miércoles, 4 de junio de 2014

LOS NIÑOS Y LA TECNOLOGÍA, SEGÚN LA SOCIÓLOGA CAROLINA DUEK

Bajo la premisa de que los chicos no se separan de las pantallas, no juegan ni leen, la socióloga e investigadora del Conicet realizó una investigación cuyas conclusiones reúne en el libro "Juegos, juguetes y nuevas tecnologías”.

"La gente dice que los chicos no juegan más juegos tradicionales, que no juegan a nada que no sea en consolas y esa es una línea de pensamiento bastante extendida que no pareciera aplicarse a la realidad", postula Duek en entrevista con Télam.

En la publicación de Capital Intelectual, la socióloga explica que "no se trata de prohibir sino de comprometerse activamente en la crianza de los más chicos: la presencia, compromiso y atención son las tres claves ya no sólo de la relación entre los niños, los adultos y el juego, sino de la construcción de vínculos".

En su obra repasa "Infancias contemporáneas: socialización, instituciones y representaciones", "Televisión, computadoras, consolas y celulares, el deseo de la cultura mediática contemporánea" y "Juegos, juguetes y jugadores: los nuevos `chiches` tecnológicos".

Duek indaga sobre la socialización y la vida cotidiana como ejes centrales de las maneras en las que los pequeños crecen y se desarrollan en relación con otros: "Hallé un desajuste muy interesante entre a lo que los niños me decían que jugaban respecto a lo veía sus cuartos", comenta.

“No se trata de prohibir sino de comprometerse activamente en la crianza de los más chicos: la presencia, compromiso y atención son las tres claves"(FL)"Lo que encontré -asegura-, fue un discurso muy compacto sobre el juego con las nuevas tecnologías y que en todos los cuartos, según el nivel socioeconómico, tenían un pack de juegos tradicionales como pelotas, muñecas y juegos de mesa".

La socióloga cuenta en su libro que muchos padres, luego de la entrevista le dicen "no es verdad, no se la pasa jugando a juegos de matar en la Play y eso me genera risa porque ellos pretenden no quedar mal, pero no me interesa lo que me dicen sus hijos, sino lo que veo en las habitaciones donde hago las entrevistas".

"No me interesa trabajar sobre los criterios de veracidad de los niños, sino ver de qué manera construyen una imagen de sí para transmitir lo desconocido; me importa ver qué seleccionan como algo valorable para contarme", sostiene.

Duek relata que "en general su tendencia es exacerbar algún tipo de conducta, por ejemplo, un chico dijo que sólo miraba películas de terror y después me enteré que había visto, en esa semana, sus dos primeras películas de ese género. Lo que me contó fue lo que él percibía, que `era grande y no tenía miedo`".

Otro de los temas importantes que desarrolló la investigadora fueron los tiempos del juego y la simultaneidad de las acciones lúdicas con otras actividades que pueden incluir la televisión, escuchar música o cualquier otro tipo de prácticas, los juegos pautados y la invasión de la publicidad para tentar al consumo.

"El papel del adulto es un rol crucial para los chicos, los adultos se quejan de que los niños no leen pero en las casas no tienen bibliotecas, y no hablo de paredes de libros sino de un pequeño espacio donde puedan tener un contacto con las palabras; todas las escuelas públicas regalan libros para armar una biblioteca familiar, eso no necesita dinero", advierte.

Para los padres hay un mensaje directo: "Hay que sacar literalmente a los chicos de las pantallas, los adultos deben fijar propuestas diferentes, atractivas, llevarlos a una plaza, a ver espectáculos callejeros, lo importante es accionar y no quedarse en la cómoda queja".


"No seguir a los chicos en esa relación que tienen con la tecnología es como no haberle abierto nunca el cuaderno de clases; hay que ver, investigar, preguntarles qué sitios visitaron pero no desde un rol autoritario sino de acompañamiento", concluye.

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