El EAAF halló restos humanos en predios del ex centro clandestino de detención de La Perla, que funcionó en Córdoba durante la última dictadura.
Se trata de restos óseos en fragmentos pequeños y quemados.
Anahí Ginarte, del Equipo Argentino de Antropología Forense, informó que recién
están empezando a trabajar para establecer si corresponden a
detenidos-desaparecidos.
"Encontramos restos óseos humanos, fragmentos pequeños
quemados. Recién estamos empezando a trabajar" para establecer si
corresponden a detenidos-desaparecidos, dijo a la prensa la antropóloga Anahí
Ginarte, del EAAF.
Ginarte precisó que el Equipo de expertos comenzó en el 2004
la búsqueda "en los predios militares donde funcionó La Perla", con
la guía de "testimonios recuperados" en la megacausa judicial que
lleva el nombre de ese centro clandestino de detención, torturas y exterminio.
En esa tarea, trabajaron en colaboración con el Juzgado
Federal 3, que tendrá a su cargo la investigación del hallazgo de los restos
óseos humanos concretado este mediodía en terrenos del Tercer Cuerpo de
Ejército, en esa época encabezado por el represor Luciano Benjamín Menéndez.
Tras el hallazgo, Ginarte, titular de la oficina en Córdoba
del EAAF, comunicó de inmediato la novedad al Juzgado Federal 3, a cargo del
juez Alejandro Sánchez Freytes, y a la fiscal Graciela López de Filoñuk.
Por su parte, querellantes y fiscales de la megacausa de La
Perla destacaron la importancia del hallazgo y recordaron testimonios sobre
fusilamientos de prisioneros políticos, cuyos cadáveres eran arrojados a fosas
comunes durante la dictadura.
El abogado querellante Claudio Orosz dijo que los análisis a
cargo del EAAF permitirán "confirmar si (los fragmentos óseos hallados)
son de la época y si pertenecen a algunas de las personas desaparecidas",
y agregó: "Hace muchos años que estamos buscando los restos de los desaparecidos
en Córdoba".
Orosz recordó el testimonio de José Julián Solanille en la
megacausa La Perla (actualmente en trámite ante el Tribunal Oral Federal 1,
TOF1), donde relató que "trabajaba para un principal del Ejército de
apellido Saldivia, que tenía arrendado gran parte del campo de La Perla para la
cría de vacunos y producción tambera".
Solanille dijo que en 1976 “transitaba permanentemente por
los alrededores” del centro clandestino de La Perla y que tuvo la oportunidad
de observar “varios fusilamientos”, así como la existencia de fosas comunes
"donde se arrojaban los cuerpos", agregó el letrado.
Orosz señaló además que el represor Bruno Laborda declaró
"que en 1979, antes de que llegara la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos a la Argentina, desenterraron los cadáveres y restos, colocándolos en
tambores de 200 litros y que los habrían llevado a las salinas" del norte
de la provincia.
También el fiscal federal Facudo Trotta aludió a la
declaración testimonial del baqueano Solanille, quien en abril de 2013
"reconoció (ante el TOF1) haber presenciado y visto cómo los cuerpos eran
arrojados a fosas comunes".
"Es muy posible que estemos cerca de encontrar restos
de desaparecidos, aunque esperaremos las pruebas de ADN para determinar si se
corresponden con personas desaparecidas en aquella época, a las que buscamos
desde hace mucho tiempo", concluyó el fiscal.