Anoche tuvo lugar un eclipse total de Luna que inauguró el
período conocido popularmente como 'cuatro lunas de sangre'. Se trata de una
sucesión de eclipses, que en este caso tienen lugar entre 2014 y 2015, en los
que el satélite de la Tierra adquiere un característico color rojo.
Científicamente, este suceso de cuatro eclipses totales
seguidos se denomina tétrada y es "muy poco habitual", según han
explicado los expertos, aunque apuntan que se producirá siete veces más en el
siglo actual.
En cuanto al extraño color que adquiere la superficie de la
Luna vista desde la Tierra, tiene explicación física: la atmósfera del planeta,
que se extiende unos 80 kilómetros más allá del diámetro terrestre, actúa como
una lente, desviando la luz del sol, al tiempo que filtra eficazmente sus
componentes azules, dejando pasar solo luz roja que finalmente será reflejada
por la Luna, dándole un resplandor cobrizo.
Sin embargo, hay quien mantiene la creencia de que estos
episodios están relacionados con pasajes apocalípticos. Concretamente, era el
color rojizo el que creaba pavor entre los antiguos habitantes de la Tierra,
para quienes tenía un significado de fatalidad.
También se relaciona con pasajes de la Biblia como: "El
sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que venga el día
grande y espantoso del Señor" (Joel, 2:31).
El astrónomo del IAC Miquel Serra-Ricart, ha explicado que es
"un eclipse especial por varios motivos", entre ellos que "forma
parte de una tétrada de eclipses totales que ocurrirán en un intervalo
aproximado de seis meses entre ellos y acabará con el eclipse total de Luna del
28 de septiembre de 2015, el único visible en su totalidad desde Europa".
La agenda astronómica determina que, tras el eclipse de este
15 de abril, la serie continuará el 8 de octubre del 2014, el 4 de abril del
2015 y el 28 de octubre del 2015. Todos ellos son totales.
Esto ocurre cuando la Luna pasa por la sombra de la Tierra y
ésta la tapa completamente. Esto no sucede todos los meses, porque la órbita de
la Luna está inclinada con respecto a la de la Tierra. Este tipo de sucesos, a
diferencia de los solares, son visibles desde cualquier lugar del mundo, una
vez que la Luna está sobre el horizonte en el momento del eclipse, según ha
informado el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), que precisa que,
dependiendo de la parte del mundo en el que uno se encuentre se puede observar
el eclipse en diferentes fases.