Tara McKelvey - BBC
Bernie Sanders y Hillary Clinton
están de acuerdo en regular los bancos, pero difieren en las ideas sobre cómo
hacerlo.
Los dos precandidatos demócratas
a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton y el senador Bernie
Sanders, suelen discutir sobre lo que significa el término
"progresista".
Por ejemplo, el 3 de febrero, en
evento de la cadena de noticias CNN en el estado de New Hampshire, Sanders y
Clinton se pusieron a discutir sobre cuál de ellos dos tiene más derecho a
describirse a sí mismo con esta palabra.
Sanders habló de Clinton como una
conservadora en cuestiones de política exterior. Ella no estuvo de acuerdo y
aseguró que es una "progresista a la que le gusta conseguir que las cosas
se hagan".
Agregó que le divertía que
Sanders se haya designado a sí mismo como el guardián de quién puede ser
progresista y quién no.
Pero, ¿qué es realmente ser
"progresista" en Estados Unidos?
IGUALDAD SOCIAL
Políticos, activistas y otros
expertos no se ponen de acuerdo sobre lo que significa la palabra. Los
historiadores coinciden en que no hay una definición precisa. Sin embargo,
dicen que los progresistas encajan en ciertos criterios.
Un progresista es alguien que
quiere ver más igualidad económica y social, y que espera más avances en
derechos para las mujeres y los homosexuales.
Los progresistas apoyan causas
como el matrimonio gay.
También apoyan los programas
sociales del Estado y les gustaría que los movimientos sociales tengan más
poder en Estados Unidos.
Dentro del espectro progresista,
por supuesto, hay facciones distintas e incluso enfrentadas entre sí, según
explica David Greenberg, autor del libro "Republic of Spin: An Inside
History of the American Presidency" (Historia interna de la presidencia de
Estados Unidos).
Hay un grupo, por ejemplo, que
está dominado por activistas de movimientos sociales como Occupy Wall Street y
Black Lives Matter, organización que lucha por los derechos de los
afroestadounidenses.
En otro grupo predominan los que
pertenecen al ala izquierdista del Partido Demócrata, pero que no son parte de
un movimiento social o una causa específica.
SOBRE LOS BANCOS
Muchos de estos progresistas
"ven la política como un proceso que va de abajo hacia arriba" y
apoyan la lucha por el cambio social, aunque no todos salgan a las calles a
pelear por este, explica Julián Zelizer, historiador de la Universidad de Princeton
(EE.UU.).
También creen que el gobierno
puede ayudar a la gente y miran con buenos ojos los programas de fomento como
fue el Nuevo Pacto (New Deal) del presidente Franklin Delano Roosevelt, en la
década de 1930.
Algunos progresistas admiran los
programas de trabajo creados por el presidente Franklin D. Roosevelt.
Por estas razones, ven el mundo y
sus problemas de manera similar, pero generalmente tienen diferentes ideas de
cómo resolverlos.
Casi todos los progresistas
coinciden en que los bancos deberían ser regulados, por ejemplo, aunque
discuten cómo debería hacerse.
Bernie Sanders, según Greenberg,
"quiere acabar con los bancos". Otros son más moderados en sus puntos
de vista. Clinton está de acuerdo con Sanders, en principio, dice Greenberg,
"pero no quiere hacerlo sin planificación".
Pero independientemente de cómo
vean el asunto de la regulación bancaria, ambos se muestran orgullosos de
hacerse llamar progresistas.
Para los demócratas, ahora es un
término codiciado. Pero no siempre fue así.
TÉRMINO CODICIADO
En los años 80, los conservadores
atacaron al candidato demócrata a la presidencia Michael Dukakis por ser muy de
izquierdas y lo etiquetaron con la palabra "liberal".
"Se veía como una palabra
negativa", dice Zelizer.
Eventualmente, los demócratas
trataron de distanciarse del término. Cuando Bill Clinton se postuló a la
presidencia en 1990, trató de evitar la palabra "liberal".
El presidente Clinton buscaba
promover medidas económicas liberales sin llamarlas de esta forma.
Durante su campaña, citaba
investigaciones económicas del Instituto de Política Progresista para así
promover una "economía liberal sin llamarla liberal", dice Greenberg.
En años recientes, los demócratas
han comenzado a ver la noción de política progresista con otros ojos.
La izquierda ha experimentado un
resurgimiento con el presidente Barack Obama, dice Michael Kazin, profesor de
historia en la Universidad Georgetown (EE.UU.).
Según Kazin, el "partido
Demócrata se ha convertido en un partido progresista".
El hecho de que los candidatos
demócratas estén peleando por mostrar que tan progresistas son, expresa la
forma en la que las cosas han cambiado.
Como dice Zelizer: "Muestra
que hay más espacio para la izquierda en la política estadounidense del que ha
habido por mucho tiempo".
Fuente: BBC