En una conferencia en la Biblioteca Nacional, la flamante
agrupación invitó a darle forma a una ley federal de cultura, que surja de “una
elaboración participativa y plural” y de “encuentros en diversidad de espacios
públicos; sociales, culturales y artísticos”.
Por María Daniela Yaccar
En su lanzamiento oficial, el Frente de Artistas y Trabajadores de la Cultura no sólo dio a conocer de qué se trata esta nueva agrupación, sino que se propuso un primer gran –y tentador– objetivo: invitó a cocinar una ley federal de cultura, que surja de “una elaboración participativa y plural” y de “encuentros en diversidad de espacios públicos; sociales, culturales y artísticos”. En una conferencia en la Biblioteca Nacional, los integrantes de la mesa de organización del Frente convocaron a una reunión a quienes quieran ir pensando los 21 puntos para esta norma, que será mañana de 14 a 16 en el Centro Cultural de la Cooperación (avenida Corrientes 1543). “El Frente es un espacio plural constituido, inicialmente, como mesa de organización para convocar a quienes trabajan en el campo artístico y cultural”, apuntó Rubén de León.
El poeta, pintor, director de teatro y músico fue el
encargado de leer el documento fundador del Frente, que fue definido como “un
espacio político que convoque y contenga a todos aquellos que trabajamos en las
distintas áreas del mundo cultural y artístico”. También será un “articulador
de lazos entre la sociedad civil y sus expresiones artísticas”, con espíritu
federal y atento a la producción autogestiva. La presentación estuvo a cargo de
algunos de los miembros de la mesa de organización: Horacio González, Juan
Manuel Correa, Diego Galíndez, Luis Sanjurjo, Carlos de Francisco, Francisco
“Tete” Romero y Juano Villafañe. El acto se realizó en una colmada sala Juan L.
Ortiz –habría unas ochenta personas sentadas y más de cincuenta de pie–, con
presencias destacadas: Vicente Battista, el diputado nacional Juan Carlos
Junio, Patricio Contreras, Diego Boris, Vicente Muleiro, Norberto Galasso,
entre otros. El clima era muy entusiasta.
En líneas generales, los oradores celebraron la flamante
creación del Ministerio de Cultura (y el nombramiento de Teresa Parodi al
frente del organismo), criticaron la gestión cultural del macrismo e indicaron
que es el momento propicio para que empiece a funcionar una agrupación de estas
características, porque “la batalla cultural es central”. Así lo expresó Martín
Sabbatella, titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación
Audiovisual (Afsca), por medio de una adhesión. “Vivimos un gran cambio de
época en nuestro país y en América latina, contamos con una agenda cultural muy
dinámica”, coincidió Villafañe, poeta y director artístico del CCC. Se
remarcaron las batallas ganadas en esta década –como la Ley Nacional de la
Música, en proceso de reglamentación– y se mencionó lo que falta: la Ley
Nacional de Danza, una Ley Nacional del Libro y la Ley del Artesano, por
ejemplo.
Y, claro, una Ley Nacional de Cultura: una verdadera deuda
de la democracia. El Frente se propone como un espacio crítico, que se
adelantará a lo que vendrá. Romero –escritor, docente, presidente del Instituto
de Cultura de Chaco y del Consejo Federal de Cultura– dio los datos para
sumarse a la discusión por una ley que regule y promueva la cultura en el país.
Además de que se prevén encuentros “en distintos ámbitos, de modo itinerante,
para ir plasmando un borrador”, está a punto de inaugurarse un foro virtual. Ya
existe una dirección de mail para enviar sugerencias: elfrentecul
tural2013@gmail.com. Otro anuncio que dio Romero es que el 12 de agosto se
presentará el primer borrador con 21 puntos para una Ley Nacional de Cultura. Ya
hay horario y todo: a las 19, en el CCC. “Es tiempo de ir por más derechos”,
sostuvo. “Hay que emanciparse de los imposibles”, dijo el escritor,
parafraseando a Macedonio Fernández. La mesa de organización supone que esta
norma para la cultura tiene que replicar el esquema de la ley de medios: debe
resultar de una construcción colectiva. Así surgieron, de hecho, la de la
música y el proyecto para la danza, que ya está en el Congreso: no fueron
iniciativas de un partido político, sino de los artistas organizados.
“Hace más de un año que estamos golpeando puertas, viendo
compañeros, vendiendo este sueño. Hemos hablado con artistas, funcionarios y
candidatos. Nuestras familias nos bancaron los nervios y los miedos”, repasó
Diego Galíndez, de la Comisión Directiva del Sindicato de la Industria
Cinematográfica (SICA), quien leyó la adhesión de Hugo Yasky. “Hubo intentos
que cayeron, pero ahora hemos llegado a más de 1800 compañeros ligados al
quehacer cultural. Pensábamos que íbamos a ser quince o 150, pero esto
revienta”, se entusiasmó. “Nosotros trabajamos en la cultura: hacemos arte,
pero con eso llevamos el pan todos los días a nuestra mesa.” Esto quedó claro
en varios de los discursos: la importancia de la cultura desde el punto de
vista simbólico, pero también su capacidad de generar riqueza. En 2011, la ex
Secretaría de Cultura de la Nación difundió que el impacto de la cultura en el
PBI fue del 3,88 por ciento. “Más que la pesca y la minería”, comparó
Villafañe.
Luego de citar a Leonardo Favio y a Jean-Luc Godard, el
director de la Biblioteca Nacional –quien llegó con demora y ofreció el
discurso más extenso, teórico y celebrado– sintetizó: “La cultura es una
verdadera fuerza moral, productiva de la Nación”. “Este encuentro tiene una
larga tradición: la Argentina siempre fue un país donde artistas y trabajadores
de la cultura tuvieron posiciones políticas. La Argentina vive de memorias,
dilemas y batallas culturales”, contextualizó, para luego advertir cuál será la
función de este Frente. “La tarea es poner a la industria cultural en un plano
que tenga ciertas pretensiones del ejercicio de la crítica sobre el
financiamiento, sobre todo público. Muchos países tienen leyes de mecenazgo,
pero como sucede con Brasil, la cultura nacional termina siendo dirigida por
multinacionales o grandes empresas nacionales”, reflexionó el sociólogo.
El discurso de González fue más allá, se tornó analítico
respecto de las industrias culturales. “Estamos viviendo con una vida cultural cruzada
por propuestas de todo tipo. Abundan, muchas veces, formas de comicidad de las
más vulgares, que desmerecen la gran tradición de la comicidad argentina. ¿Cómo
decirlo sin aparecer como un cascarrabias? ¿Cómo decir que existió Podestá
cuando lo tenemos a Miguel del Sel?”, interrogó, y la sala aplaudió con fervor.
En otro momento habló de la televisión, de los medios de comunicación –“la
quintaesencia del capitalismo”–, de los aspectos negativos de la globalización
y las tecnologías. Durante el acto se leyeron muchas adhesiones: entre ellas,
las de Unidos y Organizados, Encuentro Nacional de Actores y CTA de la Ciudad
de Buenos Aires. También, respaldan la iniciativa Juan “Tata” Cedrón, Alejandra
Darín, Raúl Serrano, Liliana Herrero, Ricardo Bartis y una larga lista de
artistas.
(Fuente: Página 12 - Imagen:
Sandra Cartasso)