El politólogo y sociólogo fue consultado sobre la postura del Gobierno de Estados Unidos sobre el fallo del juez de Nueva York y la embestida de los fondos buitre. El analista fue categórico al afirmar: “Si el fallo de Griesa llega a ser ejecutado
ninguna deuda pública del mundo podrá ser renegociada”.
En diálogo con Luciano Galende, Thelma Lusani y Hernán
Brienza, Borón señaló que si el fallo del magistrado de primera instancia
llegara a prevalecer, se pondrían en riesgo las negociaciones de deuda soberana
de decenas de países de todo el mundo.
De este modo explicó la postura contraria a este asunto, de
varios países en diversos foros internacionales, ya que ven perjudicados sus
propios intereses.
Borón recordó que no es casualidad que Estados Unidos haya
votado en contra de esa resolución de Naciones Unidas hace pocos días en la
última asamblea de ese organismo.
En este contexto Borón se refirió a las polémicas
declaraciones de un funcionario de la Embajada de Estados Unidos en Buenos
Aires, quien hizo suyas las palabras de algunos sectores de la oposición
argentina en relación a este tema.
Por otra parte el especialista fue consultado respecto de
las posibles represalias que el Gobierno de Estados Unidos pudiera tomar con la
Argentina.
Evaluó que son de muy bajo impacto ya que las relaciones
históricas entre ambos países nunca han sido muy profundas.
Destacó que Estados Unidos siempre ha sido un país muy
proteccionista de sus economías y ostenta un gran poder en organismos
internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.
En otro tramo de la charla Borón fue consultado sobre los
intereses políticos que Estados Unidos pueda tener en otros países del mundo,
como por caso la Argentina.
Evaluó que la política de norteamérica está fuertemente
amarrada a los grupos económicos.
Y sentenció que “los políticos hacen en Estados Unidos lo
que los grandes grupos económicos les piden que hagan…”, “vos no haces una
carrera política en Estados Unidos si no tenes un grupo de empresas que te
esponsoreen”.
Esto explica por qué los políticos de Estados Unidos no quieren pelearse con grupos como los fondos de
inversión, o los fondos buitre.