El humorista gráfico, que acaba de convertirse en el primer
dibujante en la historia en recibir el prestigioso premio Príncipe de Asturias
de Comunicación y Humanidades 2014, dijo muy sorprendido que
"reconocimientos como éste a uno le hace pensar que ha hecho cosas que a
la gente le gusta y eso da satisfacción".
"Nunca tomé conciencia de este premio, es un lindo
regalito. En la Feria del Libro me decían `gracias por todo lo que nos has
dado` y pensaba `¿qué les he dado?`. No soy muy consciente de lo que he hecho
tampoco", contó con humildad ante la prensa argentina.
"Y ahora ¿quién dice qué?" soltó Joaquín Salvador
Lavado, de 82 años, para romper el hielo. "Para mí es un honor muy
grande", volvió sobre este premio que se suma a una larga lista de
reconocimientos internacionales al cumplir 60 años de carrera, en sintonía con
el 50mo. aniversario de Mafalda, la tira que selló su genialidad para siempre,
que vendió millones ya incalculables de ejemplares y que se tradujo a 30
idiomas.
"Está la contradicción de que lo he dibujado hace 40
años está de moda, porque el mundo está cambiando mucho, pero pareciera que no
ha cambiado porque siguen siendo temas vigentes. Entonces no entiendo
nada" Tranquilo, locuaz aunque aclaró "soy de poco hablar",
Quino finalmente y con modestia se autodenominó un "comunicador"
pero, agregó: "por todas las cosas que me dice la gente".
En la última Feria del Libro que inauguró ante miles de
personas, "una mujer se puso a llorar de una manera increíble. Estas cosas
que a uno lo sorprenden tanto, también lo dejan muy despistado. ¿Qué es lo que
ha hecho uno tan importante para la gente?", siguió.
"Uno se siente muy acompañado y estoy muy contento que
me lo hayan dado a mí también", dijo y reconoció a ganadores previos como
Vittorio Gassman y a Riccardo Muti, por ser "gente que hizo cosas con las
que uno está de acuerdo".
"No sé qué decir", anticipó, para no caer en el
riesgo de "decir lugares comunes que ya pierden sentido de tan comunes que
son". Pero este hombre de poca vidriera sí supo qué decir. Y durante más
de 40 minutos habló de la época en la que hizo Mafalda, su vigencia, la
tecnología y el humor en la actualidad.
Pero antes, repitió otra genialidad que ya había contado
frente al público francés en el Salón de París "Yo quería ser Picasso para
empezar, pero me di cuenta que no me daba".
"Hice Mafalda hace tantos años, se sigue reimprimiendo
y la gente sigue comprando. Lo que tenía que decir ya lo dije" y ante la
insistente pregunta de qué diría la pequeña niña hoy, Quino subrayó: "Lo
mismo que en su su momento ante acontecimientos similares".
Y sobre esos años, cuando creó Mafalda contó: "esa
época estuvo llena de acontecimientos que parecía que el mundo iba a cambiar
para mejor, estaba el Mayo del 68, la buena guerrilla en América Latina
-también había de la mala-, Juan XXIII, había esperanzas de que el mundo iba a
cambiar, y cambió para seguir como siempre".
Unos días después de que Quino y su familia se exiliaran en
1976, mataron a unos curas palotinos, recordó. "Ellos tenían en su pieza
el póster con el dibujo de Mafalda diciendo ante un vigilante `este es el
palito de abollar ideología` y los asesinos arrancaron el póster y lo tiraron
sobre los cadáveres. Me sentí tan mal".
"Porque me duele si me quedo, pero me muero si me
voy", parafraseó el maestro del humor gráfico a María Elena Walsh como una
forma de revelar esa relación con la Argentina. "¿qué tenemos? es esa
pregunta que nos hacemos muchos", dijo.
Quino es el primer dibujante en obtener este premio que se
entrega en Oviedo desde 1981 y sobre eso expresó: "Umberto Eco nos empezó
a calificar con más respeto, esto fue progresando, la historieta puede ser un
arte menor, pero como medio de comunicación es apropiado para difundir
masivamente el humor y las ideas". Y contó "Todavía hay gente que
pregunta ¿en qué trabaja? No se toma como un trabajo".
Una de las sorpresas del mundo actual es, para él, la
noticia de que "los chicos están hablando en neutro en sus casas. Eso me
despista mucho, las series dobladas me caen mal. A los chicos jóvenes por la
calle tampoco les entiendo. Entre eso y la cibernética me encuentro en un mundo
con el que tengo poco que ver en muchos aspectos", se sinceró.
Pero, por otra parte, tranquilizó: "está la
contradicción de que lo he dibujado hace 40 años está de moda, porque el mundo
está cambiando mucho, pero pareciera que no ha cambiado porque siguen siendo
temas vigentes. Entonces no entiendo nada".
Finalmente sobre el humor gráfico actual, el multipremiado
autor opinó que "ha cambiado mucho con respecto a páginas mías, de Caloi o
Fontanarrosa. El humor que se hace hoy está basado en algo que no tiene que ver
con la realidad, por lo menos con la Argentina actual. Hacen cosas poéticas,
sesudas, quizás la tira `Bife Angosto` de Gustavo Sala se acerca".
Menos amable fue con el humor en televisión: "no me
convence, la televisión está muy desaprovechada. Me da pena que el humor, que
uno quiere tanto como medio de expresión, se utilice chabacanamente".
El no llegó a ser Picasso, es simplemente Quino, flamante
ganador del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014,
primer dibujante en la historia que lo gana. Y merecedor de una larga lista de
reconocimientos cosechados en medio mundo.
EL CONGRESO DISTINGUIRÁ A QUINO CON UNA MENCIÓN DE HONOR
mención de honor que el próximo martes le será entregada en
el salón Azul del Congreso, es la máxima distinción que el Senado otorga a personalidades
del quehacer cultural, deportivo, profesional y académico del país y que ya
recayó en manos de figuras como Daniel Baremboim, Mariano Mores, Sandro
(Roberto Sánchez) y Mercedes Sosa, entre otros.
"El homenaje a Quino obedece al deseo de reconocer a
una personalidad de nuestra cultura, que a través de su arte, forma parte
indiscutible del imaginario cultural argentino", señaló la senadora
nacional por el Frente Para la Victoria Sigrid Kunath, impulsora de este
reconocimiento al genial dibujante.