El diario español El País publicó una nota con apreciaciones muy fuertes sobre Ricardo Piglia de parte del director del Salón del Libro de Paris, Bertrand Morisset, por la decisión de no asistir al evento. El escritor argentino hizo publica una carta al respecto.
"Me han sorprendido las violentas declaraciones del monsieur
Morisset en el diario El País de hoy, referidas a mi decisión de no participar
en el Salon du Livre.
No conozco a monsieur Morisset y desde luego él tampoco me
conoce a mí, de lo contrario no me aconsejaría -con suficiencia paternalista-
que puedo ir a Paris a criticar a “los
Kirchner”. Me imagino que su arduo trabajo como funcionario del Salón le
impide saber de qué habla cuando se refiere a los escritores invitados.
De entrada, acordé con mi editor francés que ellos se harían
cargo de los gastos de mi traslado y hospedaje y le comuniqué esto en setiembre
2013 a los amigos encargados de organizar la delegación argentina. A los
funcionarios franceses jamás les pedí nada ni siquiera hablé con ellos sobre el
Salón, y debe ser por eso –y por mi
pretensión de viajar por mi cuenta- que el funcionario me acusa de deshonesto.
En cuanto a mis exigencias de artista de rock, -no sé cómo
serán los rockeros en Francia- lo único que pedí a los que estaban a cargo del
programa del Salón en Buenos Aires fue que se hiciera también un homenaje a
Juan José Saer y no sólo a Julio
Cortázar, aparte de plantear que no deseaba participar en mesas redondas,
(tampoco en la Argentina participo ya en mesas redondas}.
Me parece que monsieur Morisset se ha tomado en serio la
idea de que la literatura argentina se divide en K y anti K, y no sabe que la
mayoría de nosotros –viajen o no a Paris- pensamos a nuestra literatura actual de otra manera y
con otros criterios. No se me ocurriría
preguntarle a Le Clezio por quién vota en las elecciones para juzgar luego sus
posiciones o su obra. No me parece que las posiciones políticas hayan sido el
criterio por el que se designó al grupo de escritores argentinos invitados y en
mi caso decidí no viajar cuando los funcionarios franceses dijeron que no iban
a permitir que yo realizara un Salon B (!)
por el sólo hecho de que había
decidido viajar por mi cuenta. Como no entiendo esa lógica, a mediados de febrero, suspendí el viaje y comuniqué la
decisión a mi editor y a los encargados argentinos del Salón.
Se trata de una posición personal de política literaria, que
es, a mi modo de ver, la única consideración pertinente en casos como éste."