El cantante uruguayo que vivió su infancia en Israel, se
reconoce con múltiples raíces y escribió una canción, “La milonga del moro
judío”, que es un alegato en contra de la guerra. En ella dice “a nadie le di
permiso para que matara en mi nombre”.
El año pasado el compositor, ganador de un Óscar por su
canción "Al otro lado del río", visitó al Estado judío, donde vivió
con su familia en la adolescencia un año "muy importante", en el que
dio su primer beso, fue a su primera manifestación y le dieron libertad en el
colegio para faltar a clase siempre que quisiera tocar el piano. El cantante dice
que de Israel le asustan algunas cosas, le apenan otras y le alegran otras más,
desde el desarrollo tecnológico hasta proyectos de coexistencia entre árabes e
israelíes como el del kibutz Neve-Shalom.
En 1979, con catorce años y en un contexto de tranquilidad
en la región tras la firma de los acuerdos de paz de Camp David con Egipto,
Drexler vivió en Jerusalén y en Kiryat Ono. Recuerda ese periodo, entre otras
cosas, como la última vez que destacó jugando al fútbol, algo que se acabó con
la vuelta de la familia a Uruguay al año siguiente. El cantante dice sobre su
canción "Milonga del moro judío", que escribió después de visitar
Neve Shalom, que es un tema en el que hace un llamamiento "a ponerse en el
lugar del otro, a mostrar la complejidad de las relaciones humanas y levantar
un puente de empatía, algo que parece extremadamente sencillo pero que es
extremadamente complicado: considerar al otro un interlocutor".
El cantante manifestó en su última visita a Israel que
mantiene "una ligazón muy intensa y compleja, una relación como las
relaciones de amor de verdad, que incluyen discrepancias". Se reconoció
"muy preocupado por el monumental lastre, desde todo punto de vista, que
es tener dentro del país un ejército que funciona como ejército de ocupación. Es
desde todo punto de vista: ético, demográfico y político, tener que llevar eso
de administrar y controlar una ocupación".
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