El escritor Juan Sasturain ofreció una charla sobre el autor
estadounidense Dashiell Hammett, considerado el padre de la novela negra, en el
marco de las Jornadas de Literatura y Cine Policiales en la Argentina, que se
realizan hasta este viernes en el Museo del Libro y de la Lengua.
En el encuentro, organizado en el Auditorio David Viñas, el
autor de "Arena en los zapatos" habló sobre la impronta en Argentina
de Hammett (1894-1961), autor de cinco novelas que cambiaron para siempre la
historia del género: "Cosecha roja" (1929), "La maldición de los
Dain" (1929), "El halcón maltés" (1930), "La llave de
cristal" (1931) y "El hombre delgado" (1934).
"De algún modo, nosotros estamos acá gracias a Hammett
-afirmó el escritor-, ya que ciertas lecturas de su obra son las que han
legitimado la posibilidad de que esa literatura sea objeto de estudio para la
academia. Es decir, fue un punto de partida para que la gente interesada en la
literatura en general se ocupase puntualmente del género policial".
Según el escritor, "eso tiene una fecha muy precisa, un
período que va del 68 al 75, desde las vísperas del Cordobazo a las vísperas de
la dictadura, y fue, como en otros casos, un rebote: le empezamos a dar pelota
a la literatura policial, llamada negra, a partir de la crítica francesa".
"Algo parecido pasó con la historieta -continuó-; el
operador fue Oscar Masotta, un hombre que venía del marxismo, de Sartre, y tuvo
el gesto de acercarse al mundo de la historieta, en el momento en que los
críticos franceses llevaron la historieta al museo. Siempre es el mismo
mecanismo: los yanquis producen, los franceses analizan y nosotros
recogemos".
Sasturain sostuvo: "el término negro, para referirse al
policial, jamás lo usaron los yanquis, es un aporte de los franceses: la
colección Série Noire de la editorial francesa Gallimard que, a partir del año
45, rescata y pone en valor la literatura que los norteamericanos venían
produciendo en gran cantidad".
"El más brillante operador entre esa literatura y la
nuestra fue Ricardo Piglia -apuntó-, quien empezó a generar una relectura de
los grandes narradores norteamericanos. Además, el soporte editorial de esta
experiencia, se dio en la editoriales chicas, las nuevas, con Jorge Alvarez y
todas las que derivan de ahí".
Para ese entonces, explicó Sasturain, "Hammett había
sido completamente publicado, salvo por algunas rarezas que ahora se
encuentran. La época de oro del policial argentino se dio entre mediados de los
40 a mediados de los 50, y circulaba en sellos que eran sucursales de las
editoriales grandes: `Cosecha roja` se publicó en ese contexto de literatura
popular".
"De algún modo, nosotros estamos acá gracias a Hammett
-afirmó el escritor-, ya que ciertas lecturas de su obra son las que han
legitimado la posibilidad de que esa literatura sea objeto de estudio para la
academia" "En cambio -profundizó-, `El halcón maltés` tuvo una
edición en el 46 en la revista Siglo XX, donde publicaban a los norteamericanos
y franceses progres de izquierda; a diferencia de otros libros, esta novela no
pasó por el casillero de las colecciones populares sino por otro lado,
catalogado más como literatura y no como género".
Para Sasturain, "una de las características del
fenómeno Hammett es lo acotado de su período productivo: empezó a publicar en
1922 y en 1932 ya estaba terminado; antes de los 40 años, cuando acabó `El hombre delgado`, en una jornada de
escritura larguísima, no volvió a escribir más, dejó de escribir cuando había
llegado al techo de su fama".
"Acá, la difusión de Hammett para los lectores de fines
de los 60, se realizó a través de los pequeños tomos de Alianza, muy bonitos,
donde aparecen sus cinco novelas. Ahí se formula que esa literatura tiene un
vínculo inseparable entre la violencia, el poder y el dinero", sostuvo el
escritor.
Y señaló: "esa literatura, sin otra pretensión aparente
que el entretenimiento, es una muy poderosa forma de realismo crítico. Además,
algunos de esos autores, como Hammett, son unos notables escritores, tienen
conciencia del instrumento que manejan, saben que la literatura está hecha de
palabras".
"La reflexión que generó la literatura de Hammett en
cierto momento de nuestra historia literaria fue determinante y es lo que nos
trae, por caminos más o menos indirectos, a este lugar".