@s es únic@, completo e irremplazable.
“NO COMAMOS PERDICES”
El mito de “fueron felices y
comieron perdices” lo tenemos presente desde la infancia a través de los
cuentos en los que, al final de la historia el príncipe azul se enamora de la
doncella. Estos relatos tradicionales transmiten estereotipos de género, es
decir los roles que le tocan socialmente al varón y a la mujer: la doncella es
delicada, dulce y linda, mientras el príncipe es fuerte, protector y cuida de
la doncella. Todo ello, de alguna manera, puede marcar nuestras relaciones,
aceptando cualquier conducta de nuestra pareja aunque nos lastime e idealizando
los vínculos. La felicidad se construye diariamente y las relaciones tienen
altibajos, pero tenemos que poder reconocer cuál es el límite de lo que nos
hace mal y no debemos permitir.
“MUCHO, POQUITO, NADA”
Este mito se basa en la creencia
de que “los celos son un signo de amor” e incluso un requisito indispensable de
un verdadero amor. Suele usarse para justificar comportamientos controladores,
represivos y, en ocasiones, violentos. Sin embargo, los celos parten de la
desconfianza en un@ y en la otra persona, y terminan por ser perjudiciales para
ambos. El respeto y la confianza hacia la otra persona y hacia un@ mism@ sí son
un signo de amor.
Fuente: Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM)
Fuente: Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM)
http://nocomamosperdices.feim.org.ar/