
No duda en asegurar que "el gran invento en toda la historia de la humanidad fue el libro... por el cual ingresamos al sendero que nos va a a sacar de la ignorancia y de la torpeza".
Algunas personas, algunos intelectuales, empezamos a
trabajar a fines de los ’80 partiendo de la idea de que una sociedad no se
puede salvar a sí misma si no lee. Que una persona no lea, Juan o Pedro o
María, es una estupidez, una decisión personal que la va a pagar con su propia
ignorancia. Pero cuando es una sociedad la que no lee, a esta estupidez la paga
con su historia, la paga con su desmemoria, la paga con su confusión y con el
voto cautivo y las consecuencias, que son sus malos gobernantes y pésimas
dirigencias.
Para
contribuir a esclarecer esto, como una acción política (la nuestra es una acción
política, no partidaria pero profundamente política), creo que los
intelectuales podemos y debemos ser gente de acción, es decir: de pensamiento
de acción. Desde ahí, yo he convocado muchísima gente y me doy cuenta de que la
convocatoria es extraordinaria en la respuesta, que hay gente que se engancha
con esto. Tenemos una fundación donde trabajamos en el desarrollo de campañas
de lectura, lo hacemos a través de un programa de abuelas cuentacuentos, a
través de comedores infantiles a los que llevamos lectura. Contribuimos con el
Plan Nacional de Lectura, que me parece una de las mejores gestiones del
Ministerio de Educación de la Nación. Fomentamos y ayudamos todo tipo de
programas de promoción de la lectura de los estados provinciales, municipales,
de entidades privadas, asociaciones, gremios…
Todo lo que propenda a la lectura, nos parece que es central porque es
la manera de alcanzar una sociedad que pueda rescatarse a sí misma de la
ignorancia y el embrutecimiento a los que ha sido condenada.
¿Creés que la crisis de la lectura tiene que ver
con una crisis del sistema educativo o la lectura está más allá del sistema?
No, por
supuesto que tiene que ver con la crisis del sistema educativo. Y la crisis del
sistema educativo tiene que ver con la dictadura, y con la perversidad de la
generación de dirigentes políticos y sindicales que fueron hijos de la
dictadura y que perfeccionaron aquellas semillas malditas sembradas por los
dictadores, las germinaron en democracia. La expresión máxima de esta crisis
fue la Ley de Educación del menemismo, un atentado contra el saber, contra la
lectura, contra la verdadera democratización de la educación. Ese cambio del
verdadero paradigma sarmientino diría yo, extravió entre otras cosas, la
lectura en la Argentina.
Hay que recuperar
la educación, yo soy muy optimista. Creo que hoy estamos en el camino para que
la Argentina pueda llegar a tener alguna vez una política de estado de lectura,
y que pueda ser consistente en el Plan Nacional de Lectura, en las campañas
nacionales de lectura. Esto llevará tiempo, muchas personas estamos trabajando
y es una tarea que se está haciendo.
La sociedad en general, y particularmente los
jóvenes están enganchados con todo el tema de Internet. ¿El hecho de que la
mayor cantidad de información en la red sea escrita, que haya que leer, es un
beneficio?
Sin dudas. El más grande invento del ser humano en toda la historia de la
humanidad, sin lugar a dudas fue el libro. El libro es el que atesora el
conocimiento, el saber, a partir del cual ingresamos al sendero que nos va a
sacar de la ignorancia y de la torpeza. El segundo gran invento de la humanidad
es Internet. Yo creo que Internet democratiza, facilita el acceso, y no se
puede acceder a Internet desde la ignorancia. No puede entrar alguien que no
lee y escribe. Internet es una forma de acceder a una gran enciclopedia
universal en un formato absolutamente novedoso, original, y ahí está todo el
conocimiento. Tocá el buscador que quieras, buscá el vocablo que tengas ganas,
de la materia que te parezca y vas a encontrar una enorme información
accesible, muchas veces amena; podrá ser macaneadora en algunos casos, estar
distorsionada por ruiditos, musiquitas y monitos que se mueven, esto siempre
pasa, pero el conocimiento está al alcance de gran parte de la humanidad. Por
supuesto no toda la humanidad puede acceder a Internet, hay que señalarlo. La
mitad de la humanidad tiene hambre, tiene sus necesidades básicas
insatisfechas, no puede cubrir las dos mil seiscientas calorías mínimas que
necesita una persona y una mente para funcionar. Al problema de la ignorancia
no lo va a solucionar Internet automáticamente, pero es una posibilidad, es
como tener una biblioteca accesible a muchísima gente que antes no iba a la
biblioteca. Por eso, ya es bueno.
¿El avance de los soportes
digitales no hacen perder de algún modo la dimensión que podía tener una
biblioteca en una casa por ejemplo?
Creo que no hace perder esa dimensión porque yo veo a Internet como un
complemento del conocimiento, no lo veo como la exclusiva fuente, la fuente
seguirá siendo el libro. Mirá, los que
auguran la muerte del libro… pobrecitos. El
libro es eterno, es el mejor invento del hombre y de la mujer y nunca va
a morir, siempre va a estar en la biblioteca, siempre va a hacer falta. Podrá
haber estos nuevos soportes, que serán accesorios, que serán ayudantes, pero
siempre las bases estarán en las grandes bibliotecas. De hecho Argentina es un
país que, en sus crisis, una de las mejores cosas que ha tenido para resistir
es un sistema de bibliotecas excepcional, la CONABIP, la Comisión Nacional de
Bibliotecas Populares, tiene dos mil cien bibliotecas repartidas en todo el
país, que han sido un sostén de la Argentina. En medio del menemismo, cuando
nos rifaban la patria y nos dejaban en pampa y la vía, las bibliotecas se
sostuvieron. Las miles de bibliotecas públicas que hay de los sistemas
nacionales, provinciales y municipales; las miles de bibliotecas escolares que
hay, y las que se siguen creando. El libro está ahí, ese es el gran soporte.
Luego Internet es un ayudante excepcional, porque puede permitir cierta
democratización. Mucha gente que no tiene la tradición del libro, va a
encontrar el mismo conocimiento, que finalmente no es de Internet, es de los
libros porque Internet se nutre de los libros.
¿Y los libros…? Frente al
posicionamiento de productos prefabricados por la gran industria editorial,
¿cuál es el espacio cultural dentro de todos los libros que se editan?
El libro es un tesoro… podrá haber crisis editorial, podrá haber problemas
de marketing, a mí eso me preocupa bastante menos. Creo que la industria
cultural es una industria como cualquier otra, que se está desarrollando, hay
muy buena gestión cultural. Creo que la industria cultural tiene que ver con
gestiones alrededor de las bellas artes, con una comercialización, una
utilización comercial de la cultura. No hago un juicio de valor sobre eso,
espero y miro, si funciona y sirve para que la sociedad sea menos ignorante lo
voy a aprobar, y me parece que es estupenda. Pero el libro es otra cosa, el
buen conocimiento de un libro no depende de los avatares de la industria
editorial, ni de los libreros, ni de los distribuidores. Una buena obra llegará
a quien sepa llegar a la buena obra. Yo creo que los buenos lectores sabemos
llegar las buenas obras aunque no estén
en las librerías.
Normando Gil – (Para revista eh! Agenda Urbana)