Con un balance muy positivo en el que coincidieron
escritores y autoridades concluyó la presencia argentina en el Salón del Libro
de París, donde se ponderó el encuentro con el público lector, hubo ventas
considerables y se suscitó un gran interés por la cultura de nuestro país.
Durante cuatro días se desarrolló en el predio del Porte de
Versailles una de las ferias del libro más importantes de Europa, en la que
Argentina participó activamente como país invitado de honor.
Por el pabellón nacional, un espacio de 500 metros
cuadrados, desfilaron miles de personas que fueron a escuchar alrededor de 60
charlas, que rotaron diariamente entre los 44 escritores nacionales invitados
por la Secretaría de Cultura de la Nación, el Centro Nacional del Libro y el
Instituto Francés.
Las postales más sobresalientes de estos fríos días en la
capital francesa fueron cientos de personas comprando libros de autores
argentinos, escuchando las charlas, sacándose fotos con la escultura de Mafalda
o mirando el mural de Rep sobre la vida de Julio Cortázar, el homenajeado
central.
"Hubo un verdadero encuentro cultural y la jerarquía la
marcó la inauguración con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner",
dijo Rodolfo Hamawi, director nacional de Industrias Culturales, a cargo de de
la programación.
En términos cuantitativos, en el pabellón argentino
"hubo entre seis mil y siete mil espectadores directos y fue un stand muy
visitado", agregó.
La librería FNAC, una de las cadenas más importantes de
Francia, tuvo a cargo como requisito del Salón la venta de libros. Ellos, como
empresa privada, le compraron a sellos argentinos 600 títulos en idioma
original y la misma cifra corrió para los traducidos al francés.
De acuerdo a Mariano Ramos, encargado de la librería, se
facturaron "100 mil euros", los libros de Cortázar y de Borges
"se agotaron"; Quino vendió mucho, en tanto que Elsa Osorio, Selva
Almada, Pablo de Santis, Laura Alcoba - presentes en la feria- y Ricardo Piglia
"vendieron muy bien".
"Argentina no venía a este Salón, tenemos que hablar
con los editores para trabajar juntos y dar una presencia más regular. Estos
cuatro días fueron un paso enorme para el país, nos ha ido muy bien y para
nosotros el Salón no termina acá", agregó Hamawi.
Los editores franceses también coincidieron en el balance
positivo. Una de ellas fue Anne-Marie Métailié, de Éditions Métalié, a cargo de
una de las editoriales que más autores argentinos publica en Francia, entre
ellos Almada, Osorio, De Santis y Mempo Giardinelli, invitados al Salón.
"La venta fue increíble, al final del primer día se
agotaron los libros en el pabellón argentino. Y el sábado, en el grupo
editorial con el que nos unimos en el Salón, que reúne quince editoriales, el
libro de Selva fue el tercero más vendido", indicó la francesa.
"Los libros de Guillermo Saccomanno y Leandro Avalos
Blacha han vendido muy bien, tanto en nuestro stand como en el pabellón
argentino", contó a Télam la editora gala Claire Duvivier, de sello
francés Asphalte que, además, publica a Leonardo Oyola, Félix Bruzzone y
Roberto Arlt.
Por su parte Magdalena Faillace, directora de Asuntos
Culturales de la Embajada Argentina, sostuvo que "fue muy importante la
presencia, no hubo un pabellón tan lleno de gente como el argentino. Es dejar
un efecto multiplicador seguro. Estos esfuerzos del Estado son muy positivos
porque abren caminos al conocimiento de nuestro imaginario".
"Fue una sorpresa cómo los franceses generaron
reuniones del Programa Sur de traducciones. De las charlas con editores van a
surgir nuevos pedidos", dijo Faillace y remarcó que "estoy segura que
los pedidos de traducciones de Francia pasarán a primer lugar".
Los escritores invitados también celebraron el encuentro.
Miguel Vitagliano, por ejemplo, aseguró que fue "más que positivo. Me voy
con propuestas de traducción", mientras que Jorge Consiglio, que también
vuelve con la posibilidad de ser traducido, dijo a Télam: "esto abre un
grado de exposición genial, pero faltaron foros con los escritores
franceses".
María Pía López, directora del Museo del Libro y de la
Lengua, agregó: "Me pareció que funcionó muy bien la idea de que hay una
literatura argentina muy potente, y con mucho interés en el público francés.
Todas las actividades estaban llenísimas. El Salón logra instalar nuevos
autores y despierta interés en la cultura argentina en general".
"Fue una explosión esta feria y una multitud en el
espacio argentino. Hubo un interés notable. Están viendo otra Argentina, en
contraste con lo que significó la dictadura militar", consideró por su
parte Tununa Mercado.
La poeta Diana Bellessi, que fue ovacionada por el público
en una de sus charlas, sostuvo que "a pesar del abismo linguístico
encontré una cercanía con los escritores franceses y con los lectores. Una
cercanía cultural muy grande".
Finalmente, la escritora Liliana Bodoc concluyó su estadía
en París y destacó: "El saldo es a favor de la literatura argentina, no
sólo de los escritores presentes, sino de todos".