Tras la muerte del escritor colombiano, su obra cumbre,
"Cien años de soledad", se agotó durante los primeros días de la
Feria del Libro y se anunció para estos días la llegada de la Biblioteca
completa del Premio Nobel, que venía gestándose hace dos años.
Hasta hace algunas horas, encontrar “Cien años de soledad” en la feria parecía una tarea imposible. “Se agotó el primer fin de semana”, contaron a Télam los vendedores del stand de Penguin Random House; mientras que en segundo lugar la gente pedía “El Coronel no tiene quien le escriba”.
Luego de la muerte del escritor, el pasado 17 de abril, sus
libros se vendieron “como pan caliente”, según Fernando, un vendedor del stand
de Mandrake libros, donde aún quedan algunos ejemplares.
Esta tendencia se vio reflejada no sólo en la feria, sino
alrededor del planeta. De hecho, el sitio Amazon y en Barnes & Noble en
Estados Unidos, la obra cumbre del realismo mágico quedó en los primeros
puestos de venta.
“En la feria llevamos vendidos mil libros entre los títulos
que tenemos y, entre los primeros quince más vendidos, siete son de García
Márquez”, dijo Florencia Ure, jefa de prensa de Penguin Random House, quien
anunció que se están reimprimiendo un total cien mil ejemplares de “Cien años
de soledad”; “El amor en los tiempos del cólera”; “El coronel no tiene quien le
escriba” y “Crónica de una muerte anunciada”.
Este sello montó su stand a la feria en torno a la figura
del escritor con una gran imagen de Gabo con la primera edición de “Cien años
de soledad” (Sudamericana) en su cabeza y se espera para esta primera semana de
mayo el gran lanzamiento de la Biblioteca Gabriel García Márquez con tapas
diseñadas exclusivamente por el artista gráfico mexicano Alejandro Magallanes.
Esta colección viene gestándose “hace dos años”, explicó
Ure, que además de los títulos que reimprimen se sumará “Relato de un
náufrago”; “Todos los cuentos” y “Vivir para contarla”. “La suma de los siete
será de 150 mil ejemplares”, agregó.
Si bien su muerte renovó el interés por la obra, desde la
editorial sostuvieron que “siempre se vendió muy bien y constantemente”, además
esta Biblioteca ya salió en España hace dos meses y “se reimprimió varias
veces”.
Esta tendencia no hace más que reafirmar que el público -de
todas las edades- tal como contaron los diferentes vendedores feriales se lanza
masivamente a descubrir la obra de Gabo, o simplemente a comprar diferentes
ediciones de sus libros.
“Los tengo casi todos, pero me falta `Las aventuras de
Miguel Littín, clandestino en Chile`”, contó a Télam una lectora colombiana de
paseo por la Feria, quien sacaba fotos con su celular del mesón donde están
ubicados los libros de Gabo casi como souvenir porteño; mientras que Romina,
otra fanática, dijo sonriente: “los leí todos, me encanta, pero con tantas
mudanzas se me perdieron algunos. Me acabo de comprar su biografía”.
Es que además del stand de su editorial de toda la vida, las
obras del Premio Nobel se venden en algunas librerías como Cúspide y Distal,
que tienen puestos en la feria. En ambas, sus obras fueron de las más
requeridas, mientras que en Basílico Libros, la biografía “Gabriel García
Márquez. El viaje a la semilla”, escrita por Dasso Saldívar, se llevó todos los
laureles.
Otro que también quedó con poco stock es el stand Kel de
libros en inglés donde sólo quedan las ediciones traducidas en este idioma de
“La hojarasca”; “Doce cuentos peregrinos”; “La mala hora”; “El General en su
laberinto”, “El otoño del patriarca”; en tanto “Cien años de soledad” y “El
coronel no tiene quien le escriba” también “se agotaron los primeros días”,
comentó Paula, la vendedora.
Si bien no están previstos homenajes a su figura en la
feria, la mística de “Gabo”, sus inolvidables obras, y el cariño del público
argentino se reflejaron en el insistente interés a la hora de elegir lecturas.
La historia de García Márquez con el país es la evidencia de
este amor constante de sus lectores. Su gran clásico se editó por primera vez
en Buenos Aires en 1967. En una nota, Tomás Eloy Martínez recordó que mientras
escribía las últimas páginas entre febrero y marzo de ese año, Gabo vivió
acosado por las deudas y que tuvo que vender una procesadora para poder pagar
el envío postal de las 500 páginas del libro desde México a Buenos Aires.
En ese mismo artículo, Martínez contó que Francisco Porrúa,
el editor en Argentina, lo llamó exaltado apenas leyó el manuscrito: “´´Tienes
que venir ahora a mismo a mi casa y leer un libro extraordinario. Es tan
delirante que no sé si el autor es un genio o está completamente loco´”.