Luego de la primera semana de deliberaciones, los
obispos reunidos en el Vaticano leyeron un documento en el que se reconoce las uniones civiles, aún puntualizando que "no pueden ser equiparadas al matrimonio
entre un hombre y una mujer."
Desde Roma Dolores Álvarez
Reconocimiento y apertura hacia las parejas que conviven,
los matrimonios civiles y los divorciados que vuelven a casarse, y ahora, un
fuerte gesto hacia las parejas homosexuales. Un verdadero tsunami apadrinado
por el Papa Francisco está derribando uno por uno todos los tabúes de la
Iglesia Católica y se gesta por estos días en el corazón del Vaticano.
El cardenal relator del sínodo extraordinario de obispos
sobre la familia, Péter Erdö, leyó ayer el documento con la síntesis parcial de
los primeros días de debate, que constató una evolución sustancial con respecto
al texto que, hace sólo una semana, había dado la bienvenida a días de
reflexión inauditos en la historia eclesiástica reciente.
La verdadera novedad del resumen de las 265 intervenciones
de la primera semana de discusiones es la inédita percepción
"renovada" de la curia hacia los homosexuales. El texto, titulado
Relatio post Disceptationem (síntesis tras el debate), se pregunta si la
Iglesia "es capaz de acoger a estas personas, garantizándoles un espacio
de fraternidad en la comunidad". Ante este interrogante, los obispos
aseguran que la cuestión de la homosexualidad "requiere una reflexión
seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez
humana y evangélica integrando la dimensión sexual".
En otro pasaje clave del documento, sobre el cual se
discutirá esta semana en los llamados "circuli minores" (los grupos
de trabajo divididos por idiomas que prepararán el texto final, la Relatio synodi,
que será presentada al Papa Francisco y sometida a votación entre los padres
sinodales el próximo 18 de octubre), se lee, además, que, "sin negar las
problemáticas morales ligadas a las uniones homosexuales, se reconoce que hay
casos en los cuales el mutuo sostén hasta el sacrificio constituyen un apoyo
preciso para la vida de las parejas". Es decir, un reconocimiento de facto
hacia la modalidad "familiar" de las uniones de este tipo,
históricamente descartadas por la Iglesia. Como queriendo sellar la paz con una realidad empañada por siglos de
discriminación, en un pasaje poco claro del escrito de nueve páginas, se
asegura que los homosexuales tienen "dotes y cualidades que ofrecer a la
comunidad cristiana".
No obstante, la evidente evolución hacia un tema
tradicionalmente ignorado por el clero (y tratado como una
"enfermedad" por el ala más conservadora), en el apartado dedicado a
las parejas gay, los miembros de la Iglesia subrayan que, para ellos, "las
uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio
entre un hombre y una mujer". Además, en las conclusiones se precisa que
hay que tener "una atención especial hacia los niños que viven con parejas
del mismo sexo, reiterando que en primer lugar se deben poner siempre las exigencias
y derechos de los pequeños".
En Roma, algunos de los más encumbrados historiadores de la Iglesia Católica aseguran que, para buscar un cambio similar en el seno de la institución sobre el matrimonio y la familia, hay que remontarse al Concilio de Trento del año 1563.
LA OPINIÓN DE LA COMUNIDAD FALGBT
Frente al reciente debate que se produjo en el Vaticano en
relación a presuntos cambios en la Iglesia Católica para con las minorías
sexuales, la Federación Argentina de lesbianas, gays, bisexuales y trans emitió
un duro comunicado en el que critican a la jerarquía católica por su lugar
"en el terreno de la discriminación y la segregación".
"La negativa a reconocer cambios en el Matrimonio y las
familias de la diversidad sexual sigue ubicando a la jerarquía católica en el
terreno de la discriminación y la segregación", afirmó la FALGBT, que
expresó su "rechazo a esta nueva forma de apartheid que se plantea desde
lo alto de la Iglesica Católica para nuestras parejas y nuestras
familias".
Asimismo, la entidad que lucha por los derechos de las
minorías aseveró que durante la discusión obispal se expresó que "'`las
uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio
entre un hombre y una mujer´, y sólo se consideró a las parejas igualitarias
como "fuente de apoyo mutuo" pero nunca de reconocimiento
familiar".
Además, destacaron el impacto que provoca que "recién
en el año 2014 las máximas autoridades católicas descubran que ´hay que tratar
bien a los homosexuales´, lo que constituye un acto indignante y
humillante".
Destacaron el impacto que provoca que "recién en el año
2014 las máximas autoridades católicas descubran que ´hay que tratar bien a los
homosexuales´".
Al respecto Esteban Paulón, Presidente de la FALGBT,
expresó: "La jerarquía católica sigue proponiendo un régimen de apartheid
para nuestras familias, lo cual marca la falta de voluntad en el seno de la
dirigencia católica para un cambio real y profundo que termine con siglos de
discriminación, humillación y violencia hacia lesbianas, gays, bisexuales y
trans."
Asimismo agregó que "no alcanza con declaraciones de
ocasión que sólo intentan maquillar la histórica posición de las altas autoridades
que ha sido, y es. de discriminación y violencia. Cada día alrededor del mundo
referentes de la iglesia católica apañan a los regímenes que penalizan y
criminalizan a la diversidad sexual, encubren a pederastas y abusadores y
promueven la violencia social e institucional hacia nuestro colectivo".
(InfoNews)