"Ficciones en democracia" compila las
conversaciones de la periodista Silvia Hopenhayn con autores argentinos que
reflexionan sobre las obras literarias que mejor representaron lo ocurrido en
los últimos 30 años de democracia en Argentina.
"El libro -escribe Hopenhayn- se propone recaudar los
distintos textos que han surgido como mojones de vida en la literatura de los
últimos treinta años. Esto no significa que los elegidos versen sobre el
período ulterior a la dictadura, ni busquen extirpar el dolor de lo ocurrido
(...) es una reunión de apuestas estilísticas singulares que conforman una
trama, un tejido de ficción, que puede ser leído en su condición de
contemporaneidad".
La edición de Planeta reúne las charlas que escritores como
Luis Chitarroni, Claudia Piñeiro, Guillermo Martínez y Gabriela Cabezón Cámara
ofrecieron en el Feria del Libro de Buenos Aires a lo largo de diez años sobre
la narrativa en tiempos democráticos, para las que cada uno eligió tres obras
clave a la hora de descifrar y cotejar ficciones de lo que estaba pasando.
Carlos Gamerro, Martín Kohan, Damián Tabarovsky, Rodolfo
Rabanal, Luisa Valenzuela, Pablo De Santis, Fernanda García Lao, Juan José
Becerra, Ana María Shua, Luis Gusmán, Leonardo Oyola y Leopoldo Brizuela son
los otros escritores responsables de recuperar las páginas de esa literatura
escrita en el país entre 1983 y 2013.
Kohan, por ejemplo, rescató "Los pichiciegos" de
Rodolfo Fogwill, "Las islas" de Gamerro y "Diario de una
princesa montonera", de María Eva Pérez: "Me interesa la relación con
la historia y con el pasado más o menos cercano, cómo la literatura puede tocar
esa sintonía", destacó el escritor que con su elección cubrió las décadas
de 1980, 1990 y 2010 respectivamente.
De Santis prefirió libros "en contra de la novela
testimonial" como "En esta dulce tierra" de Andrés Rivera
-"lacónico y de tono alucinatorio" en sus palabras-; "La ciudad
ausente" de Ricardo Piglia, por "sus poderosas imágenes
anticipatorias"; y "Glosa", de Juan José Saer, como alegoría del
recuerdo de un país perdido.
El texto de Saer consiguió más de un adepto, Becerra también
lo eligió para esas charlas ofrecidas en la Feria del Libro por entender que
"la realidad es una experiencia glosada", en este caso, narrada por
un "artista de la literatura argentina".
En las elecciones de Becerra volvió a aparecer Fogwill pero
con "La experiencia sensible", cuento que desenmascara una faceta
pocas veces expuesta, la del bienestar económico de algunos sectores sociales
durante la dictadura.
Chitarroni apostó por lo estilístico y eligió "En el
corazón de junio" de Gusmán; "El mal menor" de Charlie Feiling y
"La vida nueva" de César Aira; mientras que Piñeiro se quedó con
"El buen dolor" de Guillermo Saccomanno; "Las garras del niño
inútil", de Luis Mey; y los cuentos del "Infierno grande" de
Martínez, a los que definió como "una metáfora perfecta del momento".
Otras de las coincidencias la protagonizaron Valenzuela y
Brizuela con la elección de "La última conquista de El Ángel", texto
de Elvira Orphée que explora los límites de la crueldad de quienes imparten
tormentos físicos al mismo tiempo que sostienen vidas ordinarias, el cual, para
Brizuela, "captó ¿tempranamente? un núcleo secreto de la sociedad
argentina".
"El affair Skeffington", de María Moreno, fue
parte de la selección de Cabezón Cámara "por tratar sobre maneras de vivir
el deseo y ser libremente"; en tanto Oyola recomendó la iniciática
"Un muchacho peronista", una ucronía -novela histórica alternativa-
de Marcelo Figueras sobre la política argentina.
"La casa de los conejos" de Laura Alcoba;
"Una novela china", de Aira; "Pájaros en la boca", de Samanta
Schweblin; "Evita vive", de Néstor Perlongher o "Ciencias
morales", de Kohan, se suman a este extracto de historias sobre identidad,
goce, realidad y delirio, un desafío intelectual propuesto por Hopenhayn que
interpela el pasado, la política y el trabajo argentinos desde su literatura.
(Fuente : Telam)