Atravesadas por una inquietud sobre la naturaleza del poder,
el miedo y el amor, las novelas "Los Sorias" y "El jardín de las
máquinas parlantes", las dos obras maestras de Alberto Laiseca, vuelven a
las librerías en nuevas ediciones que dan cuenta del universo mágico del
fundador del "realismo delirante".
"Los Sorias", la novela más larga de la literatura
argentina terminada en 1982, publicada por primera vez en 1998 y reeditada
ahora por Simurg, configura un ambicioso universo fuera de serie producto de
una imaginación construida a partir de las muchas disciplinas que el Laiseca
estudió en profundidad: ciencia, magia, astrología, esoterismo y belicismo.
"El jardín de las máquinas parlantes", publicada
en 1993 por Planeta y ahora reeditada por Gárgola, constituye otra pieza fuerte
de la literatura argentina: un universo plagado de máquinas invisibles que
conviven con los humanos donde la conspiración conecta todos los elementos de
la novela.
¿Qué te parece que reediten estas obras?
Que te den bola es siempre algo bueno, pero no es garantía
de nada. A estas reediciones las veo como una oportunidad más. "Los
Sorias" estuvo 16 años sin publicarse. En esa época no me conocía
prácticamente nadie hasta que (Rodolfo) Fogwill, (Ricardo) Piglia y (César)
Aira leyeron el manuscrito y lo hicieron circular.
Piglia señaló a "Los Sorias" como la novela argentina más
importante después de "Los siete locos", de Roberto Arlt...
Es una obra muy particular, un mundo propio, una
civilización aparte. Fue un trabajo muy difícil porque, en realidad, fue la
obra de mi vida. La empecé a escribir en mi cabeza antes de saber que iba a ser
escritor, a los nueve años.
Hubo varios pre-Sorias que no me gustaron y los tiré al
carajo, no los tomé como antecedentes, empecé de cero. La última escritura me
llevó 10 años. Fue muy difícil llegar a publicarla, es un obra muy gorda, daba
miedo editarla, los editores dudaban.
¿Pensás que se trata de un nuevo reconocimiento?
Quizás. Sin embargo, no me han traducido a ningún idioma. Lo
menos que podrían hacer es publicar mis libros al inglés. Igual, hay algo mucho
peor que no ser traducido y es que no les gustes a los jóvenes. Si no le gustas
a los jóvenes, estás perdido.
¿Por qué estas obras no encuentran traducción?
Puede ser por la mezcla de elementos o el trabajo con el
lenguaje, porque yo invento un lenguaje para escribir y eso puede asustar a un
traductor, pero más allá de esas dificultades, siempre hice lo imposible para
que se entienda. Sabiendo que tenía que hablar de cosas muy complejas, traté de
hacerlo de la forma más sencilla.
Pero hay otro tipo de dificultades: parece que tenés que
dedicarte mucho tiempo a buscar relaciones para que te conozcan, hablen de vos,
ser conocido. Pero si me hubiera dedicado a eso, no hubiese escrito mi obra.
En tu obra siempre aparece el tema del poder…
Junto con el amor, el poder es una de las cosas más
importantes del mundo, la pregunta es qué vas a hacer con él, cómo te vas
mover. Mientras estás trabajando para conseguirlo tenés que saber para qué
mierda lo querés.
¿Y el complot, tiene alguna relación con Arlt?
Un grande en la literatura argentina. Es verdad que hay
conspiración en su obra y en la mía, mi obra es totalmente delirante pero creo
que él era un poco más loco. Eso de financiar la revolución social con
prostíbulos, solamente a él se le puede ocurrir, es maravilloso. El Rufián
Melancólico, ese personaje es tremendo.
El humor es una parte importante de tu obra...
Lo he dicho muchas veces: Qué sería de nosotros sin el humor
en este tiempo terrible. Seguro que el humor es necesario, es una defensa, no
podés estar todo el día solemne como en misa.
¿Cómo viene tu novela sobre la guerra de Vietnam?
La tengo escrita en su mayor parte y sé cómo termina. Creo
que es muy buena, estoy contento. Es realista sin duda y también delirante,
pero porque Vietnam fue un delirio, no sólo delirio de Laiseca, todas esas
cosas increíbles que cuento en la novela pasaron. Vietnam no se compara con
ninguna otra guerra.
Tu experiencia televisiva con los Cuentos de Terror y como consejero
sentimental de Cupido ¿Sirvió para difundir tu obra?
Me consiguió muchos lectores aunque parezca que una cosa no
tiene nada que ver con la otra. La experiencia fue muy interesante, aunque
después hubo una mano negra, violeta o roja que me serruchó el piso pero me
gustó mucho hacerlo.
Y lo de Cupido me lo tomé muy en serio porque si alguien te
pregunta por una cosa del corazón es que está preocupado y no te le podés cagar
de risa.
¿Qué autores te interesan?
Siempre lo he mencionado a Stephen King, es impresionante,
no sé de dónde saca tiempo para dedicarle a su esposa, hablar con los editores,
escribir novelas. Es un genio, tiene páginas admirables. Es mirado por arriba
del hombro por muchos escritores profesionales y yo me pregunto ¿Qué leyeron o
qué entendieron? Absolutamente nada.
¿Y escritores argentinos?
¿Aparte de Laiseca? Mis alumnos. "Una chica de
provincia" de Selva Almada es una maravilla, Leo Oyola es un buen escritor
y también Sebastián Pandolfelli, tengo que estar con una pelela cuando lo leo a
Seba, porque me meo de la risa.
¿Qué le decís a los jóvenes que empiezan a escribir?
Que hay que tener una fe absoluta en la victoria final porque
si no no vas a ir a ningún lado. Hay que trabajar y trabajar, y también vivir
más. Si no vivís más, no vas a escribir mejor.
(Fuente de la entrevista: Telam)