Noam Chomsky, se muestra escéptico ante las “interacciones” en redes
sociales con fines de conocimiento como una plataforma válida de conocimiento, a juzgar solamete por el tipo de interacciones que se dan en comentarios y redes sociales.
El filósofo y lingüísta Noam Chomsky no alberga demasiadas
esperanzas acerca de la capacidad de las redes sociales y el Internet para
transmitir conocimiento, enriquecer el diálogo democrático o incluso de ser un
sustituto deseable para las interacciones sociales tradicionales. En esta
entrevista, Chomsky trabaja con la pregunta “¿El potencial generativo del
Internet ayuda a formar nuevos tipos de asociaciones sociales o culturales?”,
frente a lo que se mostró más que escéptico:
Para Chomsky, los “adolescentes que piensan que tienen 500
amigos porque tienen 500 amigos en Facebook” están interactuando más que
haciendo amistad, pues estas interacciones son “diferentes a tener un amigo
real, alguien con quien puedas hablar.”
Aunque el filósofo crea que algunas de estas relaciones no
son “del todo malas”, lo que más parece preocuparle es la incapacidad de los
comentadores en Internet para pensar mejor sus intervenciones antes de
publicarlas. “Algunas veces recibo una consulta de alguien que vio algo que
dije en YouTube. Y me preguntan ‘¿por qué dijiste esto?’. Pero claro, si una
charla está en YouTube, no existen pies de página. Pero si se preocuparan en
buscar algo impreso, podrían ver por qué dije eso.”
En el video, Chomsky denigra un poco más a aquellos cuyas
únicas fuentes de conocimiento vienen de Internet. Después de todo, se trata de
un pensador formado en los rigores de la academia y la lectura cuidadosa del
trabajo de otros.
Sin embargo, podemos plantearnos también si la labor del
filósofo no es precisamente la de responder por estos cambios en el mundo más
que cuestionar su validez; es decir: Chomsky cuestiona cambios en la forma de
relacionarse y de recibir correspondencia (se queja especialmente de los
emails), pero el mundo cambió tan rápido que muchos nunca han tenido que
recibir correspondencia física. Tal vez podamos plantearnos estos cambios a
partir de la actitud de Chomsky, un pensador de altos vuelos pero para quien el
presente es una construcción democrática establecida por consenso más que la
fuerza irracional con que la realidad irrumpe en medio de nuestras teorías.