Continúa el apoyo para la recuperación del parque Alberdi por parte de personas que son protagonistas del quehacer cultural y artístico de la ciudad. Aquí presentamos los comentarios enviados por Juan José Vitale, Cristian Bussi y Daniel Peña.
CRISTIAN BUSSI (Abogado, comunicador): “Considero que lo que
se está haciendo en el Parque Alberdi es un atropello a toda la ciudadanía y al
ambiente natural claro. Los gobernantes en este caso lejos están de velar por
el interés general, parciales, de dudosa legalidad y que afectan al conjunto de
la comunidad. LLamativo fue en su momento el desalojo de los feriantes del
mismo, a quienes estamos pagando entre todos con fondos públicos, mediante el
pago de alquiler y demás gastos de la galería de calle Rivadavia. En fin,
lamentable situación que se podría parar gracias a la movilización social y
popular.”
DANIEL PEÑA (Profesor): “La depredación del Parque Alberdi
asombra, entristece, enoja, genera impotencia, desanima, no era jamás pensado
que en estos tiempos de profunda necesidad planetaria de conservación, de
preservación, un parque nuestro, acá cerca, por el que pasamos todos los días
iba a terminar convertido en una cochera con un gran cantero con y arbolitos
como techo. Seguro que quedará lindo si esa es la excusa o la necesidad de
algunos pero habremos perdido 70 u 80 años de historia e identidad, suelo,
sombra, aire, el confort de sentarse a leer, o sólo caminar, jugar con nuestros
niños, recorrer su glorieta, saber que el parque está. ¿Cómo pensar en su
ausencia, en su transformación “moderna” con una idea de progreso que en
definitiva es pérdida y decadencia?
La depredación del Parque Alberdi es sin dudas una bisagra
histórica en la participación ciudadana y en la mirada social, nos estamos
empezando a mirar por sobre ideas o intereses individuales, el cuerpo social
está vivo, atento, debemos estar más unidos para impedir futuras
privatizaciones de nuestros espacios que son espacios públicos, tuyo, mío, de él,
de ella, nuestros.
JUAN JOSÉ VITALE: “Adhiero porque se destruye un pulmón
recreativo de nuestra ciudad que, además es patrimonio histórico cultural, y
que no soluciona el problema del tránsito ni de la polución, ya que quienes
estacionen allí se suponen llegarán conduciendo. Si es necesario, que usen
terrenos del puerto, para no dañar el estilo arquitectónico de la ciudad.”